Capitulo XXIII: Un reencuentro sin recuerdos.

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Era una joven de tes blanca, de aspecto delicado, cabello castaño que llegaba hasta su cintura y que era atado por una horquilla detrás, sosteniendo la parte delantera de los lados de su cabello, sus ojos eran de un intenso color azul como el cielo, sumamente puros, una figura pequeña, de manos delicadas y pies delicados, vestía con un vestido blanco que llegaba hasta un poco más de sus rodillas y llevaba unos zapatos del mismo color.

Ella tocaba una suave melodía de una canción llamada: "Somewhere out there" que significaba: "Alguien allá afuera".

Su habilidad esa espléndida, Choromatsu se quedó observandola desde la puerta, hasta que su canción acabó.

—¿Te gustó? —Preguntó ella con una sonrisa.

Él se sorprendió al ver que había notado su presencia, no tuvo más opción que entrar.

Sus mejillas estaban algo ruborizadas, no podía evitarlo, le daba vergüenza que lo descubriesen espiando.

—S-Sí... Tocas... Realmente bien... —Contestó algo apenado.

—Me alegra que te guste. —Ella lo miro de frente desde su asiento, en silencio un par de minutos. —Soy Lilith, mucho gusto. —Agregó y se levantó para estrechar su mano.

Choromatsu sintió la suavidad de sus pequeñas y blancas manos, cada vez se sentía mas extraño, ella tenía una inocente sonrisa que lo hacía caer fácilmente en sus modales.

—Bienvenido a mi casa, disculpame porque sea exageradamente grande. —Agregó algo apenada. —Imagino que eres hijo de Emilia.

—Sí, así es, un placer conocerte. —Contestó tratando de mantener la compostura.

—¿Quieres tomar algo?

Realmente no encontraba algo más que hacer o decir, así que aceptó y la siguió a las afueras de ese salón.

Caminaron por el vestíbulo hasta cruzar una puerta del lado izquierdo, donde había un gran y enorme comedor, lo siguiente era otra puerta, que claramente, llevaba a la cocina.

La casa no era exactamente una mansión moderna, era más bien un castillo reducido y bien conservado, su estructura era similar a uno después de todo, con un estilo similar a lo medieval, especialmente la cocina que hasta contenía unos cuantos barriles con bebidas.

Ella le sirvió un sencillo vaso con jugo de naranja, se sentaron en unos taburetes y se quedaron en silencio evitando las miradas.

—Me alegra conocerte al fin. —Rompió el silencio. —Mi madre y padre son buenos amigos desde la juventud de tu madre, ella siempre venía aquí y de alguna u otra forma acababa hablando de ti.

—¿En serio? —Preguntó extrañado.

Le sonaba a algún tipo de mentira, su madre jamás mostró el mínimo de empatía con él, ¿Por qué habría de hablarles sobre una relación inexistente?

—Me ha contado que eres muy bueno en la escuela y que eres un chico sumamente prometedor.

—Imagen, no hay otra respuesta más clara que esa, esa mujer miente solo para quedar bien con sus socios, realmente me repugna. —Pensó algo disgustado. —En ese caso... Lamento informarte que jamás he oído algo de ti. —Contestó con algo de frialdad.

—No me extraña, para mis padres no soy más que una imagen para influencias, aunque realmente no me molesta...

Choromatsu se sorprendió al escuchar su respuesta tan... Calmada, por primera vez alguien que quizás podía entender ese aspecto de él, pero seguían siendo diferentes de todas maneras.

Ambos comenzaron a conversar y a conocerse lentamente, Lilith era una chica joven quién estaba acostumbrada a ser ignorada por sus padres, no le importaba realmente, pero mantenía su postura de niña delicada, que de hecho, no parecía ser ninguna máscara.

Mientras ambos conversaban, otro asunto se estaba llevando a cabo en otra sala, ambos padres de Lilith, bebían café con algunos aperitivos dulces junto a Emilia, la madre de Choromatsu.

—He estado pensándolo demasiado y he llegado a mi conclusión final, dejaré que Lilith se comprometa con Choromatsu, eso será espléndido para la empresa y me quitará una preocupación de encima. —Dijo ella y suspiro.

—Sabíamos que aceptarías tarde o temprano. —Contesto la mujer con una sonrisa. —Esto unirá ambas empresas y herencias, pero fuera de eso, Lilith estará más que feliz.

—No tienes idea, Emilia, ha rechazado a muchos pretendientes por él. —Comentó el hombre.

—¿A sí? Yo creía que para esta época habrían encontrado a un mejor postor.

—Queríamos, pero... Lilith quería a Choromatsu desde el principio, siempre estuvo realmente enamorada de él, jamás entendí el por qué, pero no lo cuestiono.

—Ya veo... Bueno, al menos favorecemos al bien emocional de alguien... Pero no debemos apresurarnos, hay un pequeño detalle que olvidé mencionarles.

—¿Qué es? —Preguntaron al unísono.

—Choromatsu ha olvidado por completo a Lilith.

—¡¿QUÉ?! —Gritaron sorprendidos.

—Pero no se preocupen, estoy segura de que ella podrá con esto, siempre la consideré una niña muy lista.

—Y lo es... Hasta este punto ya se habrá dado cuenta... Pero... ¿Y que hay de tu esposo?

—No lo sabe y probablemente no lo sabrá, se pondrá histérico otra vez, es demasiado blando.

—Lo importante es que aún lo amas, de todas formas... ¿Qué tal si hacemos una fiesta y damos el anuncio?

—No es mala idea... Pero lo del anuncio no me convence...

—¿Por qué no? ¡Tendremos mucha publicidad!

—... Bien, viéndolo de ese modo, no está mal, ah, quiero que agreguen a un invitado más, sé que siempre invitamos a los mismos, pero es alguien a quién le tengo confianza.

—Claro, ¿De quién se trata?

—Tougou y su hijo.

Ámame hasta los huesos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora