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°Habían pasado los meses desde aquella cita. Naomi había decidido mantener la distancia con Gohan por un tiempo, por lo que todas las reuniones que solían organizar los guerreros Z eran omitidas por la pelinegra, aunque aún así, Eimi y Lya asistían a estas por pertenecer a la familia ahora. Pero, aún habiendo establecido dicha distancia, se aseguraría de ir a cómo de lugar al cumpleaños de Bulma, la cual ya había enviado una invitación para su fiesta.
—¡Naomi! ¡Ya estamos aquí!— La nombrada no se inmutó por el llamado y menos por el sonido de la puerta siendo cerrada. Su mirada se mantenía fija en el exterior de la casa, observando con detenimiento como las gotas de lluvia caían sobre el cristal de las puertas corredizas. Abrazó con más fuerza la almohada entre sus brazos al oír pisadas llegar hasta su paradero —Naomi, ¿aún sigues ahí? ¿No crees que estás exagerando?— Cuestionó una voz demasiado familiar.
—Lya tiene razón, Nao. Después de todo fuiste tú quien le dijo que se fuera con Videl— Recordó la característica voz de Eimi.
Naomi mantuvo su vista fija en la tormenta.
—Ya lo sé, pero no puedo evitar sentirme así— Se hizo más pequeña sobre el sofá, con aún la almohada contra su pecho.
—Vamos, Naomi. Deja de deprimirte. Gohan continuó con su vida, ¿por qué no puedes hacer lo mismo?— Preguntó Lya con irritación. Hacía días que su amiga estaba así y no había forma de animarla.
—Porque yo lo obligué a hacerlo. Él a mí... No me obligó a nada. Jamás lo hizo— Susurró esto último, diciéndolo más para sí misma que para sus amigas, quienes la observaban de pie junto al sofá. Ambas chicas dieron un largo suspiro.
—Por favor. Si no lo haces por nosotras, hazlo por ti. Estás hecha un desastre... Además, ya ni siquiera Kyōfu te interesa— Dijo Eimi con una sonrisa de suficiencia al ver cómo los músculos de Naomi se tensaban. Había dado en el blanco. Era evidente que la conocía demasiado.
—Kyōfu...— Susurró la ojinegra, abriendo sus ojos de par en par —¡Oh, maldición! ¡Me había olvidado de él!— Rápidamente arrojó la almohada a un lado para reposar ambas manos en los costados de su cabeza —¡¿Cómo es que no me lo dijeron antes?!— Preguntó, volteando su cabeza cual niña proveniente de una película de terror. Lya y Eimi se asustaron en un comienzo con la sombría mirada y la forma de haberse volteado de la chica, pero prontamente recuperaron la compostura. La alienígena carraspeó.
—Verás, estabas tan deprimida que no quisimos abrumarte más— Eimi rascó su nuca nerviosa, a la vez que Lya sonreía enormemente. Quizás se estaban comenzando a arrepentir de haber utilizado a Kyōfu como incentivo, pues sabían que la seguridad de sus seres queridos estaba en juego en cuánto a él se refería.
—De todas formas eso ya no importa— Bajó sus manos, observando el suelo con fijación. Las expresiones de inquietud en los rostros de sus amigas evidenciaban su preocupación al sospechar que quizás ni siquiera eso había funcionado —Iré por él ahora que lo recuerdo— Con ayuda de sus manos logró ponerse de pie.
Ante tal acontecimiento, sus amigas sonrieron, aunque rápidamente sus sonrisas desaparecieron al formarse muecas de desconcierto en sus rostros.
Naomi se encontraba abriendo velozmente una de las puertas corredizas, para seguidamente colocarse un abrigo colgado con anterioridad sobre el perchero junto a ya mencionado objeto.—Te refieres a... ¿justo ahora?— Confundida, Lya observaba como Naomi se llevaba la capucha a la cabeza, colocando sus dos coletas dentro de dicho trozo de tela.
—Así es. No me tardo— Y así, con un movimiento de su mano, Naomi se despidió y rápidamente se vio alzando vuelo, tratando de llegar lo más alto posible para que los pocas personas aún en las calles no se percatasen de que una chica volaba por los aires.
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⚘⸻ DRAGON BALL: La mejor amiga de Gohan - ✓ |Reeditando| ✓
Fanfiction// ¡PAUSED! \\ 𝑮𝒐𝒉𝒂𝒏 𝒙 𝑶𝑪! Sin saber que le depararía el destino, ella llegó al planeta Tierra. Imaginó mil escenarios diferentes, pero jamás creyó que todo se diera de esa manera. Jamás esperó que aquellos guerreros la acogieran como a una...