9: ¡Deja esa cosa horrorosa ahí!
Estaba en una casa... corrección, choza, comparado con mi habitación. No sabía exactamente en dónde estaba, sólo sé que ver un Pikachu y un Totoro no es normal, ¿o sí?
Salí de ese lugar y me encontré con Ester y Artemisia, con harapos en vez de ropa, parecían locas, más de todo Ester.
—¿Qué hacen ustedes aquí vestidas así? —pregunté.
—Estamos en Venezuela de otra dimensión, amiga —me respondió Ester mientras entraba una olla con agua a la choza...digo casa.
—¿Cómo es posible eso? —pregunté mientras la seguía hasta adentro.
—Fácil, esta es Venezuela socialista.
Yo ladeé la cabeza, confundida.
—¿Por qué?
—Votaron por un señor llamado Nicolás Maduro, quien no sabe ni multiplicar. —Puso la olla abollada en una cocina bien pequeña dónde encendió el hornillo.
—Nah, normal.
—¡¿Han visto a mi Pikachu?! —Salió Ronaldo de la nada, vestido como el Chavo del ocho y detrás de él se encuentra Esteban con atuendo de Chapulín Colorado.
—Sí, estaba en la habitación de allí. —Apunté a la puerta que estaba a mi lado.
—Ok. —De repente Esteban le da con el Chipote chillón en la cabeza—. ¡Auuuu! ¡¿Y eso por qué?!
—Por guevón.
Ese sueño no podía ser más raro ¿verdad?
—Ester, ¿me prestas papel tuolet? —Entra Iván a la casa en bermudas y sin camisa—. Me atracaron en el baño.
—No hay, use el periódico, mijo —Vio cómo él asintió y salió de allí, esto es muy raro—. Cómo te explicaba, aquí de broma hay comida.
—Aja, ¿me das azúcar? —Ella asintió, agarró un embace transparente y me lo dio, esa mierda de bromas tenía algún grano de azúcar pegado al embace—. Pedí azúcar, no las cenizas.
—Es todo lo que hay.
—¿Y vas hacer café sin azúcar?
—Sí.
—Ok.
Vi como Esteban perseguía al Totoro por todo el lugar, y Artemisia entró con Ratatouille en la mano —hablo de la rata —y con la cara pintada de aborigen.
—Tenemos algo con que hacer arroz chino.
—Esa rata sabe cocinar, úsenlo de sirviente —dije mientras acariciaba a un Dango que no sé de dónde carajos salió.
—Lo siento, tenemos gato ¿recuerdas? —De la nada aparece mi Aoi, pero, sus ojos en vez de azules se transformaron en un color oro fundido—. Cuando no haya más comida, él será el siguiente platillo, y Ronaldo será el siguiente.
—¡Ni loca! —hablo de comerse a Aoi, cuando quiera se come a Ronaldo. Me agaché—. ¡Ven, Aoi! —lo llamé, hasta que de repente Aoi a cada paso que daba tomaba forma humana, ¿me agaché para nada?...se convirtió en un chico de cabellos castaños y de ojos miel—. ¡Tú no eres Aoi!
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Rodeada de idiotas 2, el regreso de tu mamá en tanga.
HumorObviamente esta es la segunda parte de Rodeada de Idiotas, creo que el título es demasiado obvio. En fin, esta es una continuación sobre las hazañas de nuestra querida Jane (entre ellas, es seguir viva, hasta ahora). ¿Qué otras hazañas t...