♡ Quería subir esto para los 40K pero ustedes, gente hermosa, ya hizo que llegara a los 40.3 😻, la verdad es que no sé qué hice en otra vida para merecer lo lindas personas que son conmigo.
♡ 1.946 palabras. ♡ angst. ⚠️ muerte, discreción al leer.
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Conocer a YoonGi fue una de las mejores cosas que le pudo pasar a JiMin.
No puede decir que fue su primer amor, pero si fue la primera vez que tuvo esa sensación de calidez en su pecho y ese constante cosquilleo en su estómago cuando se veían. Los sonrojos jamás faltaban y aún menos las leves caricias que con el tiempo fueron aumentando.
Así fue como se hicieron pareja, todos coincidían en que parecían ser perfectos el uno para el otro. El perfecto alfa y el perfecto omega.
Una noche todo su grupo de amigos decidió irse de fiesta, pasar un buen rato y poder bailar.
—¿Quieres ir? —le preguntó YoonGi suavemente.
—Pensé que nos quedaríamos en casa con mimos. —el Omega lo miró tras sus largas pestañas.
—Cuando tú celo está cerca te pones como un bebé. —rió, abrazándolo y dándole un besito en su frente— Si quieres quedarte solo debes decírmelo, tus deseos son órdenes.
—Podríamos ir un ratito. ¿Te parece?
—Estupendo.
YoonGi condujo hacia un bar, no quedaba tan cercano a su hogar pero estaba bien gracias a que iban en auto. Entraron juntos, el alfa lo abrazaba desde atrás y tenían sus manos entrelazadas a la altura del vientre del Omega que sonreía feliz de tenerlo cerca.
—¡Ya están aquí! —Hoseok los abrazó— Pensé que no llegarían.
—No seas exagerado, Hobi. Solo estamos unos minutos más tarde de lo acordado. —JiMin lo empujó burlonamente.
La noche comenzó suave pero a medida que los tragos iban pasando, más se descontrolaban los demás. YoonGi estaba chispado, sus pupilas estaban más dilatadas y tenía una sonrisa implantada en su cara, se reía de absolutamente todo lo que hablaban y JiMin se estaba comenzando a sentir un poco incómodo.
—Amor. —llamó su atención.
—¿Qué pasa?
—¿Podemos irnos?
—¿Ahora? Estamos por comenzar la última ronda...
YoonGi se veía tan feliz que no quiso arruinarlo.
—Puedo esperar a eso.
—¡Bien! —le plantó un beso en sus labios— Después de eso nos iremos.
