Capítulo 3

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Romel no sabe que hacer, se le había olvidado que no tenían nada que comer y lo único de dinero que llevaba eran $2.50 que iba a comprar con eso?

-¿Que voy hacer?- pensaba mientras buscaba entre los cajones de la cocina sin encontrar nada -mi papá se va a molestar, que hago ahora

-¡¿No escuchaste mocoso?!, ¡quiero comida!- Walter le gritaba desde el cuarto

-Ya voy- le regresó, pero obviamente no podía ir sin comida

No sabía que hacer, y si sale a comprar? No, es muy tarde para eso, además las tiendas quedan muy lejos de su casa. Será mejor que lo enfrente antes que sea tarde, le debe decir la verdad, tal vez lo perdonaría por no llevar la cena

Pero no fue así

Su padre entró molesto a la cocina, todo tambaleante. Rápidamente se acercó hasta donde estaba Romel

-¡¿Que te pasa imbécil?!, ¡¿No escuchas que te hablo?!- le pregunta el borracho

-Yo...yo.....yo no...- trataba de explicar pero las palabras no salían

-¡Cállate tartamudo!- lo interrumpió -¡¿Dónde esta mi comida?!

-Papá.....yo no....pude traerla- le dijo el chico todo temeroso

-¡¿Que tú qué?!- se acerca más el hombre y ahora lo tiene a pocos centímetros

-No pude traer....- pero no pudo terminar, su padre le dió una fuerte bofetada y lo mandó al piso helado

-¡¡¡Eres un maldito aborto de mierda!!!
¡Te voy a enseñar que conmigo no se juega!- y se quitó el cinturón el viejo cochino, mientras veía al pobre niño que se trataba de sofocar el dolor pasando su mano. No tardó posicionarse a espaldas de Romel y empezó a azotarlo una y otra y otra vez....-¡esto es para que aprendas que debes traerme mi cena!- y le daba más sinchazos. El pobre Romel estaba aguantando el dolor, no podía soportarlo más, ya no aguantaba las ganas, así que simplemente pasó....se puso a llorar y por desgracia para su padre no pasó inadvertido -¡¿De que lloras?!- se detuvo de los golpes para escuchar como sollozaba el niño

-Yo no....yo no....yo no puedo más- y siguió sollozando

A Walter le pareció muy cobarde que su hijo estuviera llorando y más de esa manera. Se volvió a posicionar detrás de él y le dejó ir más sinchazos

-¡No llores marica!- le gritaba el viejo y Romel no podía dejar de llorar, le dolía tanto, no solo los golpes sino el mal día que le tocaba, por que tenía que ser así? Que hizo él para merecer todo aquello? Sólo el haber nacido y destruído aquellos momentos gloriosos que solía vivir su padre, eso era en lo único que se le ocurría para tal agresividad

¿Por que la vida se empeña en lastimar a los pobres inocentes? ¿Que ha hecho él? ¿Cuanto más debe sufrir para poder librarse? ¿Que ganancia tiene ser agredido? Nada, nada y nada. La vida es así, a veces te regala lo mejor que puedes haber deseado y en otras te da tus peores pesadillas

-¡Ya...deja....de...llorar!- a cada palabra era un sinchazo. Él sólo se retorcía de dolor, pero a como pudo logró tranquilizarse, claro, no podía dejar de respirar de esa manera extraña que te queda luego de haber sollozado tanto. Walter cuando vió que ya no lloraba, se detuvo de los golpes -¡Escúchame bien!- le dijo mientras se posicionaba delante del chico que trataba de recuperar la respiración -No quiero quedarme otra vez sin cena mucho menos quiero volver a verte llorar- le agarró el mentón para que pudiera verlo -¡¿Te quedó claro?!

-Sss..si...si señor- ya no podía seguir llorando y debe comportarse como su papá quiere, tal ves así deja de odiarlo tanto, bueno tal ves un poquito 

-Bien- se encamina el borracho hacia el cuarto dejando a un pequeño reteniendo las lágrimas en el frío suelo de la cocina

-¿Por que todo lo malo me pasa a mí?- se decía asi mismo. Y aunque pareciera algo irónico, era cierto, él es el niño más desafortunado de aquel pequeño pueblo. No hay niño que no tenga sus dos padres y aunque tengan sólo uno, al menos los aman y los cuidan. Eso es lo que hacen los padres, ¿no?. Él lo único que desea es recibir amor, cariño, consuelo en sus días tristes, emoción en sus días de felicidad......¿Es mucho pedir eso? Al parecer para la vida sí que es mucho pedir. Pero él tiene que entender que Walter ya no lo quiere, nisiquiera lo voltea a ver, sólo lo necesita para sustentar sus necesidades y luego, adiós hijo no te conozco

Se levantó y se fue para el cuarto, tal vez si dormía un poco, se le quitaría el dolor de cabeza

Se quedó dormido minutos despues. Lo bueno era que en sus sueños todo era perfecto
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Se levantó todo aturdido, tal ves son como las 2 o 3 de la mañana. Observó el cuarto oscuro, sólo iluminado de una parte por la luz de la luna que entraba por la ventana

Se sentó y observó que tenía algo en el pecho......era un cuchillo clavado hasta la mitad en el lado de su corazón

¿Que está pasando? ¿Como ha llegado ese cuchillo ahí?. Vió hacía la puerta del cuarto y ahí estaba Walter con una gran sonrisa en su rostro ¿Por que esta así y mejor no lo ayuda?

-Por fin me voy a deshacer de ti- le dijo cuando caminaba despacio hacia el lado de su cama

-¿Que me has hecho papá?- quería llorar, pensó que todo había terminado

-¿Que no lo entiendes?- se acercó más a él -Yo no te quiero, tu presencia me daña la vista......¡Yo te maté!- empezó a reír

Romel no podía hablar, no podía, estaba muy sorprendido por lo que decía aquel hombre

-Se acabaron los días de ver tu estúpida cara, gusano imbécil- el borracho le soltaba con tal odio

La verdad es que a Romel no le dolían esas palabras, no sentía nada. Observó otra vez su pecho y se preguntaba ¿Por que no le duele? Será que ya estaba muerto y estaba su espíritu. No lo sabía

-¡Te odio y lo haré siempre!- y con todo el remordimiento le introdujo más aquel cuchillo....En eso Romel vió todo negro

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-Keiry

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