*Punto de vista de Lauren*
Después de ese beso lleno de pasión no quería hablar del estúpido de Sebastián pero quería arreglar las cosas con Francisco. Así que decidí decirle toda la verdad.
-¿Te acuerdas en el cuarto del hospital?-él asintió no muy seguro así que decidí apresurarme a llegar directamente al grano.-Bueno yo estaba despertando de la anestesia.-dije cautelosamente examinando todo movimiento y gesto que hacia Francisco.
-Sigue.- dijo con su mandíbula tensa y todos sus rasgos faciales se tornaron fríos y sus ojos estaban llenos de odio.
-Bueno me levante y ahí Sebastián se tiró encima de mí a besarme, cuando le iba a reclamar por el beso, él me apretó el brazo como signo de que me callara o algo malo pasará. Le tuve que seguir su asqueroso beso ya que mis padres estaban presentes como espectadores. Me sentía como una cualquiera sabiendo que él me engañaba con una mujerzuela y yo aquí besándolo.- dije con repugnancia en mi voz. Pero que raro. Al mencionar a esa cualquiera, Francisco desvió su mirada de mí y se puso demasiado nervioso. -Francisco mi amor. ¿Qué te pasa?-dije cogiendo su rostro entre mis manos y dirigiendo su mirada nuevamente a la mía.
-N...no n...nada-dijo inseguro, lamiéndose los labios y secándose las manos en el pantalón. ¡Ja! Todos los signos de que un hombre esté nervioso. Pobre tonto.
-Mi amor no me digas que... ¡Ah! ¿Te metiste con ella? ¡Eres un desgraciado!-dije con los ojos llorosos los cuales amenazaban con llorar y así una lágrima salió por mi ojo. Me la limpié con desprecio y me giré hacia el otro lado dispuesta a irme. Hasta a mí misma me sorprendía lo buena que podía llegar a ser cuando actuaba. Pero lo que todavía no entendía era que aunque sabía que estaba actuando, sentía un dolor en mi corazón y no soportaba escuchar a Francisco hablar de otra chica.
-No Lauren. Ella... ella... se llama Marilyn y es...- dijo bastante nervioso.
-¿Es qué? ¿Tu amiga con beneficios? ¿Tu novia? Por Dios Francisco tú no dejas pasar siquiera una.- dije fastidiada la existencia sabiendo que por culpa de ella odio a Sebastián, pero de alguna manera me di cuenta de que él no vale la pena.
-Es mi amiga pero más importante... La que te salvó TÚ vida.- dijo Francisco resaltando la palabra TÚ, solamente para restregármelo en la cara.
-N... no te creo.- dije indignada. Lo sé pero mi orgullo no me deja admitir muchas cosas.
-Pues créelo porque es cierto y gracias a ella y a Dios hoy respiras y sientes el sol en tu cara y estás en mis brazos.- al decir esta parte él sonrió y yo lo imité.-Pero como sea eso no fue lo que veníamos a hablar.-
-Ya no quiero. Se me fueron las ganas.-hice un puchero y lo abracé. Sus latidos estaban bastante agitados y su olor, ¡DIOS!, es divino. Eso solo me invitó a abrazarlo más fuerte. ¡Parecía un osito de peluche! Me podría quedar así todos los día de mi vida... ¡Lauren concéntrate!
-Lauren. ¿Dime de una buena vez lo que me quieres hacer?- dijo con una sonrisa en su boca y sé que él se refería al área del amor pero yo no. Tenía otros planes en mente.
No te lo puedo decir cariño. Todavía falta terminar nuestro plan y además no creo que esté feliz con esto. Claro que después que le haga la parte que me toca, se lo voy a decir, pero solo pensarlo frente a él me hace sentir como una mierda por lo que le hago. Después de todo lo que Francisco ha hecho por mí; así le voy a pagar. ¡Qué linda Lauren! Pero sí lo tengo que hacer; probablemente me odie si le digo. ¡Pero es que argh! Me está volviendo loca tener que ser así.
Como pueden ver tenía una batalla interna. No sabía si seguir con el plan que ya habíamos montado o decirle todo a Francisco. No sé, después del beso que le di, algo en mi corazón se movió, pero no tengo tiempo para mis sentimientos y ahora menos por lo que me hizo Sebastián. Así que seguiré con el plan, sin compasión, sin misericordia y lo más cruel que yo podía llegar a ser. Así se planeó y así será. Espero.
-Bueno... Ya te dije todo lo que te tenía que explicar. Ya te expliqué lo del beso de Sebastián y creo que ya todo está perfecto entre los dos.
-Está bien te creo.- dijo con una gran sonrisa en sus labios. ¡Dios su sonrisa es hermosa!-Deberíamos volver a la universidad ya que puede que nos regañen.
-¿Franky?- dije indefensa con toda la sinceridad en el alma. Este era el lado de mí que quería reprimir, no quería sentir nada hacia Francisco y este lado lo rechazaba; no me gustaba. Si este lado se entrometía; estropearía los planes.
-¿Sí Lauren?- dijo mirándome con eso bellos ojos, ellos me debilitaban y me sentía desarmada e indefensa cuando estaba a su lado. Me hacia sentir rara.
-¿Qué tienes con esa tal Paola?-dije realmente curiosa. Él vaciló un rato y cuando estuvo seguro de si mismo, me habló.
-Tú sabes que yo te quiero y mucho. Te estoy hablando desde el fondo de mi corazón y con toda la sinceridad que tengo. Yo por ti, haría cualquier cosa y lo sabes. Como sea. Paola, Paola forma parte de mi pasado y ya no importa, pero si quieres la verdad... Ella era mi novia.- mi mundo se cayó al piso sin ninguna razón. Ni siquiera lo quiero y me siento ¿celosa? Sí. Creo que esa es la palabra que se podía usar. No sé hoy todos están alterados y probablemente yo también. No me juzguen.
-Wow.- dije haciéndome la sorprendida aunque ya lo sabía. Lo observé por un rato y él se fue acercando poco a poco. Él me volvió a besar pero esta vez yo no respondí.
-¿Qué pasa Lauren?- preguntó alejándose de mí y en su mirada se notaba que estaba dolido. Al parecer nunca antes nadie lo había rechazado.
-Nada. Debemos regresar.- me hice la insultada y empecé a caminar. Francisco me siguió y todo el camino nadie dijo nada. Por lo cual agradecí.
Después entenderán por qué hago esto pero por ahora mejor reúnan la información que le he dado. Ya saben que tengo planes que envuelven a Francisco o Franky como le digo yo. Más adelante entenderán.
Mientras iba sumergida en mis pensamientos sentí un cosquilleo en mis manos. Cuando bajé mi vista había sido Francisco que me sostenía la mano y yo bueno, la acepté. Tenía que hacerlo aunque no quería. ¿O sí? Todo esto era parte de la apuesta que había hecho con Sebastián, Rebecca y Paola. Me creerán de hipócrita pero sí todo esto es un teatro montado por nosotros para hacerlo quedar en ridículo en el baile de la universidad. Ya que Francisco tenía confianza conmigo, iba a ser presa fácil. Y sí, aunque no me crean yo ya conocía a Paola. ¡Ja nadie vio eso venir! Ella es mi prima y cuando supe que Francisco la había dejado, planeamos todo esto, ya que Rebecca, me dijo que él se había apuntado en esta universidad. ¿Recuerdan cuando Rebecca se acostó con Francisco? ¡Ja pobre tonto! Todo era planeado ya que le había contado todo a ella. El plan estaba saliendo justamente como estaba dicho. Como sea. El punto de que Rebecca se acostara con él, era para que corriera hacia mis brazos y *plam* como un ratoncito que cae en su propia trampa; cayó en la mía. Bueno y que Francisco conociera a Sebastián, hizo que todo esto fuera demasiado fácil. Pero la zorra de Marilyn no estaba planeado ni lo del hospital pero bueno esas cosas complementaban el plan de manera perfecta. Mi parte era enamorarlo y cuando lo tuviera en la palma de mi mano... Oops... Dejarlo avergonzado y sufrido por mi perdida delante de todos. Bendito. El nene de mamá va a quedar dolido después de todo. También escuché que era rico así que me aprovecharé también de esto. Además nuestro plan va a ser el 100% perfecto ya que todos somos buenos actores y yo no me enamoro con facilidad. Es imposible enamorarme de él con solamente pocos días de conocidos. ¿O sí?
*Punto de vista de Francisco*
Creo que fue mala idea decirle que Paola una vez fue mi novia ya que la ha dejado demasiada pensativa. Íbamos caminando agarrados de la mano y ya íbamos llegando a la universidad. Cosa que maldecí por cierto. Cuando junté todo mi coraje para hacerle la próxima pregunta; paré en seco e hice que girara en mi dirección sacándola de sus pensamientos.
-¿Lauren?...
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Francisco
Fiksi RemajaHola, Me llamo Francisco y hoy les contaré mi historia... Verán que a lo largo de la misma, nuevas personas serán añadidas a mi vida; sin embargo, otras serán sacadas. Mas no me culpen a mí, culpen al maldito destino. Él, es el culpable de to...