La luz del sol entraba por aquella pequeña ventana a un lado de la cama, a través de aquella resplandeciente luz, el polvo se paseaba en pequeñas partes, haciéndose visible únicamente en esa área.
Osomatsu abrió la puerta del dormitorio para encontrarse con Todomatsu, quién estaba agitado de tanto haber golpeado la puerta, era inútil ya que había estado cerrada con llave.
—¡Buenos días, Totty! —Saludó el mayor y entró.
Choromatsu entró seguido de él, con una bandeja de comida en las manos, algo inseguro de la situación, pero no hizo preguntas y dejo aquella bandeja en frente de Todomatsu para luego alejarse y volver al lado de Osomatsu.
—¿Qué quieres? Si es una recompensa, no van a darte nada por mí. —Habló con un tonó de molestia.
—Relájate, estás en tú casa. —Agregó Osomatsu y se sentó en el borde de la cama. —Apresúrate y come, así puedo presentarte ante los demás.
—¡No voy a comer esto! —Empujo el plato lejos de él. —¡Déjame ir a casa!
Osomatsu se levantó y tras agacharse, lo tomo de la barbilla, Todomatsu sintió que lo que había hecho no le había gustado para nada y probablemente debió haber tenido mas cuidado, pero Osomatsu mostraba una expresión de indiferencia total.
—Choromatsu lo hizo especialmente para ti... Así que cometelo. —Ordenó y se levantó. —Además, no hay una casa a donde regresar, ¿Verdad? No te mientas a ti mismo, Todomatsu, esta es la única casa en donde tu y todos pertenecen... No podrás escapar y aunque lo hicieras no hay lugar a donde ir... Estamos en medio de la nada, básicamente.
Choromatsu escuchaba las palabras frías de Osomatsu y poco a poco comenzaba a analizar la situación, hasta que se dio cuenta de lo que estaba haciendo.
—... D-Dime que eso no aplica con nosotros... —Dijo algo inseguro.
—¿Eh? ¡Pero claro que sí! Nadie puede salir, ni siquiera yo... Vamos a estar aquí durante muuuucho tiempo~♪ Quizás toda la vida. —Sonrió alegremente. —Pero no te preocupes...
—¡¿QUÉ NO ME PREOCUPÉ DICES?! ¡¿ES QUE ERES ESTÚPIDO?! ¡¿QUÉ PASARÁ SI LAS RESERVAS DE COMIDA SE AGOTAN?! —Grito furioso.
—Tougou las repondrá y tampoco les hará caso si quieren escapar, le he dado la orden de que si escapan, los traiga de regreso aquí... O... Puede ser peor, quizás hasta decida matarlos.
Choromatsu hubiera deseado que sus palabras fueran un engaño para asustarlo, pero conociendo los horrores que él había cometido, estaba más que seguro de que era capaz de matarlos a todos si no hacían caso...
—A mí me basta con tener sus cuerpos aquí... —Agregó y salió del dormitorio.
—¿Uhm? ¿Pasó algo? —Preguntó Karamatsu quién se acababa de despertar. —¿Eh? ¿Todomatsu, qué haces aquí?
Estaban totalmente encerrados, encerrados en una jaula donde no iban a poder salir y aunque lo hicieran, el mundo exterior los mataría, una vez más, Choromatsu se estaba arrepintiendo de haber confiado en Osomatsu, oh pero recordó algo... Unas últimas palabras...
"—No hay una casa a donde regresar"
¿Por qué siempre el mayor acababa teniendo la razón? Choromatsu no iba a poder volver a su vida normal si llegaba a regresar, era imposible, no después de haber cargado con tanto.
Las horas habían pasado y durante el día, Choromatsu no hacía más que intentar distraerse leyendo alguno de los libros que había traído de Japón, Karamatsu estaba mirándose al espejo mientras arreglaba su cabello y Ichimatsu miraba televisión con Jyushimatsu.
Se había aburrido de estar sentado todo el día, así que se levantó para salir afuera, el calor ya no era tan fuerte como el día anterior, pero seguía presente.
Osomatsu estaba recostado sobre una manta en el exterior, en una parte donde había algo de sombra gracias a un árbol que estaba bastante viejo pero que resistía perfectamente el calor, aunque se notaba bastante seco.
—No puedo creer que te lo estés tomando tan a la ligera... —Habló Choromatsu.
—No me lo estoy tomando a la ligera, Choromatsu, es lo mejor para todos, ¿No crees?
—¡Es lo mejor para ti! ¡¿Por qué insistes tanto en tenernos aquí?!
—Los perdí una vez... No voy a arriesgarme a perderlos de nuevo. —Susurro evitando mirarlo.
—¿Eh?
—Choromatsu... ¿Tú recuerdas algo desde antes de que nos separemos? ¿Recuerdas lo que te hice...?
—...
—No me arrepiento de ninguna de mis acciones, porque arrepentirse no sirve de nada... No puedo ni puedes cambiar el pasado... Pero todas esas palabras dulces que te he dicho... Eran la verdad absoluta.
—Osomat-
—No soportaba la sola idea de que en un futuro me dejases solo... Que te fueras con alguien y yo tuviese que fingir mi aprobación... No era lo suficientemente fuerte... Así que deje que tu admiración se volviera algo más... Ah, no sabría que habría hecho si te negabas a amarme... Si me hubieras mirado raro... Y me hubieras tenido miedo... OH PROBABLEMENTE ME ODIARÍA A MI MISMO. —Dijo entre jadeos.
El mayor comenzaba a excitarse de solo recordarlo, su respiración se agitaba mientras miraba fijamente a los ojos a Choromatsu, un sentimiento que no sentía hace mucho tiempo atrás, Choromatsu por su parte estaba algo asustado por el hecho de que Osomatsu comenzase a desvariar, conociéndolo, nada iba a salir bien de eso, pero quería escuchar... Quería recordar todo...
—... No me molesta... —Susurro Choromatsu. —No me molesta el que hubieras hecho eso.
—Lo sé, ¿Crees que te trataría tan amablemente si no lo aceptarás?
—P-Pero quiero saber... —¿Por qué...? ¿Qué hice para que cayeras tan bajo...? ¿Qué soy? ¿De donde vengo y por qué...? ¿Por qué insistes tanto en unirnos como si fuéramos un rompecabezas?
—Tiene sentido, me habría extrañado que jamás preguntarás. —Contestó. —Es un recuerdo realmente hermoso, Choromatsu... El recuerdo de como una flor roja comenzó a florecer mucho más rápido que las demás...
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Ámame hasta los huesos.
FanficChoromatsu inicia en una nueva escuela tras un accidente en su antiguo instituto, a pesar de que las cosas marchan bien al principio, se encontrará con Osomatsu Matsuno, uno de los chicos más problemáticos del instituto, quién tras ver algo que no d...