17 - Más cerca de ti, 100 días y más

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—¿Qué más quieres hacer para celebrar nuestros 100 días? —Pregunta Lu Han.

Llueve torrencial. Están bajo el techo de una galería esperando que la lluvia amenguase lo que parece no suceder. Minseok lo mira y le sonríe. Últimamente, Lu Han parecía querer hacer todo con él, lo arrastraba literalmente a todos lados, y eso, eso le encantaba.

—¿Qué quieres hacer tú?

Salían a andar en bicicleta por el río Han deteniéndose a comer en las tiendas ambulantes grandes cantidades de carne. Ambos amaban la carne y el café. Sobre todo la carne de res. El café, Minseok lo prefería con galletas o pastel dulce, y hasta pan.

Los días de lluvia como aquel (y cuando comenzara a nevar) ambos escogerían un capuccino. Los días en donde se sentían adormilados y cansados, escogían un espresso.

Pero al final, a ambos les gustaba el café amargo; lo amargo en sus paladares parecía darles un sabor amargo también a sus vidas. A melancolía, a tristeza, a soledad. Una nostalgia obsesiva, pero compartida. Juntos.

Luego se iban a las mini canchas de los alrededores a jugar fútbol, baloncesto, o a simplemente mirar el cielo y formar figuras con las estrellas.

Días como ese, en donde llovía y todo se sentía frío y glacial, se quedaban en casa a ver películas en línea en el computador, ambos abrazados bajo las mantas con Lulu al medio. Las de terror eran las menos favoritas de Lu Han, pero haciéndose el valiente aceptaba ver algo de gore. Ninguno era fan de las comedias románticas, aun así, Minseok y Lu Han las podían aceptar cuando las mujeres Kim los obligaban.

Podían pasar horas hablando de nada en particular, sólo divagando, escuchando la misma música, ya sea con audífonos compartidos o en alto parlante, y viéndose a los ojos. El amor en ellos estaba en lo máximo.

Y de pronto; acariciarse, besarse y jugar, les pareció más importante que un partido del Manchester o las clases teóricas de la mañana. Ninguno sabía la última vez que habían asistido a clases, ni les importaba que los chicos parecieran molestos por dejarles de lado. De cierta forma, en su burbuja, nada aún de eso les importaba.

—Lo que quieras hacer tú me parece perfecto. —Dice Lu Han.

Lu Han lo arrastraba a karaokes, a fiestas, haciendo competencias sobre quién bebía más, sabiendo que Minseok no era muy buen bebedor pues terminaba viendo doble y hablando en lenguas. Siempre ganaba Lu Han, a quien parecía no hacerle efecto el alcohol.

Tenemos que vivir, decía éste. Y Minseok amaba la vida cuando la vivía junto a él.

Van al cine a ver películas y hacen todo ese cliché de chocar las manos dentro de la bolsa de palomitas, y luego uno pasa un brazo por el hombro del otro, y más tarde se roban un beso, y más besos, que termina con no ver la película, porque dentro de esa sala oscura, sentados en la última fila, nada les parecía importar.

—¡Siempre dices eso! —Ríe dulcemente Minseok. —Dime tú lo que quieres hacer.

Luego de las películas, Lu Han lo arrastraría al baño del cine y ahí estarían un buen rato amándose entre las paredes del cubículo porque los baños de hombres (a diferencia de los de las mujeres) no solían estar llenos.

—Siempre hacemos lo que yo quiero. —Lu Han actúa lindo. —Dime lo que quieres hacer tú.

Más tarde llegarían al departamento y Lu Han querría sacarle la ropa apenas pisan la sala, chocando con el lavaplatos, el refrigerador, la mesa, las sillas, el sofá, el baño, el balcón, porque no hay lugar en donde no se hayan amado.

1. SÓLO TÚ   [XiuHan|LuMin]  -  FINALIZADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora