Abrí la pluma y la puse en agua tibia. Sentía como el agua recorría mi espalda, como caía por mi cara, por mi pelo y por todo mi cuerpo. Me gustaba; me sentía tranquilo. Por fin tenía tiempo para mí, para mis pensamientos y para mis sentimientos.
Dejé que el agua siguiera cayéndome por la espalda y empecé a pensar en Lauren, en Paola, en Rebecca y en Sebastián. Pensaba en Sebastián mientras me enjabonaba. Él se me hacía demasiado familiar. No sé quién es, ni de dónde lo conozco, pero el punto es que lo conocía. Sí, debo admitir, si veo que esa persona la había visto en otro lugar, seguía haciendo memoria hasta que me acordaba de él o ella. Seguía dándole cabeza una y otra vez hasta que me estaba enjabonando el pie y caí en cuenta de dónde lo había visto. Me emocioné tanto que me caí en la bañera. Sip; otra vez.
Sinceramente yo estoy vivo de milagro. Como sea, tumbé unos shampoos que habían en la bañera y un chorro de cosas más que Marilyn tenía. Todas me cayeron encima y empecé a gritar del dolor. Me dolía todo el cuerpo. Luego de mi grito, escuché unos pasos apresurados por el cuarto y luego un toque desesperado en la puerta. Debe ser Marilyn.
-¡Francisco! ¡Francisco no juegues conmigo! ¡Ábreme! ¡Contéstame! ¿Estás bien?- probablemente estaba muy asustada ya que su voz se quebró y sollozo fuertemente.-¡Oh por Dios esto es toda mi culpa!-dijo golpeando la puerta fuertemente con su mano.
-Sí estoy bien...¡Ah!-dije gritando ya que traté de moverme pero no pude. Así que plan B. No puedo creer lo que estoy a punto de pedirle.
-¿¡OH POR DIOS FRANCISCO ME QUIERES MATAR DE UN ATAQUE DE CORAZÓN!?-dijo un poco aliviada y a la misma vez molesta. Bueno, creo que más asustada que molesta pero bueno; así soy, complicado.
-Aw te preocupas por mi...-dije burlonamente y llevando mis manos al corazón aunque ella no me pudiera ver.
-Ja ja ja que chistosito.- dijo sarcásticamente pero yo sabía que tenía una sonrisa en su boca.
-¿Marilyn?-dije avergonzado de lo que le iba a pedir. No podía creer que estaba apunto de pedirle que entrara.
-¿Sí Francisco?-dijo ya más calmada y suspirando.
-Necesito que entres porque no me puedo levantar. Me duele todo el cuerpo y creo que me doble o me fracturé algo.- dije exagerando, porque claramente no me había caído tan fuerte como para romperme algo.- Pero cierra los ojos, no quiero que te ruborices al verme desnudo y también me avergonzaría si me vieras así. ¿Sabes qué? No, no me avergonzaría porque estoy bien bueno. -dije gritando para que me escuchara y a la misma vez con voz pícara. Luego, empecé a reír fuertemente.
- -¡Qué idiota!- dijo golpeando la puerta.- Espera, ¿no te puedes parar?-dijo riéndose nerviosamente.
-Te acabo de decir que no...-dije seco y asustado al ver que no me podía levantar. -¡Me voy a quedar invalido si no entras¡- dije exagerando la situación para que avanzara y me sacara de aquí.
-Está bien. Voy. ¡Aish este sí que es un exagerado!- avisó para que me tapara.
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Francisco
Teen FictionHola, Me llamo Francisco y hoy les contaré mi historia... Verán que a lo largo de la misma, nuevas personas serán añadidas a mi vida; sin embargo, otras serán sacadas. Mas no me culpen a mí, culpen al maldito destino. Él, es el culpable de to...