Ámame hasta los huesos.

Capitulo IV: Palabras prohibidas.

—No... —Contestó algo extrañado ante la pregunta.

—Ha... No tengo shampo en este frasco... ¿Te importa si tomó el tuyo? —Preguntó nuevamente.

—Ichimatsu... —Susurro y se levantó.

El ojiazul se sentó detrás de él, con el shampo en sus manos, de todas formas ya había terminado con su cabello, así que comenzó a lavar el del menor.

Por más que estuviese mojado, se sentía suave, Karamatsu se sentía avergonzado mientras se repetía en su mente: "No pasa nada, solo nos estamos bañando juntos" tratando de quitar los pensamientos impuros de su mente.

—Gracias. —Agregó.

Karmatsu recordaba cuando le daba esos largos baños, cuando ambos reían porque era divertido, entre tantos recuerdos, el ojiazul se dejó llevar para "soñar" un rato, la nostalgia era el sentimiento que mas disfrutaba.

Pero cuando despertó de su sueño, se encontró con Ichimatsu mirándolo de frente, con aquella cara de cansancio y desinterés.

No pude evitar detenerlo con su mano, estaban realmente cerca y si tan solo se aproximaba un poco más, acabarían chocando sus labios.

—Ichimatsu... Lo siento... Pero yo...

El menor se alejo a cierta distancia, se lavó el cabello rápidamente y se largó del baño, sin decir nada más, dejando confundido al ojiazul.

Tras acabar de darse el baño, salió inmediatamente con ropa limpia ya puesta y fue al piso de arriba a avisarle a Osomatsu, no toco la puerta, simplemente la abrió, de todas formas estaba entreabierta.

—Ya puedes ir a bañarte. —Le dijo para luego sentarse en el borde de la cama.

—Bien, espérame, no te duermas. —Contestó y salió del cuarto.

El ojiazul se quedó solo, miraba a los cuadros que había en el cuarto de Osomatsu, siempre le gusto ese lugar, donde igualmente tenía incontables recuerdos.

—Ha... Ichimatsu ha crecido tan rápido. —Dijo con una cálida sonrisa al ver una foto.

Pronto recordó aquella escena en el baño y borró esa sonrisa, quedó sumamente confundido ante lo ocurrido y su mente no dejaba de hacer preguntas al respecto y de armarse pequeñas teorías.

—Debería ir a ver como esta... Y algo me dice que le pida disculpas. —Dijo en voz baja y salió del cuarto con dirección al dormitorio de Ichimatsu.

Era la segunda puerta justo al frente del cuarto de Osomatsu, Karamatsu notó que la puerta estaba abierta, no entrecerrada, pero si abierta, se notaba porque con un ligero movimiento podía cerrarse.

Empujó suavemente la puerta, esta no hizo ningún ruido, dejó una breve abertura que le permitía ver, la cama de Ichimatsu estaba justo enfrente de la puerta de forma vertical, así que pudo verlo claramente, estaba recostado boca arriba con su brazo derecho cubriendo su rostro.

Lo veía moder sus labios y luego comenzó a moverlos, como si estuviese recitando algunas palabras.

—¡Joder! —Gritó molesto y le levantó.

Se incorporó rápidamente, tomó una almohada y la tiro contra el suelo para golpearla molesto, Karamatsu estaba extrañado, el Ichimatsu que conocía no actuaba así.

Se distrajo un momento para pensar y cuando volvió a mirar, Ichimatsu no estaba en ninguna parte, entonces,  la puerta se abrió, casi caía dentro y se encontró con la mirada fulminante de Ichimatsu.

—¿Se puede saber que haces? —Preguntó el menor.

—Eh... Iba a tocar la puerta para ver si estabas bien... —Contestó algo nervioso.