Capitulo 3

1.4K 113 2
                                    

  -Señores pasajeros, les informamos que comenzaremos con el descenso. Por favor, quédense en sus asientos y abróchense los cinturones. Muchas gracias- dijo la voz de una de las tantas azafatas que se encontraban en el avión. Y no solo en su idioma, sino que en varios más por ser un vuelo internacional.

  Donghae bufó ante aquello, pero aun así, hizo lo que le pidieron. Claro, no tenía otra opción ¿no?

  Las azafatas pasaban corroborando que los pasajeros llevaran los cinturones puestos, así que, para qué llevar la contra. Ya tenía suficiente con estar allí y no asesinar al primero que se le cruzara por al lado. No podía perder los estribos cuando aún solo le quedaban un par de minutos. Había aguantado tanto tiempo, que solo unos minutos, no eran nada.

  Miró por la pequeña ventanilla su ciudad, en la que casi había crecido y en la que había sido feliz, hasta hacía poco más de dos meses, sin contar los meses anteriores claro está, que fueron peor, que peor.

  Suspiró pesadamente y sintió como le tomaban la mano que tenía apoyada en el apoya brazos. No había necesidad de voltearse para ver de quien se trataba. Había viajado solo con ella, y desde que habían tomado el avión en primera clase, sabía que ella se había sentado a su lado.

  Discretamente, pero dando a entender que no la quería cerca, sacó su mano y la colocó sobre sus piernas. Lo único que quería era acabar con todo aquello. Con toda esa farsa.

-Sabes que con esa actitud no ayudas ¿no?- le dijo de mala gana la mujer.

  Hae  rodó los ojos, pero aun así, no la miró. ¿Qué podía decir? ¿Qué se vaya al infierno de donde había salido? Quedaría un poco muy mal parado y sabía que haría su vida un verdadero infierno, más de lo que ya era.

-Puedes decir algo ¿no?

-No tengo nada que decir Yoona. Ya me tienes aquí, ¿Qué más quieres?

-Que me ames- le dijo lo más normal, como si hablaran del clima.

  Hae rio sin ninguna emoción y se volteó, encontrándose con los ojos café de ella, de unos dos tonos más claros que los de… Hyukjae.

  ¿Acaso a esa mujer se le había zafado un tornillo? ¿Amarla? ¡NI EN UN MILENIO LA AMARÍA!

  Volteó la vista nuevamente sin decirle nada.

-¡Donghae!- exclamó e hizo un puchero, pero a él no le producía absolutamente nada, solo ganas de querer asesinarla en aquel momento.

  Sintió como lo sacudía de uno de los brazos como niña de cuatro años, pero aun así, no se volteó a verla, no quería hacerlo, no iba a hacerlo, porque si lo hacía, la mataría en serio. ¿Cómo alguien podía ser tan caprichoso como esa mujer?

-La turbulencia cesará en unos momentos. Esto se debe al cambio de clima que se ha producido. Por favor, mantengan la calma- dijo el piloto del avión, mientras el avión se sacudía bruscamente.

  Que se estrellara el avión no le desagradaba para nada. En sí, sería una buena forma de acabar con todo aquello ¿no?

  Sintió como su brazo era sostenido con fuerza, y como la cabeza de Yoona terminaba apoyada sobre el mismo.

  Suspiró. Era lo único que podía hacer en los últimos meses.

  ¿Cómo estaría Hyuk? Se preguntó, pero sabía que ya no tenía derecho de preguntar por él. Él había sido el culpable de todo aquello. Él había arruinado la vida de Hyuk de un día para el otro. Y allí, él estaba pagando las consecuencias, sin saber, que no era el único que estaba mal por todo aquello.

-Espero que hayan tenido un vuelo confortable- comentó el piloto cuando el avión llegó a tierra.

  Suspiró nuevamente. Parecía que la suerte no estaba de su lado. ¿O era la mala suerte?

  Se soltó del agarre de Yoona y se levantó del asiento, corriendo algo rudamente, las piernas de ella, pero a él no le importaba. No aguantaría más de sus caprichos, de sus antojos, de absolutamente todo. Lo tenía arto, y en lo único que había estado pensando durante su “luna de miel” por Europa había sido en Hyukjae, de quien no tenía noticias desde hacía muchos días. ¿Qué habría pasado?

  Su chofer lo estaba esperando ya con su carro para poder poner las valijas y así, sacarse de encima a Yoona.

-Tú te irás a casa. Yo me voy a mi departamento- le dijo mientras ingresaban al coche, mientras Kazumi colocaba sus bolsos en el portaequipajes.

-Pero…

-No hay peros Yoona. Sabes perfectamente cómo está nuestra relación.

-Yo solo quiero que me ames.

-Y yo solo quiero que me dejes de joder.

-Grosero- dijo colocando sus brazos en jarra.

-Pesada- dijo y el coche arrancó, en un silencio sepulcral.

Still love you, like before (HaeHyuk/Kyumin) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora