* Capítulo 2*

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Después de estar aproximadamente diez minutos en la tina relajándome con sales perfumadas, me propuse a desempacar.

Solo contaba con dos días para conocer la ciudad, empezaría a trabajar de inmediato.

Me apresuré en guardar toda mi ropa en el closet y colocar mis demás cosas personales encima del tocador.

... En medio del tocador se encontraba una caja mediana envuelta con un lazo fucsia y para sorpresa mía dentro se lucían varias cremas para el rostro.

Sabía que en Corea, las mujeres eran excesivamente cuidadosas con su rostro, así que Eunji me recordó hacer lo mismo al obsequiarme más de quince cremas y lociones.

- Que exageración, por Dios... - sonreí cerrando la caja.

Vestí informal, unos jeans, blusa negra y busqué unas zapatilla del mismo color que las puse en el recibidor.

- Hará juego con mi blusa - pensé

Acomodé mi cabello en una coleta alta y me puse unas argollas de plata, regalo de mi madre... en realidad era una colección de argollas de diferentes tamaños.

Preparé un café y me acomodé en el mueble viendo televisión. Seguí esperando a Eunji. 

Habían transcurrido más de tres horas de mi llegada y no aparecía.

Entretenida con la programación local, opté por un canal de música clásica en vivo. Me gustó ver a estudiantes de secundaria tocando muchas piezas clásicas. Me quedé dormida entre melodía y melodía.


***

Desperté gracias a unos gritos y golpes en la puerta, Eunji me llamaba desesperada.

- Ya voy - grité - lentamente me levanté y me di cuenta que había dormido mas de una hora.

Cuando abrí, tuve que sujetar la puerta porque Eunji se abalanzó en mi encima como si miles búfalos me aplastaran.

- Unnie, pensé que sabías la clave de acceso - la miré sorprendida - Estás muy bonita...aunque te veo más pálida de lo normal.

Eunji pidió perdón por no darme la bienvenida en el aeropuerto, y culpó de ello a una reunión programada a última hora. La empresa de entretenimiento para la que trabajaba era muy estricta y ella amaba trabajar para ellos.

Traté de minimizar la situación, había hecho mucho por mi así que no había necesidad de reprocharle nada. Eunji insistía con sus disculpas.

Luego de una charla de media hora entre anécdotas y recuerdos de mi llegada acordamos ir a comer a su lugar preferido.

- Es sábado, y quiero darte la bienvenida llevándote a un lugar que te encantará - No podía más que obedecer a Eunji pues me moría de hambre.

Me quedé sorprendida al ver el lugar preferido de Eunji, me imaginaba un lugar cinco estrellas, ya que ella siempre lucía como si fuera a un desfile de modas; pero no, me llevó a un puesto de comida casera cerca del rio Han.

Comimos Bibimbap, que era la especialidad del puesto y plato preferido de Eunji.
El plato era una mezcla de arroz blanco, huevo, vegetales y carne picada; una señora muy gentil nos atendió. Me gusto tanto que comí dos platos, simplemente era delicioso. Después de dos botellas de soju y una charla amena, nos dirigimos hacia otro lugar preferido de Eunji.

Heal me - Kwon Ji YongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora