-¿Sí amor?- preguntó inocentemente parpadeando rápidamente y sonriendo ampliamente. ¡Qué bella se ve, parece un ángel!
-¿En qué piensas?- pregunté realmente curioso y soltando su mano. Ella se puso nerviosa y se limpió la mano en su falda de uniforme. ¿Qué raro? Era la primera vez que la veía muy nerviosa; demasiado diría yo. Bueno deberá ser que se puso nerviosa estando conmigo y le sudaron las manos o algo por el estilo. Aw.
-¿N...nada p...por qué?-dijo tartamudeando y tragando el exceso de saliva que tenía en su boca. La observaba y ella me miraba con tristeza y ¿miedo?. No entendía por qué estaba de ese estado. Al parecer tenía sus emociones echa un nudo.
-Mi amor... ¿De verdad estás bien?- dije agarrando una de sus manos con la mía y con la otra le acariciaba el pelo suavemente. La miraba directamente a los ojos, como si pudiera ver su alma, tratando de descifrar tanto misterio de esos bellos ojos.
-Sí. Ahora andando.-contesto decidida, dándome un beso en el cachete y esquivando mi mirada de la suya y bueno, yo decidí creerle. Ella se soltó de mi agarre y se giró dándome la espalda. ¿Okay?
Durante el eterno camino hacia la universidad hubo un silencio sepulcral entre nosotros dos. Nadie estaba dispuesto a hablar; ni ella ni yo. Yo estaba sumergido en mis pensamientos y creo que ella también. Yo encontraba a Lauren diferente, rara y como si me estuviera ocultando algo, pero estoy seguro que si le pasa algo, ella me lo diría tarde o temprano. Confiaba demasiado en ella y creo que me asustaba. Me había encariñado de ella demasiado rápido pero se sentía bien...
Por fin llegamos a la universidad y yo la miraba de reojo viendo cada movimiento, cada gesto y cada facción que ella hacía y tenía. Todavía faltaba quince minutos para que volvieran a empezar las clases. Entonces yo decidí comprarnos el almuerzo a ambos y luego que lo hice, llevé a Lauren al patio trasero.
Comimos durante bromas, miradas intensas y algunos besos llenos de ternura. Seguimos así hasta que decidí hablar por fin sobre nosotros.
-¿Lauren?
-¿Sí mi osito?- ¿desde cuando me llamaba así? No me malinterpreten lo encontraba tierno y romántico. Solo que me asombraba; ni Paola me llamaba así. Cada palabra de amor o de afecto que ella me dedicaba, causaba que una corriente eléctrica pasara por todo mi cuerpo, erizándome los vellos, haciendo que mi corazón latiera rápidamente y me dieran unas ganas grandes de abrazarla y de tenerla entre mis brazos.
-¿Qué sentiste cuando me besaste?- pregunté hablando con el corazón en las manos y quería que ella me respondiera con toda la sinceridad que ella tuviera en su corazón.
Esta pregunta la tomó por sorpresa ya que abrió grandemente sus ojos y su respiración se agitó.
-Bueno amor ya tú sabes.- vaciló un rato pero me contesto.-¿Francisco de verdad quieres saber?- yo asentí- ¿Sabes lo que sentí? Sentí ternura, amor, cariño, deseo, frustración, dolor, pena y sobre todo sentí odio.-estas palabras me dejaron anonadado. Las procesaba con cuidado, tratando de analizar todas y cada unas de las palabras y tratando de contenerme para no explotar de nuevo.
-¿Por qué te sentiste así? ¿Por qué me odias?-dije acercándome más a ella y dedicándole un mirada de tristeza.
-N...no te odio. Al revés, yo te amo. -dijo sobándome el hombro y penetrándome con esos bellos ojos.
-¿Pues y por qué sentiste odio?- estaba furioso y quería una respuesta ya.
*P.D.V Lauren*
No sabía qué contestar. En serio no sé por qué dije odio, porque no lo odio en nada. ¡Ah! Pero que quede bastante claro que no lo amo; lo quiero como un amigo y ya. Además me tengo que hacer la indefensa para que nuestro plan funcione. Así que vacilé un rato y cuando organicé mis pensamientos le dije.
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Francisco
Novela JuvenilHola, Me llamo Francisco y hoy les contaré mi historia... Verán que a lo largo de la misma, nuevas personas serán añadidas a mi vida; sin embargo, otras serán sacadas. Mas no me culpen a mí, culpen al maldito destino. Él, es el culpable de to...