Silencio, un sumo silencio rodeaba la biblioteca, no había casi nadie, salvó unas pocas personas dispersas leyendo u completando tareas.
Karamatsu estaba leyendo una novela que tenía bastante polvo, hacía tiempo que nadie la tomaba, él ya la había leído antes, ¿No se suponía que a los niños debes leerle cuentos? Bueno, no era su caso, en el orfanato donde solía vivir tenían únicamente novelas u cuentos infantiles con variedad de dibujos.
"La novia se viste de negro" era su título, siempre le cautivó como la protagonista por culpa de su envidiosa madre, acababa vengandose por todas sus humillaciones.
—¡Hey! —Saludó Osomatsu y posó su mano sobre su hombro.
—Me asustaste. —Contestó tras dar un sobresalto. —Que raro verte aquí...
—Te estaba buscando, algo me dijo que estarías aquí. —Agregó y se sentó a su lado. —Hace tiempo que no hablamos, ¿Estás bien?
—¿Por qué lo preguntas? Estoy bien.
—¿Cómo va el asunto con Todomatsu?
—Hoy lo veré en el trabajo, no te preocupes, intentaré mantener la comunicación con él.
Osomatsu suspiró, nuevamente estaba intentando no preguntar e insistir en si Karamatsu estaba realmente bien, pero la voz de Tougou resonaba en su cabeza diciéndole que no se entrometa.
El ojiazul no sonaba como siempre, tenía una forma de hablar más baja, con alto índice de tristeza o quizás simplemente sin ganas de conversar demasiado, pero dentro de todo, parecía realmente tranquilo.
Finalmente lo dejo a solas, se quedó leyendo aquel libro aún en silencio, necesitaba distraerse, últimamente no dejaba de pensar en Ichimatsu, sabía que si lo veía probablemente seria como un golpe a su corazón... Pero no le importaría realmente.
—La verdad es que nadie nunca ha sido realmente bueno conmigo... Nadie nunca se ha preocupado meramente por mí... —Se dijo a sí mismo en su cabeza.
Ya en la tarde, cuando el sol comenzaba a ocultarse, todos iban de regresó a casa, Choromatsu fue invitado a ir a una cafetería con Lilith, pero este la rechazó con el silencio y se largó a casa, tenia... Planes.
Karamatsu fue directamente a su trabajo, se hallaba en la central, en una cafetería muy reconocida por la mayoría de jóvenes entre 16 y 25 años, al entrar, saludó a los presentes y se dirigió a la parte trasera para cambiarse.
Allí estaba él, atando los nudos de su delantal color verde oscuro, cuando volteó y se encontró con el ojiazul, no dijo nada, solo lo siguió con la mirada.
—Vienes realmente desarreglado. —Dijo Todomatsu intentando llamar su atención.
—¿Ah sí? No tuve tiempo de arreglarme, sabes que vengo directamente de la escuela. —Contestó pasando su mano por su nuca y con una breve sonrisa.
—Tch, deberías estar más presentable de todas formas. —Salió del sitio para atender la barra.
A pesar de que se conocían desde hace tiempo, no tenían el tipo de relación que Osomatsu creía, Karamatsu era constantemente acosado por los comentarios innecesarios de Todomatsu, aunque generalmente no iban más allá de su aspecto o comportamiento, no era un idiota, no conocían las vidas personales del otro, ¿Por qué criticarlos, verdad?
Karamatsu tendía a ignorarlo generalmente, pero desde aquel día... Él tiende a llamar su atención con esos comentarios, pero no todo es totalmente negro, esos ERRORES que Todomatsu señala, intenta ayudar a corregirlos, rara vez pasa, pero ocurre de vez en cuando.
Finalmente, tras cambiarse comenzó a trabajar como un mesero, era el trabajo más simple del mundo, el local no era muy grande y generalmente jamás llegaba a llenarse totalmente de gente y si así lo fuera, tenía varios compañeros que lo ayudarían.
Cuando ya iba cayendo la noche, los clientes se iban marchando hasta que quedaba el sitio totalmente vacío, las puertas se cerraban y todos iban a cambiarse para regresar a casa.
—¡Hoy hicieron un fantástico trabajo! —Dijo la senpai con una alegre sonrisa. —¡Espero más de eso mañana! Hasta pronto.
Ella se retiró primero, acompañada de su novio, la mayoría se iba temprano así que al final solo quedaban 4 personas, dos de ellas esperaban a Todomatsu para regresar a casa.
—No lo hiciste mal hoy... Te felicito. —Le dijo al ojiazul mientras terminaba de abrochar su camisa. —No lo tomes como un cumplido, solo fue una observación de mi parte.
—Pues te lo agradezco, si no fuera por ti, seguramente seguiría cometiendo errores. —No es cierto... No mientas Karamatsu... —Nos vemos mañana.
—Si...
El menor se fue primero, dejando a Karamatsu solo y como siempre con su último lavor de cerrar.
Pero antes de irse, notó algo que estaba sobre una de las mesas de descanso que había en la sala de los empleados, era una caja.
Esté la abrio sin mucho cuidado, encontrándose con una cierta cantidad de buñuelos cubiertos con un polvo blanco que era dulce, era usado en variedad de postres, pero ignorando eso, se veían realmente apetitosos y junto a ellos, una pequeña nota resaltaba por su color rosa.
—"Anímate, haz hecho un buen trabajo hoy." — Leyó en voz alta.
Al final resaltaba el nombre de Todomatsu y un pequeño dibujo algo mal hecho de él dándole un signo de aprobación con su dedo pulgar hacia arriba.
El ojiazul se quedó mirando fijamente a la nota... ¿Era real? ¿Alguien se había molestado en dejar eso ahí? Oh, su corazón comenzaba a acelerarse y lágrimas corrían por sus mejillas de la felicidad.
—Gracias...
Ichimatsu.
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Ámame hasta los huesos.
FanfictionChoromatsu inicia en una nueva escuela tras un accidente en su antiguo instituto, a pesar de que las cosas marchan bien al principio, se encontrará con Osomatsu Matsuno, uno de los chicos más problemáticos del instituto, quién tras ver algo que no d...