Capitulo 3: Majikku Senryaku

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Hace cientos de años. A principios de la era mágica. Vivían dos hermanos, hermano y hermana, quienes por alguna razón se sentían insatisfechos con su mundo. No eran capaces de aceptarlo tal y como es, aunque tampoco eran capaces de cambiarlo.

-Hermano, ¿Porqué los humanos fueron bendecidos con la vida si... nunca lo merecimos?

-Eso es una frase muy profunda viniendo de ti. Aunque no creo poder corregirte.

Fue en esa conversación tan corta en la cual decidieron e idearon una manera en la cual sus sueños se cumplieran.

Aunque no muy adultos ni poderosos, aquellos hermanos decidieron hacer algo, no simplemente estar de brazos cruzados. Iniciaron un viaje, largo y complicado. Cruzando praderas heladas, desiertos infernales, montañas rocosas y hasta castillos vigilados por criaturas tenebrosas.

Un viaje largo por casi todo el mundo, todo con la meta de llegar a su destino, ¿Cuál era ese destino? te preguntarás, pues describiendo lo con palabras sería "Un lugar mágico".

-Hermano, me siento cansada ¿Puedo dormir?.

-Pero ya casi llegamos al lugar, no podemos parar ahora.

La chica parecía haber perdido fuerzas desde que empezaron el viaje y nadie la culparia por hacer tal petición.

-Pero me siento exhausta, no puedo seguir así.

-De acuerdo, duerme.

La hermana menor, cansada, decide tomar una siesta para recuperar sus energías. Recostandose en el duro suelo al lado de una hoguera que utilizaban para cocinar su comida.

Pero el hermano no tenía el mismo plan. Decidió seguir su camino, después de todo no estaba tan lejos.

-Lo siento hermana pero yo debo seguir.

Caminando durante un par de minutos, él se detiene de manera satisfactoria de frente a un enorme y colosal castillo oscuro.

-Ya he llegado, El Castillo Negro.

Se creía que todo aquel capaz de llegar hasta la última habitación sería recompensado con un deseo. Ese era el objetivo de su viaje, pero... ¿Qué es lo que desean?.

Abriendo las colosales puertas de madera y abriéndose paso por el largo pasillo, llega directamente a una sala enorme y espaciosa la cual únicamente tenía una estatua gigantesca de piedra.

-Bienvenido Joven aventurero, has accedido a El Castillo Negro.

La voz aterradora y diabólica era proveniente de aquella estatua antes inmóvil, la cual mantenía entre sus manos una poderosa arma.

-Soy la única criatura que resguarda el tesoro del castillo. Si tú lo deseas, tendrás que derrotarme.

Toda la habitación comenzó a temblar, la estatua se movía, tenía una gran espada hecha de piedra en la mano y su estatura era impresionante.

-¡Ataca aventurero!.

Es así que comenzó esta batalla a muerte. La estatua era incapaz de utilizar magia pues no poseía espíritus mágicos, aunque esto no significa que sea débil pues su cuerpo es de piedra, un material muy resistente.

-Montañas rocosas, desprenderse y causa una avalancha.

El chico recita un hechizo de roca, aunque es algo inútil pues la estatua era resistente.

-Hahaha, es completamente inútil.

Sin preocuparse por los daños ocasionados a la estructura del castillo, la estatua atacaba de manera feroz y repetitiva. Su objetivo era claramente asesinarlo.

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