Capítulo XVI: Las Pruebas de la Guardia.

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El cuartel general normalmente estaba lleno de gente, pero hoy era una exageración. Debido a los exámenes que los líderes de las guardias hacían a sus reclutas, el cuartel era un caos total. A pesar del estrés que la situación me causaba, me era ciertamente nostálgico. La época de exámenes en la universidad siempre había sido entretenida de una manera u otra, y que algo parecido sucediera en el cuartel me hacía sentir bien por alguna razón.

Las pruebas se dividían en tres partes; académica, que era un examen de redacción, historia, matemáticas e idiomas a elección. Física, que consistía en diversos retos de resistencia, velocidad y fuerza, con dos extras dependiendo de la guardia. En caso de Sombra, era sigilo y habilidad en artes marciales. La última parte era la médica, que era tan simple como hacer una fila de dos horas en la enfermería para esperar tu turno y pasar a que te hicieran los típicos estudios, cosa que estaba haciendo ahora.

La fila avanzaba lentamente, lo que provocaba que mi aburrimiento se acelerara por cada segundo. Podía aplicar la típica de platicar con la persona delante de mí, pero por alguna razón, ese día no tenía ganas de socializar para nada. Quizás era porque estaba harta de estar de un lado para otro desde la semana pasada, pero quería un poco de paz y tranquilidad en mi problemática vida.

Mi sensor de idiotez me hizo voltear a un lado en específico; casi me sonrojo al ver quizás la razón que tuvo mi inconsciente para obligarme a voltear hacia ese lugar. Leiftan, observando una flor con aire aburrido. ¿Y si le hablaba? Es decir, si estuviera en otra situación con otra persona, la cosa sería diferente. Leiftan no era cualquier persona, y las cosas entre nosotros habían estado tensas desde que se me ocurrió rechazarlo e irme con Nevra.

Aun así, como mi sentido de estupidez iba de la mano con mi sensor de idiotez, me armé de valor. Acomodé disimuladamente mi cabello, me aseguré de que mi ropa luciera bien y en un acto travieso, provoqué una pequeña corriente de aire alrededor de la flor que tenía el lorialet en la mano, sonriendo al ver su sorpresa. La dirigí hacia mi mano, asegurándome que él siguiera el curso de lo que me acababa de robar para que entendiera el mensaje.

Una sonrisa se dibujó en sus labios, se levantó de su asiento, dirigiéndose a paso tranquilo hacia mí. Sentí como el corazón se me aceleraba cada vez que se acercaba más, y por más que me mentalizara para que el sonrojo desapareciera de mis mejillas, no lo logré.


—Hola, Aerye.— escuchar su voz de nuevo era demasiado para mi corazón. —¿Cómo has estado?—

—Más ocupada de lo que me gustaría.— solté una pequeña risa tímida. —¿Y tú? ¿Los miembros de la guardia Brillante también son parte de las pruebas?— me alegraba que no pareciera molesto conmigo. Leiftan era de las pocas personas en la Guardia que ya podía considerar como importantes para mí.

—No en lo práctico, pero si revisamos todas las pruebas de los demás reclutas. Esta vez me tocó Absenta, lástima que no fue tu guardia.— no pude evitar sonrojarme. Me sentía una adolescente tonta y enamorada cuando estaba cerca de él. —Por cierto...— lo miré directamente a los ojos, para darle a entender que tenía toda mi atención.

—¿Sucede algo?— pregunté, ladeando un poco la cabeza.

—Quería disculparme por mi actitud, ya sabes, la vez de la herrería.— desvió la mirada por un momento. Parecía realmente apenado. —No supe expresar lo que realmente sentía y me quise hacer el adivino antes de que me respondieras.—

—Oh, no te preocupes por eso. Yo suelo tener un temperamento terrible todo el tiempo, es más probable que esté metida en problemas a que esté respirando y me cuesta controlar mi vocabulario.— enumeré los que consideraba mis mayores defectos. —En pocas palabras... no te preocupes.—

Re;Birth [Eldarya] (Re;Birth #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora