Capítulo 35 - El enfermo

335 47 17
                                    

PAUL's pov

-¿Alanna está aquí? -preguntó ignorándome y entrando a la casa.

-John... -su mamá salió de la cocina con platos de comida-¿No está contigo?

-Se supone que debe de estar contigo John- le dije mirándolo fijamente.

-Oh sí, aquí está -respondió.

-El es Ringo... -me acerqué un poco a él-. ¿Qué rayos te ocurrió hombre? Apestas.

-La chica perdida me vomitó encima -contestó.

-¿Qué? ¿Perdida? ¡Por favor John! -reclamé.

-Lo sé lo sé, es mi culpa, estaba con ella, habíamos bajado de la montaña rusa y ella pues... vomitó, entonces la ayudaba a reincorporarse poco a poco pero de pronto éste narizón que tengo al lado pasó corriendo y dijo "¡Corre John!", porque a él lo habían reconocido y a causa de eso me reconocieron a mí, así que salí corriendo...

-¿Sin Ally? -pregunté enojado.

-Obvio con Ally genio, pero la gente era demasiada... era una estampida de humanos, así que Ally en un momento se perdió entre la gente, no pude sostenerla más con mi mano, pero les juro que regresé a buscarla y ya no había nadie.

-John Lennon... -la madre de Alanna se acercó a él un poco molesta-. Sabes que ella tiene asma y ¿La dejaste tirada?

-Pensándolo bien, es culpa de Ringo -contestó John.

-Mira Lennon... Vamos a buscarla -propuse-, yo te ayudaré.

Salimos de la casa. La verdad, mis planes cambiaron drásticamente.
John se me había adelantado, yo tenía pensado invitar a Alanna a la feria, pero él llegó primero y eso me molestó un poco.

Ringo se quedó en la casa de Alanna a tomar una ducha.

John y yo caminamos bajo la lluvia, más intensa cada vez.

-Paul.

-Dime.

-No fue mi intención perderla, en serio, soy un descuidado pero ésta vez se salió la situación de mis manos.

-Lo sé hombre, lo malo es que ella carga las consecuencias de salir con un Beatle.

-No, no estamos saliendo -recalcó John.

-Es decir, salir a la feria o algún lugar, no de que tengan algo, tonto. Eso sabes que es un acuerdo entre los dos.

-Sí -dijo cabizbajo.

Duramos otro tramo de calle en silencio. No había mucha gente afuera, la lluvia era de mucha ayuda en estos casos.
John comenzó a toser.

-¿Te sientes bien? -pregunté.

-Sí -afinó su garganta -me siento bien.

Llegamos a la zona de la feria, la gente se había esfumado y mientras escondíamos nuestros rostros de los carros que pasaban, buscamos a Alanna por todas partes.

-¡Alanna! .... ¡Alanna! -la buscaba con la voz.

-Tengo miedo que esté tirada en alguna parte.

-No digas eso John, vamos a encontrarla.

Caminamos y caminamos. Incluso llegamos a dos hospitales y preguntamos si había ingresado alguien con el nombre de Alanna Wood. Las respuestas fueron negativas.

-Hombre... ¿Por qué no trajiste tu carro? -dijo John después de toser como veinte veces seguidas.

-Porque yo no sabía que tendríamos que hacer este recorrido. Es mi ciudad natal, estoy acostumbrado a caminar por ella.

Piénsalo, Dos Veces (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora