Heal me - Kwon Ji Yong

* Capítulo 5. *

Horas más tarde...

Después de darme un baño, me preparé un delicioso ramen de pollo, estaba hambrienta. Luego me serví un capucchinno. Me senté en el mueble y arropé con una manta lista para leer un libro.

El silencio de mi lectura fue sepultado por el sonido excesivo de unas risas al lado de mi departamento. Dudé que fuera el pervertido. Escuche más risas y gemidos. 

¿Sería él mi vecino? - me pregunté.

 Sea quien sea, se divertiría esta noche y para mi mala suerte no podría terminar mi lectura; en esos momentos maldecía mi buena vista y mi oído sensible.

No pude dormir en toda la noche, era imposible dormir con semejantes gemidos. Parecía que a la pobre mujer la estuviera pisando un caballo.

Solté una ligera sonrisa producto de mis nervios. Que podía hacer, solo sobrellevar la situación.

Hace pocos días me sentía feliz por que me creía la única inquilina en ese piso pero al llegar un nuevo vecino o vecina, mi tranquilidad se esfumaba completamente.

Al día siguiente me levanté con unas ojeras más grande que un panda cansado. Ya hablaría luego con mi vecino para sugerirle que realice su show amatorio entre fines de semana o tal vez adecúe su departamento con materiales anti- ruido-sexual. 

Me bañé y aliste rápidamente, esta vez me pondría unos botas con tacón no tan altas. Mi pantalón de vestir negro, blusa rosada y una chaqueta de cuero. Mis preciados guantes y me enrollé una bufanda, cogí mi bolso, mi teléfono y salí del departamento.

Caminaba por el pasillo en busca del ascensor y con la mirada fija en mi teléfono buscando algún mensaje de Eunji, cuando escuché las risas de la noche anterior. Intenté no voltear, no era necesario, luego noté que era una figura conocida  y una mujer muy hermosa de cabello largo se colocaron detrás de mi.

- Así que fueron ustedes - Me dije a mi misma, sorprendida al reconocer al cantante pervertido y a una modelo que alguna vez fotografié.

Al parecer ninguno de los dos me reconoció. Eran demasiado empalagosos. Fingí no escucharlos, y cuando llegó el ascensor, no perdí tiempo e ingresé de inmediato. Mi lado egoísta salía de nuevo y quería cerrarles la puerta en la cara, pero no podía hacer eso. Me puse a un lado para que puedan subir. Traté de evitarles la mirada.

- Ahn- nyeong-ha-se-yo – escuché cerca a mi oído.

Era muy temprano y su aliento a cigarrillo ya se manifestaba. Sin duda su noche fue salvaje. 

Respondí igualmente el saludo y con un movimiento de cabeza.

Por alguna razón desconocida me fastidiaba la actitud de los dos. La espera me volvía loca, la mujer era una coqueta en todo el sentido de la palabra, la timidez propia de una asiática no iba con ella.

Agradecí a Dios cuando llegué al primer piso, avance rápidamente hacia la entrada del edificio y escuché una despedida por parte de ellos que más parecía un susurro. Subí a un taxi y emprendí mi huida del lugar, estaba sumamente incómoda.

Conocer al cantante pervertido fue todo un caos, pues lo ayudé sin conocerlo poniendo mi seguridad en riesgo, se sobrepasó conmigo al ir a mi cama, luego choqué con él en camino a mi departamento y como si eso no fuera suficiente, él y esa mujer fueron los inquilinos del departamento al lado mío, no dejándome dormir debido a sus gemidos y gritos sexuales.

¿Quién de los dos se alojará allí? - me pregunté - ¿Tal vez vivan juntos?

- Con tantos departamentos en Seúl, tenían que vivir al costado de mi departamento - seguía increpándolos mentalmente, traté de minimizar mis pensamientos, pensando que tal vez sea solo un alojamiento temporal, pero sea quien sea que viva al lado mío, intentaría que no me afecte.