Capítulo 2: Un Harem

135 10 3
                                    

-Comprendo que solo sean huéspedes de mi casa, pero almenos deberían mantenerla limpia.

Una chica de cabellera rubia, ojos azul, tez clara y de gran busto se quejaba, en la madrugada, de sus compañeros de casa.

-La limpieza es innecesaria. Ordenas solo para volver a desordenar, es absurdo.

Quién recita tal oración es un chico de cabello rojo oscuro al igual que sus ojos. Él permanece recostado en el suelo sin hacer nada productivo ni por su bien.

-Talvez ustedes estén acostumbrados a vivir así, pero yo no soy así.

La chica rubia seguía regañando por el comportamiento de sus huéspedes.

-Si tanto te... molesta ¿Porqué no... limpias tú, Christie?

Al otro lado de la habitación se encuentra una pequeña niña de cabello largo y rojizo, con ojeras debajo de sus ojos color amarillo y la cual interrumpió la conversación.

-¡Lo haría pero ustedes volverían a desordenar!.

-¡Entonces no te quejes!.

-¡Claro que me voy a quejar!, ¡Son una vergüenza de persona! ¡Su comportamiento es muy insoportable! ¡Deberían comp-

-No hables.

De pronto un silencio se hace notar, esto era debido a que Christie fue obligada a callar.

-Mmmm mmm.

Ella permanecía con los labios cerrados aunque era muy notable que quería gritar a todo pulmón.

-Así está mejor. ¿Nunca te han dicho que eres muy ruidosa?.

Glenn limpió con su dedo meñique el oído derecho mientras tenía un rostro malhumorado.

-Glin, eso ha... sido muy grosero... de tu parte.

-¿Eh? ¿Porqué lo dices Meg?.

-A una chica... no se le obliga a callar, es... muy agresivo. Es por... esa razón que Glin... aún no consigue... novia.

-¡¿Eh?! ¡¿Me dices grosero?! ¡Si has sido tú quien la ha obligado a que ella haga cosas inhumanas! ¡¿Acaso has olvidado que tú la obligaste a lamerte los pies?!.

Ambos hermanos pelirrojos discuten entre ellos mientras la chica rubia intenta hablar.

-No encuentro ningún... problema en eso.

Meg únicamente levanta ambos hombros a modo de inocencia.

-¡¿Como que no hay ningún problema?! ¡No puedes pedirle a alguien algo así! ¡Es algo ilógi-

Mientras cierto hermano regañaba a su hermana menor, la tercer persona presente, de alguna manera, logra liberarse de la orden de callar

-¡¿Podrían hacer silencio?!

El grito interrumpió la discusión entre Meg y Glenn. Ambos hermanos concentran su mirada hacia Christie. Era más que obvio que le iban a hacer algo.

Pasaron un par de minutos, la voz de Christie es quien logra ser escuchada en la habitación aunque de una manera arrepentida.

-Ya me he disculpado miles de veces por haberles gritado.

-No te preocupes, ya te hemos perdonado.

-¿Enserio?. Entonces ¿Podría regresarme mi ropa?.

La chica avergonzada y su rostro sonrojado fueron producto de la orden de los hermanos. Christie Haggard intentaba tapar todo su cuerpo con ambos brazos mientras solo vestía su ropa interior.

Majikku SenryakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora