Biscuits & Beer.

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El ensordecedor sonido del claxon de los coches forzó al pequeñito de mejillas coloradas a abrir sus ojos con algo de pereza, Dean levanto su torso sentándose sobre su trasero para luego restregar sus ojos con sus pequeños puños. En ese momento su mente comenzó a recordar lo que había sucedido antes, él pensó que se había tratado de un sueño pero al ver en el sitio dónde se encontraba había desechado esa idea, Dean ya no se encontraba en esas pestilentes aguas que casi lo matan, ahora se encontraba en el suelo seco del parque y ahí fue que recuerdo a ese alguien que lo había salvado de las repugnantes garras de la muerte.

En pequeño oji azul miro hacía sus alrededores examinando cada rincón y centímetro del viejo parque pero se entristeció al ver que no había ni un alma en ese desolado lugar ni siquiera la de su supuesto salvador. De repente un nauseabundo olor abordo sus fosas nacel asi que olfateó la húmeda manga de su suéter, arrugo su nariz y una expresión de asco se formo en su mugriento rostro que estaba manchado por algo de tierra.

Se levanto del suelo y sacudió algo de tierra que había en sus pantalones con sus manos para luego exprimir un poco el borde de su suéter, por culpa de la violenta zambullida que sufrió, el pequeñito de mejillas coloradas perdió su mochila, penso en regresar a la orilla del rio para ver si se encontraba por ahí pero la idea de que sus crueles compañeros lo empujar de nuevo hizo que Dean se olvidara de la idea de ir a buscar su mochila.

Cuando estaba apunto de abandonar el parque, volteo su cabeza hacía atrás para asegurarse de que su supuesto salvador no se encontraba ahí, lo único que hacía acto de presencia era el rechinante ruido de los columpios que se movían con el soplar del frío aire.

Mientras movía sus piececitos por la acera en dirección a su hogar, las personas que caminaban por la acera en dirección contraria reflejaban una expresión de asco con tan solo verle e incluso las madres que andaban con sus hijos se cambiaron de acera, el pequeño Dean bajo su mirada al suelo para después cruzarse de brazos apretándolos contra su pecho, de esa manera no vería las hirientes miradas de los peatones pero eso no significa que no pueda sentir sus ácidas miradas martillando cada paso que daba.

...

-Pero mi amor que te sucedió?¿ -Dijo su madre preocupada mientras se acercaba a su hijo.

-No me quieren madre!¡ -Dijo entre lágrimas parado debajo del marco de la puerta.

-¡Ven pasa! -Su madre lo jalo del brazo para después cerrar la puerta.

Su madre quiso hacerle caricias en su cabecita pero decidió a no hacerlo debido al maloliente olor que desprendía su hijo.

-¿Por que no me aceptan madre? -Dijo triste.

-Ooh!¡... Dean, no tienes porque darle importancia cielo, no tener amigos no es lo más importante en el mundo -Dijo su madre dulcemente.

Dean miro al suelo con ojitos de cachorro amenazando con llorar.

-Ahora ve a bañarte -Le dijo mientras tomaba su barbilla -Y cuando salgas te preparé tu postre favorito -Dijo cariñosamente.

El pequeño Dean dibujo una media sonrisa con unas cuantas lágrimas cayendo por sus coloradas mejillas. Su madre sabía perfectamente los problemas que tenía su pequeño en el colegio, pero a pasar de todos esos maltratos e insultos que Dean recibia a diario él siempre llegaba a casa con una sonrisa, su madre estaba segura de que su pequeño borraría de su mente él tan despiadado y desagradable recuerdo del que fue víctima hoy.

Al salir del baño, el pequeño de mejillas coloradas fue corriendo a la cocina para acto seguido sentarse en la vieja mesa de madera, pero eso no era lo único desgastado que Dean tenía en su casa, al ver sido el primogénito de una pareja pobre llegando hasta el punto de que sus primeros años de vida tuvo que ser amamantado por su madre debajo de un puente, el pequeño Dean no podía presumir de haber nacido entre algodones como sus compañeros, cada día de su vida se despertaba en aquella casa que fue disfrazada como un hogar, un hogar con un techo que tenia un sin fin de goteras que caían sobre su cabecita, dormir en aquel colchón de una sola sabana que hacía lo posible por resguardarlo del penetrante frío cada noche.

Whiskey (Ambrollins)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora