Entre amor y drabbles.

Kids.

♡ 869 palabras.
♡ kids!au
♡ Últimamente nada me sale bien y leer sus comentarios es lo único que me alegra, asique muchas gracias a cada una de ustedes🐣💖.

—¡YoonGi! ¿Ya estás listo, cielo?

—No sé porque tenemos que ir donde los vecinos. —dijo abrazando su peluche favorito.

—Porque nos invitaron a cenar.

—Mamá... —dijo en una queja.

—Tienen un hijo, podrías hacerte un amiguito. —trató de animarlo.

—No les gusto a los niños, siempre se alejan de mí.

Su madre sintió una presión en el pecho, debido a su separación con el padre del niño muchos adultos alejaron a sus hijos del suyo. A pesar de los nuevos años aún no está bien visto una separación en su país y no había mucho que pudiese hacer contra eso.

—Lo siento. —susurró.

—Está bien mamá, vamos. —dijo tratando de animarla.

Tomó su mano y se dirigieron a la casa recientemente ocupada. YoonGi tenía miedo, le daba ansiedad conocer personas nuevas y siempre sentía la necesidad de ocultarse detrás de la protección de su madre, pero si esto la hacía sentir feliz, lo haría sin dudarlo.
Tocaron el timbre y esperaron, se sintieron unas voces dentro y de pronto una mujer bajita y realmente hermosa apareció.

—¡Llegaron justo a tiempo! —dijo con una sonrisa —Está todo listo.

—Me alegro no habernos retrasado, saluda bebé.

—Hola. —hizo una tímida reverencia.

—Hola YoonGi, me hablaron mucho de tí. JiMinnie está emocionado por conocerte.

—¿A mí? —dijo extrañado pero con una extraña felicidad recorriendo su cuerpo.

—Pasen, por favor.

—Gracias.

Apresó su peluche más cerca de él y siguió a los adultos mirando a su alrededor, le gustaban los cuadros de fotos iluminados; se acercó a ver uno en especial. Pequeños pasos rápidos fueron escuchados y un peso lo hizo perder el equilibrio, cayendo al suelo.

—¡Ay! —sintió algunas lágrimas pinchando sus ojos.

—¡Yuni!

—¿Eh? Mi nombre es YoonGi. —por fin lo miró.

Era un bebé de mejillas enormes, tan grandes que aplastaban sus ojitos. Tenía el cabello desordenado y restos de pintura en sus manos. Sonreía de una forma que se le contagió.

—JiMin, ¿Qué te dije de lanzarte sobre la gente? —su madre lo separó de él.

—No me avisaste que llegó Yuni. —se cruzó de brazos.

—Recién pasó bebé, te lo iba a decir.

—Está bien. —hizo un mohín con sus labios —Hyung, le hice un dibujo.

—¿En serio? —dijo con una gran sonrisa.

—¡Sí! ¡Vamos, se lo mostraré!

Le tomó la mano a su mayor y subieron juntos hacia la habitación, JiMin la tenía decorada con muchos colores y llena de manos pintadas.

—Aquí está. —se lo entregó —Somos los dos. Ese soy yo. —señaló al más bajo.

Para la simple vista de YoonGi parecía ser sólo muchas rayas y algunos círculos, pero nadie antes le había obsequiado un dibujo con tanto amor. Lo apretó en su manito libre —ya que el otro sujetaba su más preciado tesoro— y volvió su vista hacia él.

—Me gustó mucho, Minnie. Gracias.

—¡Desde hoy seremos los mejores amigos hyung!

JiMin era un niño bastante bullicioso, cada expresión que podía sentir la expresaba. Esto a YoonGi no le molestó, desconcertantemente. Jugaron hasta que les indicaron que debían bajar a comer, mientras los adultos tenían sus extrañas conversaciones ellos se contaban todo acerca de sus vidas.

Desde ese día, iban juntos a todos lados, —salvo al kinder, YoonGi debía ir solo, lo que provocaba largas sesiones de llanto en JiMin— se cuidaban mutuamente y jamás se aburrían.

—Yuni Hyung. —dijo después de meses de conocerse.

—¿Qué pasa Minnie? —omitió que dijo mal su nombre.

—Lo quiero muchísimo.

—¿Cómo sabes que me quieres? —ladeó su cabeza en señal de duda.

—Mamá me lo explicó, dijo que la sensación que sentía en mi pechito por usted era porque lo quería.

—Ah... —dijo comprendiendo —Entonces yo también te quiero.

—Tengo miedo de que me cambie por otro niño de su curso. —miró sus deditos nerviosamente.

—Eres mi único amigo. Y siempre serás el más especial de todos. —afirmó.

Y en señal de demostrarle su amor y hacer una alianza tomó el único que lo ha acompañado en años, tras la separación de sus padres.

—Quiero que tú tengas a Kumamon.

—¡Pero hyung usted ama su peluche! —dijo sorprendido poniendo sus manitos en su boca.

—Pero a tí también. Sé que lo cuidarás, y así tendrás algo de mi cuando esté en clases. —se encogió de hombros.

En esos entonces no lo sabían, pero realmente el acto que hizo YoonGi fue de amor, del más puro que podría existir.

—Será como nuestro hijo. —sonrió JiMin, recordando uno de sus múltiples juegos.

—Pero somos muy pequeños para eso aún. —rió tiernamente el mayor.

—No importa, estará siempre con nosotros. —de pronto su sonrisa desapareció —Hyung...

—¿Si?

—Yo también quiero hacer algo por usted.

—Con ser mi amigo es más que suficiente.

—Pero... mi mamá dijo que había una forma de demostrar cariño, y yo he visto cuando lo hace.

—¿Qué cosa?

JiMin se le acercó y muy delicadamente depósito un besito en sus labios. YoonGi quedó mirándolo sorprendido mientras las mejillas de ambos se encendían de un rojo intenso.

—Estarás mucho tiempo en mi vida, ¿No es así Minnie?

—Sí, Yuni.

Se tomaron de las manos nuevamente para seguir jugando, esta vez con una nueva sensación dentro de ellos que se iba a ir desarrollando año tras año.