Entre amor y drabbles.

San Valentín.

♡ Feliz día del amor y la amistad. ¡Espero que lo pasen bien! Disfruten el fluff porque ya viene lo angst 😊.

Es una tradición que para esta fecha se le entreguen chocolates echos por uno a esa persona especial, haciendo de una confesión.

No es un secreto decir que todos amaban a Park JiMin, ¿Y cómo no? Era parte del centro de alumnos, amable con todos, la ternura en persona y siempre portaba una sonrisa.

YoonGi simplemente era ese estudiante que escuchaba música al fondo del salón y que no destacaba entre todos, no estaba realmente interesado en nada pero aún así había caído por los encantos del menor.

Sabía que sería inútil pero se había quedado toda la noche haciendo los chocolates, quizás no tendría el valor de dárselos pero se sentía satisfecho por haberlo logrado.

El día finalmente había llegado, la cajita estaba al final de su mochila mientras caminaba por los pasillos del instituto. Llegó a su casillero y suspiró cansado, deseaba dormir; chillidos invadieron su silencio y alzó la mirada para encontrarse a un grupo rodeando a JiMin entregándole diversos regalos que recibía gentilmente, «Si acepta los míos, ¿Qué tendría de especial?»

Lleno de negatividad decidió saltarse la clase e irse a dormir, se acostó bajo un árbol que gracias a la brisa causaba comodidad; dejó su regalo a un lado para no aplastarlos, acomodó su mochila bajo su cabeza y cerró los ojos. Estaba por quedarse dormido cuando sintió la presencia de alguien, rogó que no fuese algún superior y lo castigara por sus actos.

—¿Min YoonGi? —suavemente abrió los ojos ante esa voz.

—¿Si? —frente a él estaba ese chico que traía a todos locos.

—Soy Park JiMin. —lo saludó nerviosamente.

—Lo sé. —el contrario abrió los ojos sorprendido. —Todos saben tu nombre, JiMin.

Un silencio los invadió y YoonGi se levantó, quedando unos centímetros más alto que el menor. Rápidamente sacó algo de su bolso y le tendió algo forrado en papel con corazones.

—Hice esto para tí, por favor acéptalo.

El pálido no podía creer lo que estaba pasando, fijó su mirada en el suelo y ahí yacía la razón de su sueño, también la tomó en sus manos y sonrió tímidamente.

—Bueno... yo también tengo algo para tí.

YoonGi miraba hacia un costado, mordiendo levemente su labio esperando la reacción de JiMin.

—Hyung, ¿Los hiciste tú?

—Sí, no estaba seguro si dártelos, seguramente ya recibiste demasiados pero espero te gusten.

—Los únicos que estaba esperando eran los tuyos. —sonrió tanto, que sus ojitos hicieron una línea.

Y entre pequeñas charlas, mejillas sonrojadas y miradas rápidas, un profundo amor crecía.