Capítulo XXIX: Reessia, parte I.

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Hace unas horas que por fin habíamos llegado a la ciudad de la misión, pero debido a que la aduana, por así llamarla, era demasiado quisquillosa, llevábamos ya bastante tiempo haciendo el trámite para pasar. Todo hubiera ido a la perfección, a excepción de que teníamos dos pequeños problemas; el primero, era la razón por la que estábamos ahí. Debido a que era una misión secreta hasta cierto punto, sólo el que nos contrató tenía los detalles, y nos especificó claramente que no podíamos decirle a nadie a excepción de que sirvieran como fuentes de información.

Por lo mismo, el guardia llevaba casi una hora insistiendo en que le dijéramos el motivo. Por más que le dije a Nevra que mintiera y dijera que estábamos por motivos turísticos, él ya estaba lo suficientemente enojado con el guardia como para que lo tuviera que calmar en más de una ocasión para que no empezara con sus dramas. Si había alguien maestro en dramas y comentarios pasivos-agresivos, no había nadie mejor que el vampiro.

Nuestro segundo problema tenía nombre y apellido; Aerye Darianne Förstner. Debido a que no había nacido aquí y aún no había terminado el trámite que la Guardia estaba haciendo para validarme como persona que sí existe en Eldarya, en los registros no había nadie con ese nombre, por lo que no tenía manera de confirmar mi identidad. Le pregunté incluso que si mi credencial escolar servía como identificación, ganándome una risa discreta de una chica que estaba ahí.

Ya era la una de la tarde, y seguíamos discutiendo con el guardia. Nevra, como su estúpido último recurso, exigió ver al que gobernaba esa ciudad, y aunque no estaba permitido exigir su presencia sin cita previa, el vampiro sacó leyes de las cuáles no tenía ni idea que lo respaldaban de no sé qué forma. Ahora, estábamos esperando al querido guardia porque había ido a comer, y después nos pediría nuestros datos para ir con el gobernador o no sé qué de esta ciudad para preguntarle si nuestra coartada era cierta.


—Entonces... ¿el motivo por el que vienen es confidencial?— la chica que al parecer era aprendiz del guardia rompió el silencio, cosa que me hizo ponerme a la defensiva.

—Igual que tu nombre, cosa que podríamos cambiar si tú quieres.— le di un codazo al vampiro en las costillas, callándolo automáticamente. ¿¡Pero qué le pasaba!?

—Perdona a mi compañero, se golpeó la cabeza de pequeño y por eso es así.— fulminé a Nevra con la mirada, como exigiéndole que se callara y me dejara todo a mí. —Sobre tu pregunta... sí, ciertamente.—

—¿Es por la trata de personas?— tragué saliva al escucharla. Una parte de mí me decía que confiara, pero había algo en ella que... ah, maldición. Confiar o no en mis corazonadas, esa era mi gran duda. —Puedes confiar en mí, incluso si hay una parte de desconfianza que podría inspirarte.— sonrió, y realmente me asusté. ¿Leyó mi...?

—Espera, espera.— me levanté como resorte, analizándola por enésima vez. —¿De pura casualidad eres una esper?— podía apostar cualquier dedo de mi mano a que lo era. ¡Quizás esa era mi corazonada!

—Una buena parte de las personas en esta ciudad lo son, de hecho. Pero sí, tienes razón. Mi poder no está para nada desarrollado, así que hay veces que sí escucho pensamientos y otras veces que no, no lo puedo controlar.— la cosa sí que cambiaba bastante. Observé de reojo a Nevra, el cual parecía aún molesto por el golpe que le metí.

—Es lo de menos, yo igual necesito entrenar mis poderes.— me encogí de hombros, restándole importancia. Para ser sincera, era algo que quería cambiar, y por lo mismo, decidí comenzar un entrenamiento con mis poderes... tal y como dijo Ashkore. —Igual quería decirte que tienes razón en cuanto a nuestro objetivo.—

—Lo supuse desde un principio... verán, mi compañero es muy recto con las reglas, pero puedo disimular que se me escaparon de la vista, pero tendrían que evitar su presencia a toda costa. ¿Está bien?— asentí, y Nevra tomó todo nuestro equipaje. Por suerte, ambos llevábamos carga liviana.

Re;Birth [Eldarya] (Re;Birth #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora