Capítulo 11

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Llegando a la cocina, se quedó pensativo y en ese momento recordó que se le había olvidado las sobras en la Funeraria

Entrando en pánico buscó rápidamente algo que le sirviera de cena. Encontrando nada más que un par de tortillas y la mitad de un aguacate. Rápidamente colocó las tortillas, el aguacate y un poco de sal en un plato y con temor lo llevó hasta el borracho que ya pedía la comida

-Aquí esta- dijo Romel luego de haber entrado, dejando el plato en la mesita se disponía a salir cuando su padre lo llamó

-¡¿Que es esto?!- preguntó con una cara de asco viendo la cena en el pequeño plato de plástico

-Tu....tu cena papá- contestó el chico temeroso

-¡Como put** piensas que YO voy a comer eso!- gritó el viejo indignado con aquella voz de embriaguez

Romel agachó su cabeza, no quería verlo. Sentía aún los golpes de los malvivientes que le robaron y no quería más de éstos de parte de Walter
-¡¿Que no escuchaste?!- volvió a gritar preguntando mientras se sentaba en un lado de la cama y tomaba en sus manos aquel pequeño plato

Al obtener un silencio como respuesta del menor, le lanzó el recipiente con la comida dándole a éste provocando que impactara en su rostro, ya que Romel no se había fijado a tiempo. Rápidamente se puso de pie y se acercó al pequeño que estaba paralizado viendo como llegaba justamente frente a él

-¡¡Hijo de pu**!!- gritó el malnacido borracho a centímetros de Romel -¡te dije que quería mi cena, no una porquería como esa- escupió señalando el plato volteado que ya hacia en el suelo a un lado de ellos

El menor sólo podía ver la furia que salía de los ojos de aquel hombre mientras estaba cerca, más miedo le daba de que algún día pasase lo que en alguna noche soñó

Éste enfadado por obtener nada de respuesta, le dio un puñetazo en el estómago haciendo que al chico se le escapara el aire y se llevara sus manos a cubrirlo. Sin darle tiempo de nada más le soltó otro puñetazo en su espalda, aprovechando que éste se había agachado gracias al dolor de sus posibles costillas rotas, haciéndolo caer directamente al suelo

Era impresionante como siendo un ebrio que apenas caminaba, sacara fuerzas y sin importarle nada, golpeara al único que podía cuidar de él en momentos como esos. De embriaguez

Comenzando a levantarse iba cuando el estúpido borracho le lanzó una patada directo a la cara haciéndolo caer de nuevo. Esta vez no se volvió a levantar

Romel estaba acostado boca abajo con la boca ensangrentada en el suelo de tierra bajo suyo. Estaba desmayado. O eso parecía

Walter al notar que el chico no se movía, volvió rápidamente a la cama para simular que nada había pasado. Aunque era todo lo contrario. Y sin más se quedó dormido

Era aún de madrugada cuando Romel empezaba a abrir los ojos. Observó con su ojo sano el suelo de tierra seguidamente un ropero desgastado de madera y luego la pared

Se estaba incorporando cuando sintió un fuerte dolor proveniente de su estómago. A puro reflejo se llevó sus brazos envolviendolo para poder calmar lo que sentía

Estaba de rodillas frente a la cama donde estaba durmiendo profundamente Walter. Recomponiendose más, logró ponerse de pie y ya se dirigía a la puerta de ese cuarto para salir, cuando visualizó el plato a sus pies. Con uno de sus brazos sobre su panza y con la otra mano libre recogió éste para llevarlo hasta la cocina

Luego de haberlo dejado y haber bebido agua limpiandose con ésta la boca ensangrentada, ya se hacia recostado en su cama con su pijama puesto viendo al techo encima suyo. Pensaba en lo porquería que había sido ese día

Primero su padre lo obliga a entregarle la mitad de sus ahorros. Luego le toca hacer un gran trabajo sólo para ganarse un dólar más. Seguidamente por el camino de regreso a la casa, unos caras de cu** le roban lo poco que llevaba y que había ganado a puro sudor de su frente y inconformes por lo poco, lo terminan golpeando. Y finalmente su padre que no se queda atrás, le propina una paliza sólo por que no quería lo poco de comida que le había preparado...Simplemente ese día había sido uno de los peores que iba a tener

Pensando tras pensando, se había quedado dormido. Lo bueno es que al siguente día era sábado, lo que significaba que no debía trabajar, al menos no en la Fune, y podía curarse de sus palizas

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Lunes

El fin de semana se había pasado rápido. Con poco trabajo de casa, ir al mercado del pueblo por las provisiones, jalar agua del río, entre otras cosas básicas

En esos días se había recuperado un poco de sus moretes. Tenía varios en el abdomen de distintos tamaños, otros cuantos en sus piernas y dos o tres en su rostro y ojo izquierdo. Pero lo bueno es que no tenía ninguna costilla rota. Y lo sabía, no por haber ido al hospital, sino por que ya no sentía tanto dolor y según él, sólo era cuestión de días para que se curasen todos ellos

No había escrito en "Andi" pues no le apetecía, sabiendo que en el momento que lo hiciera sus lágrimas caerían ante los recuerdos y él no podía llorar. No debía llorar

Con su pantalón rasgado de las rodillas, su camisa sin mangas y sus inseparables tenis, ya estaba listo para comenzar ese día de trabajo

Se miraba en un pequeño espejo de mano los moretes en el ojo que ya tomaba un color entre verde y morado y uno casi visible en la mejilla. Ya no le dolían, a menos que se los tocara. Dejando el espejo en la mesita de noche cerca de su cama, se dispuso a preparar el desayuno para él y Walter. Éste último no había salido a beber esos días por que Romel se lo había impedido, claro, ganándose unos cuantos golpes leves por la frustración de éste

Se dirigió a la cocina y preparó para ambos el desayuno y llevándose uno de éstos al cuarto de Walter y el otro comiéndoselo minutos después de haber regresado a la cocina. Ya estaba listo

Ya iba de camino, con sólo las llaves de la casa en su pantalón, cuando visualizó a Jaime. Éste iba muy centrado en la tierra bajo sus pies, pero afortunadamente no iba tan lejos, así que lo alcanzó

-Buenos días- saludó Romel cuando estaba a la par del chico, asiendo que éste diera un pequeño salto del susto

-Buenos- regresó Jaime. Al parecer no había amanecido bien

-Y....que tal el fin de semana?

-Bien.....supongo- Jaime iba con la vista al suelo, no quería ver a nadie

-Bueno- dijo Romel sintiendo incomodidad al no tener de que más hablar -mejor que nos apresuremos o llegaremos tarde- fue lo único que se le ocurrió

Y tal como dijo, así siguieron su camino, en silencio, sin mirarse. Llegando minutos más tarde

-Buenos días- los saludó Juan que estaba en la entrada de la Fune justo cuando ambos chicos iban entrando

-Buenos días- respondió Romel

-Buenos- ese era Jaime cabizbajo

Y sin más, empezaron su mañana laboral, notando que el señor Fidel no se encontraba por ningún lado. Tal vez había salido a hacer un mandado o alguna salidita para poder "desestresarse" como él lo llamaba

Tres horas habían pasado desde que habían llegado los menores, cuando el dueño apareció con una gran sonrisa

Acercándose a ellos, les pidió que se reunieran en cinco minutos en el pasillo afuera de la bodega, mientras entraba en su despacho

Cinco minutos después ahí estaban todos, cuando el señor Fidel se dispuso a informarles lo que iba pasar

-Bueno muchachos- empezó cuando veía a todos sus empleados frente suyo en el pasillo en que había solicitado la reunión -quiero que mantengan éste lugar más limpio que de costumbre- les dijo señalando con su dedo todo a su alrededor -y también mi casa- siguió -por eso Juan, Romel y Jaime iran a la casa y ustedes tres- señalaba a los otros - se encargarán de aquí- finalizó

-¿Y para que tanto?- ese era Celestino que había tenido valor de preguntar

-Pues es por que nada más y nada menos que mi sobrina regresa- comunicó- Mi preciosa Mariela

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-Keiry

Romel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora