Capítulo 30 - Nada con los beatles

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[...]

ALANNA's pov

Estaba echa un mundo de mariposas dentro de mí. Pero no de esas mariposas de amor, sino de esas que te dan por saber que algo está por ocurrir.

En una hora sería el juicio, había demandado a Dorothy, cosa que nunca me imaginé posible.

Me vi en el espejo, respiré hondo y pensé "¿Qué me falta?"

-Pruebas -me respondí a mi misma en voz alta. Después tocaron la puerta.

James y Cynthia entraron.

-¿Estás lista prima?

-Eso creo.

-Todo estará bien, tranquila -James trató de calmarme.

-¿Y ésto?.... Hey, tuvimos que esconder lejos nuestro amor... ¿Qué es? ¿Una canción? -dijo Cynthia observando la frase que escribí.

-Bueno, es lo que forman las palabras en las notas extrañas.

-Debemos irnos -James tomó su saco y salimos los tres. Dejé una nota en la mesa para mi madre, ella no sabía nada de lo ocurrido y así era mejor. Julian se quedó con una niñera llamada Maureen.

Subimos a un taxi, Cynthia tomó mi mano y me dijo que todo saldría bien.

JOHN's pov

-¿Estás listo Johnny? -Paul se acercó a mi con una sonrisa.

-Estás muy feliz McCartney.

-Digamos que daremos un gran show.

-El mejor -comenté levantándome del sofá.

ALANNA's pov

-Llegamos -la voz de James me despertó de ese estado inconsciente del cual no quería salir.

-Todo acabará pronto -Cynthia siguió dándome ánimos-. Estarán tras las rejas.

Bajamos del taxi, miré la luz del sol y pensé en qué sería de Jane y tal vez de Dorothy si no pudieran ver otra vez al aire libre. Sentí que me arrepentía de esto. Pero no debía ser así.

Por meses y años estuve siendo acosada por una pelirroja que era seguro, no estaba bien de sus facultades mentales. No sé cuanto tiempo llevaba hablando con Dorothy, pero me ponía mal imaginarme qué hubiera pasado si James no hubiera llegado en ese momento a casa.

-Ally -salí de mis pensamientos y miré a la persona que me llamó así.

-¿Por qué te detienes? Anda, vamos.

-Sí, está bien James.

Nos acercábamos a una gran puerta cerrada, había unas cuantas personas afuera esperando noticias, al fin y al cabo, no eramos tan desconocidos en Liverpool. Cualquier persona que haya tenido que ver con el gran cuarteto tenía cierto derecho a una poca fama. Yo fui la periodista que salió con dos beatles, James el primo de Paul y mi antigua pareja para los medios, pocos sabían de Cynthia, solo esos que en realidad se interesaron por saber si el bebé que tendría era en verdad de John Lennon. Y no se diga Jane, ella fue la primera chica en ser fotografiada besando a un beatle, además de dar declaraciones al igual que Dorothy la vez que nos ayudó a salir de un apuro. ¡Todos tuvimos relación con el mundo beatle!.. Pero algo tenía en mente... saliendo de este juicio, todo, absolutamente todo quedaría en el pasado y mi vida normal que se quedó estancada a los diecisiete regresaría.

-No puede ser -una mujer se sorprendió, pensé que me miraba-. ¿Qué hacen aquí?

James, Cyn y yo nos miramos. Después dimos media vuelta.

Todo se había derrumbado.

-¡Pero si son los beatles! -la gente se acercaba a tres chicos altos de abrigos negros que venían sonrientes... ¿A qué? ¡No sé!

"No, no, no" me repetía en la cabeza. ¿Por qué estaban aquí?

Di la espalda al pequeño alboroto y me acerqué aún más a la puerta. Deseaba que la abrieran lo más rápido posible. Hice figuras invisibles en la madera de la puerta para tratar de no hacer ningún contacto visual con los beatles. ¡No quiero nada con ellos!

-¿Alanna Wood?

Me di la vuelta, esa voz gangosa y atractiva no podía ser ignorada.

-Hola John.

-Alanna Wood -el chico de ojos hazel se acercó también.

-Hola Paul.

Piénsalo, Dos Veces (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora