Ámame hasta los huesos.

Capitulo XXXVII: ERROR.

El espejo estaba roto en miles de pedazos totalmente esparcidos por el suelo, sus piernas eran delgadas, tan débiles, llenas de cortadas, eran tantas que podían tornarse rojas de la sangre, cortadas profundas, sus brazos, todo su cuerpo estaba totalmente lleno de sangre y cortadas, pero no era como si hubiese sido un accidente, todas eran demasiado limpias.

Además... Él estaba sentado tranquilamente, inexpresivo, cortando sus muñecas tan profundo como podía, corrí hacía él y lo detuve, mis manos se mancharon con su sangre y él mi miro indiferente.

—¿Y tú quién eres? —Me preguntó.

Oh, por favor, quería morir, realmente sentía que quería morir, pero no pasó mucho tiempo para que se desmayase, probablemente por la pérdida de sangre.

Fuimos al hospital, estaba bien, pudo recuperarse pero tenía que asistir al psicólogo y medicarse.

Durante esos días estaba tan al pendiente de Choromatsu que no pude verlo, no pude ver a Emilia, ella estaba embarazada y quería decírmelo, pero siempre la ignoraba, comenzaba a tomarle rencor a Choromatsu por eso.

Pasaron meses, Choromatsu se había "recuperado" para ese entonces, ya estaba enterado del embarazo de Emilia, estaba feliz, realmente feliz, pensaba que un bebé alegraría la vida de todos, inclusive la de Choromatsu.

[...]

Ahogado, el bebé acabó ahogado en la bañera...

¿Por qué jamás fui capaz de hacer algo? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué...?

Lo perdoné, porque realmente lo quería, pero Emilia no lo hizo... Ella jamás podría perdonarlo por matar a su bebé, no...

Choromatsu fue protegido como un niño bueno bajo las mantas de un padre iluso, un padre que no fue capaz de preguntarse... ¿Por qué hizo eso? No, lo negó todo, no ayudaba en nada, solo le daba la razón a su hijo... Por pura obligación...

Él volvió a ser un chico normal, duro así el tiempo suficiente como para auto convencerme de que estaba haciendo bien las cosas.

Mentira.

Creía que todo seguiría bien... Hasta que pasó el accidente...

No podía más, déjalo.

Déjalo con Emilia.

Distráete con el trabajo pesado.

Eso hice.

No es mi hijo después de todo...

Pero no puedo evitarlo...

Lo quiero demasiado como para verlo sufrir...

●●●

Habló, solo confesó lo normal, "Eres hijo de mi hermana y yo en realidad soy tú tío." Un abrazo, lágrimas de su parte y frialdad por parte de mamá, una sonrisa compasiva de mi parte y fin.

Osomatsu estaba en lo cierto, pero lo ignoré, lo ignoré todo una vez más... Ya lo sabía después de todo...

Realmente somos hermanos... Realmente estaba viviendo en una mentira...

Oh joder, no... No me hagas darme vueltas en la mentira, porque siento que me volveré loco...

—Una mentira... Hahahaha, sí... Una mentira, vivamos felices en una mentira... Porque es todo lo que tengo, ¿Verdad? Nunca fui amado por nadie, ¿Verdad? Nunca fui un niño bueno, ¿Verdad? ¡NUNCA FUI NADA, ¿VERDAD?! —Comencé a llorar desesperado. —¡Basta...!

¿Osomatsu era realmente el único que jamás me había mentido...? ¿Era el único dispuesto a probar sus sentimientos hacía mí? ¿Estaba realmente tan solo...?

—Ganaste... Ganaste este jodido juego, Osomatsu... Querías que lo entendiera... ¿Verdad? ¡¿QUERÍAS QUE ENTENDIERA QUE ERES TODO LO QUE TENGO?! ¡¿TODO LO QUE ES REAL?! ¡Pues lo lograste! —Reí frenéticamente. —Si quieres que seas eso que quieres que sea, entonces lo seré... Lo seré porque sino me quedaré solo... ¿No? Y nadie quiere quedarse solo...

●●● 

Karamatsu P.O.V

Estaba regresando a casa, bueno, no realmente, estaba caminando hacía la casa de Osomatsu, solo para informarle lo ocurrido, estaba realmente alegre esa noche, fresca, estrellada, ideal para salir, ¿No?

Tras que mi querido hermano abriera la puerta y dejase los zapatos en la entrada, fui con él a la cocina, estaba preparando la cena, había un aroma realmente delicioso en el sitio, me abría el apetito, justamente teniendo un postre en las manos...

—Pues bien hecho. —Dijo Osomatsu con una sonrisa y se sentó en una silla cercana.

—Gracias, hoy trabajé muy duro... Por cierto... ¿Esta Ichimatsu por aquí?

—Esta arriba con Jyushimatsu, ya es prácticamente una costumbre que aparezca por aquí, de todas formas no molestan.

—Hmm, iré a agradecerle.

—¿Agradecerle? ¿Por qué...?

—Por los buñuelos que me preparó. —Expliqué y le mostré la caja. —Ya regreso.

Narrador P.O.V

Osomatsu miró la caja blanca que contenía aquel dulce plato con los buñuelos, pero eso no era lo importante, lo importante era la nota que había dejado Todomatsu, él estaba muy seguro de que Ichimatsu ni siquiera sabía cocinar...

Algo no estaba bien... Acaso... ¿Karamatsu confundió con que el regalo lo había hecho Ichimatsu?

No, no iba a entrometerse, se estaba preocupando, pero no quería hacerlo, su hermano se veía demasiado feliz...

Mientras tanto, Ichimatsu y Jyushimatsu estaban intercambiando un apasionante beso, no había ninguna razón detrás, simplemente porque sí, sus lenguas se cruzaban y jugaban en las bocas del otro, haciendo que algo de saliva saliese de ambas bocas, pero pronto se separaron para tomar aire.

En ese instante, cuando ambos se miraban fijamente a los ojos con una leve sonrisa, alguien tocó la puerta y la abrió precipitadamente, haciendo que ambos se sobresaltaran y se separan intentando actuar normalmente, Ichimatsu jugaba vídeo juegos, mientras Jyushimatsu leía revistas pornográficas al revés.

—La comida estará lista en poco tiempo. —Dijo Karamatsu con una sonrisa. —Ichimatsu... Quiero agradecerte por lo que hiciste hoy... Fue... Muy amable de tú parte...

El pelinegro se sorprendió, no entendía nada de lo que hablaba, pero se veía tan feliz que no pudo evitar seguirle la corriente, ¿A quién le importa lo que sea que haya hecho o no hecho?

—D-De nada... —Contestó algo incómodo. —Iré a... Ver si Osomatsu-niisan necesita ayuda. —Agregó y se levantó.

Solamente había ido abajo a despejar su mente, sentía que podía decir cualquiera cosa estando tan nervioso, ni siquiera se percató de que se había quedado a solas con Jyushimatsu, lo ignoró totalmente.

Pero en cambio, para Karamatsu era una gran oportunidad, esté se sentó en la cama junto a Jyushimatsu quién pasaba de hoja en hoja nervioso, pero con su sonrisa permanente en sus labios, intentando disimular los nervios de su presencia.

—Tú realmente amas a Ichimatsu, ¿Verdad? —Preguntó con un tono relajado en su voz.

—¿E-Eh...?

—No voy a molestarme porque digas la verdad.

—Yo... —Suspiró. —Sí... Él... Realmente me gusta... Pero el no siente lo mismo por mí...

—Ya veo... Es un chico difícil de entender, ¿No? —Rió alegre y poso su mano sobre su hombro. —Tú... ¿Realmente eres capaz de hacer cualquier cosa para hacerlo feliz, verdad?

—¡C-Claro que sí! ¿P-Por qué lo preguntas...?