13 - Sabor a ti

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Cuando Minseok tomó conciencia de su cuerpo se puso en mente bajar de peso. Algo que no fue fácil considerando que toda su vida fue llamado 'gordito'. La gente que era delgada por naturaleza y comía lo que quería sin engordar como Chanyeol, por ejemplo, no sabía lo obsesivo que podía volverse a veces el tema del peso. Ver la comida y sufrir, y pasar hambre y no resistir, entonces comer y luego sentirse culpable.

Cuando Minseok por fin se siente mejor consigo mismo, se da cuenta que en Corea lo normal es estar 20 kilos bajo la estatura, mientras que en otros países medir lo que pesabas era considerado normal. Algo así como que, en Corea, el extra large era sólo un small internacional, promoviendo la anorexia y la bulimia a niveles macroscópicos (quizá por eso no simpatizaba con los ídolos y su mundo superficialmente perfecto).

Entonces, sí, seguía sintiéndose mal. Y cuando un extraño lo llama Bāo Zi, lo que literalmente significaba un pan relleno (redondo y blanco) se siente como el carajo, muy mal.

Luego se da cuenta que escuchar ser llamado de esa forma, cuando las palabras se desprendían como un suspiro entre esos finos labios rosa, entre unas pupilas resplandecientes de ensueño, y su angelical aura como un principito de cuento, se siente bien, muy bien. Bien de cálido, bien de correcto, bien de irreal.

Minseok no había dormido en toda la noche. No había podido dormir. Sentía aún el calor de Lu Han sobre sus labios, como una llama ardiendo constantemente, sin consumirse. Y ahí estaba, repitiendo la escena mil veces y un millón de veces más en su cabeza hasta quedarse dormido con el sabor de Lu Han en su piel y en su aliento.

Después del beso ambos bajaron de la torre en silencio. Uno al lado del otro, ambos con una sonrisa boba y avergonzada curvándose en los labios y las manos dentro de cada correspondiente bolsillo con mejillas calientes.

Ninguno dijo algo. Cualquier palabra parecía incorrecta en esos momentos, cualquier sonido con diferente frecuencia amenazaba con romper la mágica armonía que les envolvía como una vieja película de amor.

Sí, de esas viejas películas en donde se enamoraban de miradas, sonrisas, sonrojos y sueños. No las de ahora, donde se conocían y al segundo se amaban locamente con mucho alcohol, drogas, fiestas y sexo.

Eso no era amor. El amor era algo sublime, a ratos, algo que se debía cuidar y retener tanto como se pudiese antes de dejarle escapar. Y si se atrapaba en un corazón con la fuerza suficiente para mantenerlo, no tenía por qué escapar, podía seguir conservando la magia, las esperanzas, y la inocencia del comienzo.

Minseok golpea una vez a la puerta, abriéndose ésta de inmediato. Lu Han entonces piensa que hubiese sido mejor esperar unos segundos y no dejar en evidencia lo desesperado que estaba por verle, cosa clara al estar parado detrás de la puerta como un loco acosador desde que supo que Minseok iría.

—Hola. —Dice con una gran sonrisa, y su mirada penetrante parece seguir cada movimiento y pestañeo del mayor. Tiene una mano sobre la puerta, y el otro brazo curvado afirmándose contra la pared en una pose muy sexy.

—H-Hola. —Minseok responde nerviosamente, sintiendo acalorarse.

La noche anterior se habían despedido en el paradero. Lu Han le había propuesto, entre sonrojos, que se quedara junto a él, que no pasaría nada, sólo estar juntos. Minseok se muere por hacerlo, pero el miedo de romper esa burbuja y hacer algo incorrecto lo supera haciéndole inventar una excusa.

Los buses pasan y después, al quinto, decide que debe marchar ya. Que prolongar eso por más tiempo estaba mal, quizá Lu Han estaba aburrido y quería irse a descansar pronto. Lo que no sabía era que éste se debatía entre seguirle rogando, o secuestrarlo y llevárselo a la rastra a su departamento. Aunque al final se limitase de mala gana a dejarle marchar para no seguir pareciendo un acosador psicópata.

1. SÓLO TÚ   [XiuHan|LuMin]  -  FINALIZADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora