27: qué escándalo.

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27: qué escándalo.


Como si la tierra no tuviese suficientemente estupidez en ella, como si todo fuese coincidencia pero en realidad parece un pacto con el diablo, y marico el que lo lea. 

En ese instante como si la destrucción fuese algo inevitable. ¿No podía la tierra chocar con el sol?, ¿no podían entrar en guerra todos los países entre ellos?, ¿no se podían caer a coñazos las K-Popers tóxicas de todos los fandoms? —bueno, sin exagerar—, pero ¡¿por qué carajos teníamos que toparnos estos dos seres de la destrucción?!

—Déjame a ver si capto. —Yo repaso las palabras recientes de  mi hermano mayor—. Tú me querías invitar a la convención, pero como viste que yo iba a salir con Uziel, no quisiste interrumpir y viniste solo, sin saber que nosotros ya íbamos a venir desde un principio a este lugar ¿verdad?

—Por su pollo —contestó comiendo una galleta—.Pero ya que estamos aquí juntos, ¿qué les parece si damos unas vueltas? —Más letal no podía ser esta conversación, admito que podemos ser peligrosos cuando nos juntamos—. ¿O no, Ángelo?

—Sí —contestó de una manera desanimada. 

Al parecer, era inevitable de que algún hermanastro se nos acercara, pero supongo que es buena señal que haya sido Usui, aunque por lo menos se trataba de otro con la misma mentalidad mía, eso era bueno, decía... decía.

—¡Qué bien!, pues entonces, seguiremos paseando. —Aparté la vista—. ¡Hey, puta Mahito, ¿qué haces al lado de mi Gojo?, me mataste a mi hermoso Jumpei! —le grité a cierta mujer que hacía el cosplay de Mahito, sé que es una mujer, no me volveré a dejar engañar.

La mujer disfrazada se quitó la peluca y me vio de manera ofendida, con una mano en el pecho y su cara ceñuda.

—¡Porquería de gerente, no otra vez, por qué siempre me dan a los villanos! —vociferó la mujer para luego abandonar el lugar de una manera furiosa que hasta podían verlo desde la Patagonia.

—Ah. Jane, insultaste a la misma chica —dijo Uziel.

—Ya decía yo de que se sentía en el aire —posé mi vista en otro lugar—. ¡Es Sebastián, quiero ver a mi Sebastián!

Era como si el mundo nunca le faltara aquella admiradora putativa, después de todo, ¿qué tipo de ser humano otaku no le gusta algún personaje anime?, hasta todas las admiradoras de Kuroshitsuji se les chorrean la baba por Sebastián, y es que, ¿quién no le gusta a ese sexy mayordomo infernal? Cambiando de tema...

Los tres comenzamos a pasear a todas partes, y nunca faltaba alguna pelea que yo tengo con algún personaje que no me guste o que haya matado a mi favorito. Si no fuera porque ya estaban acostumbrados a todas las locuras mías, de seguro que los hubiera sacado de quicio, Usui hubiese comprado un boleto para Japón y Uziel se hubiese golpeado contra un poste de luz; pero claro, si no fuera porque Usui tiene casi el mismo nivel de comportamiento infantil mío o que Uziel tuviese tanta paciencia, tendrían diferentes expectativas.

—¡Usui, es Usui! —grité muy emocionada.

—Sí, soy yo, ¿Qué no me ves? —El titán sacudió una mano al frente de mí.

—No hablo de ti, querido titán. Estoy hablando de Usui Takumi de Kaichou wa Maid-sama, ¡está junto a Misaki, se ven tan lindos juntos!

—Primera vez que no te veo insultando a un personaje que esté al lado de uno de tus ídolos —comentó Uziel.

—Es cierto que Misaki parece sacada de un meme hembrista, que a veces no la soporto, pero por lo menos no es como esas pendejas que no saben cuál chico elegir y lo resuelven todo con cara de estúpidas. Te estoy mirando, Ema Ashahina. —Mi mirada de dirigía a una castaña.

—¡¿Por qué tengo que disfrazarme de personajes patéticos o despreciables?! —Y como vino, se fue.

—¿Por qué odias a esas personajes?

Rodeada de idiotas 2, el regreso de tu mamá en tanga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora