Las frías ventiscas azotaban nuestros cuerpos. Habíamos llegado a nuestro destino en la mañana, nuestras siluetas ocultas en los gruesos abrigos que apenas podían protegernos de lo helado que estaba el ambiente. Tenía el corazón en la garganta; joder, mi miedo seguía presente. ¿Y si me congelaba y quedaba como figura de hielo de por vida? ¡No quería quedar como Han Solo o algo por el estilo!
Cada persona se había puesto en su posición; Eweleïn tenía listo todo lo de curación por si llegaba a pasar algo. La mitad de los reclutas estaban rodeando el mapa que Nevra había pegado en la cueva en la que nos hospedaríamos mientras la misión era realizada, buscando rutas de escape en caso de que pasara algo imprevisto tanto en esa zona como en la cueva que albergaba los cristales.
La otra mitad preparaba los equipos necesarios para la correcta realización de la misión, e incluso ayudaban a Eweleïn a cargar cosas que una sola persona no podría lograrlo. Mientras tanto, Eraeld y yo simplemente esperábamos, sentados como idiotas. Para ser sincera, había un silencio incómodo entre nosotros.
Incómodo, pero que él me decía con la mirada que, si me atrevía a romperlo, me aventaría a lo más profundo de la cueva que se supone teníamos que explorar.
—Entonces...— cómo la idiota que solía ser, rompí el silencio. —¿Qué especie eres? No pareces tener alas, cuernos o algún accesorio extraño en tu cuerpo.—
—Me sorprende que no puedas reconocer a los de tu misma especie.— su gesto se suavizó, y se cruzó de piernas. —Nací aquí, y también soy un esper. Puedo suponer que esta es tu primera misión así de lejos del cuartel, ¿no?—
—Supones bien.— suspiré, abrazando mis piernas. La tensión que sentía con él había desaparecido, por lo que podía sentarme como me diera la gana. —Estoy algo nerviosa, para ser sincera.—
—Nuestra especie es la protagonista en esta misión, así que esfuérzate, Darianne.— cuando él me llamó así, escuché una risa detrás de mí, viniendo justo de la dirección de donde Nevra estaba.
Ese vil hijo de puta.
—Este... prefiero que me llamen Aerye. Nunca me ha agradado mi segundo nombre.— lo corregí lo más agradable que pude.
—Oh, ¡lo siento! Es que me confundí un poco porque te llaman de las dos formas. Le pregunté al líder y me dijo que preferías mil veces Darianne, parece que se equivocó, entonces.—
—¿T-Te dijo eso?— hice lo posible por mantener un gesto neutro y no lanzarme hacia el idiota que estaba aguantando la risa de una manera muy poco eficiente.
—Sí, le creí porque como son muy cercanos, supuse que decía la verdad. ¡Y vaya que lo son como para jugarse bromas!— soltó una pequeña risa, y el idiota vampiro aprovechó para reírse igualmente.
¿Por qué ahora creían que el idiota ese y yo éramos amigos? Digo, no lo desprecio del todo, pero tampoco me agradan sus actitudes de mujeriego y como le encanta hacerme la vida imposible. Hmph, y yo que había creído que el maldito era Ezarel.
Eraeld y yo seguimos platicando por un buen rato de cosas irrelevantes; nuestros pasatiempos, cosas divertidas que hacer en la Guardia cuando estás aburrido, los libros más extraños de la biblioteca, las recetas más asquerosas que Karuto ha hecho en su vida como cocinero, las tareas extrañas que Jamón pedía de la nada, regaños más graciosos de Miiko, entre otras cosas. Me preguntó sobre mi vida en la Tierra, y cómo eran los espers de ahí.
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Re;Birth [Eldarya] (Re;Birth #1)
Fanfiction「No hay otra opción.」 ◊Aerye, una joven esper que vivió toda su vida fingiendo ser humana, se ve forzada a huir hacia Eldarya. Por azares del destino y su capacidad de meterse hasta en los problemas más imposibles, termina uniéndose a la Guardia de...