Introducción

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Steve se encontraba sentado en un banco de la cocina, en el nuevo complejo de los vengadores, tratando de leer el reporte de la última misión mientras pensaba en lo hasta ahora sucedido.

Había pasado poco más de un mes desde aquella gran amenaza que había sido Ultron. Ahora todo estaba más tranquilo, el grupo estaba acoplándose a los nuevos integrantes. Wanda era una Beta así que nadie se veía afectado por ella, Sam era un Alfa y Vision, bueno nadie sabía lo que Vision era —así como nadie sabía que era Thor—. Así que todo parecía seguir el curso que un buen equipo debía seguir.

Natasha hacía un buen papel de Alfa hembra haciendo que las cosas se realizaran con más eficiencia entre los miembros del equipo y ya con Steve como macho Alfa líder no había mejor combinación.

Steve estaba bien enterado de lo que se decía, porque aún en su época era bien sabido que era difícil llevar a un grupo predominante de Alfas sin siquiera una pareja: ya fuera Alfa y Beta o Omega y Beta, o lo más eficiente Alfa y Omega. Pero si a Steve concernía aquello no era una molestia para ellos —no desde que volvieron a juntarse mucho antes de Ultron—. De hecho, sí estaba permitido para él decirlo, él creía firmemente que eran un equipo eficiente sin aquellas necesidades tan, como les llamarían ahora, primitivas.

No era que el rubio descartara la opción, porque si sabía —gracias a la guerra— que aquello que se decía tenía cierta verdad: debido a que una relación en un equipo calmaba de alguna forma al grupo, no entendía muy bien el porqué pero sabía que estaba ligado a los químicos que desprendía una pareja; aún así, no era enteramente necesario tener una pareja para tener un buen grupo. Por lo mismo para Steve las cosas estaban bien como estaban, la relación no sería más que para calmar a un equipo o manada algo inestable —o prevenir futuros problemas— e incitar a los integrantes de dicho equipo o manada a traer parejas a la manada u equipo. Después de todo, no había una Beta que llamara la atención de Steve —fuera o dentro del equipo—. Aunque claro, no era requisito que el líder tuviera que ser el de la pareja inicial. Podía ser alguien más así que si alguien quería traer a su pareja al equipo era más que bienvenido.

Steve suspiró ante todo su embrollo mental, tenía tiempo que no pensaba en «alguien» y aquello era debido a su trabajo, tenía tanto que hacer que apenas y tenía tiempo para pensar en su vida amorosa.

No era que se quejara, desde que llegó al «futuro» había tenido un par de citas, uno que otro encuentro pero jamás algo serio, aún así aquello en verdad no era lo suyo. Él no quería algo de una noche, aunque muchos Alfas pedían eso ya que hacerse cargo de un Beta u Omega se les hacía demasiado trabajo, pero para Steve no. Steve quería procurar y ser procurado por alguien. Quería una pareja. Aún cuando le había dicho a Tony en su despedida —después de Ultron— que no necesitaba a alguien, en el fondo en verdad aún veía por ese especial Beta.

Tal vez ahora podría conseguir a quien quisiese —o eso le hacía entender Natasha cada vez que quería enrollarle con alguien por mera diversión de la espía a costa ajena, haciéndole citas a ciegas o forzándole a salir a algún lugar y luego hacerle una cita con quien viera por allí—, pero Steve no lo sentía así. Él jamás podría tener a un Omega, podría tal vez tener un Beta pero jamás un Omega. Rogers sabía que quizás ahora en verdad sería diferente, pero después de años de rechazos por parte de Omegas que no querían a un Alfa que jamás podría protegerles Steve simplemente se hizo a la idea de que aquella parte de la naturaleza era inalcanzable para él.

Sus dedos jamás podrían tocar aquella suave piel pulida por los mismos dioses, como todo Alfa alardeaba que era, sus labios jamás podrían sentir aquellos suaves labios rosados que poseían, nunca podría sentir lo que era querer procurar a aquel bello espécimen ni ser procurado por uno. Pero lo que más le dolía a Steve, muy en el fondo, era que jamás podría sentir lo que era tener aquel tan afamado vínculo que unía a dos personas no solo de forma física sino mental —no era que con Betas no se pudiera tener aquello, era solo que Steve sabía que había algo en los Omegas que volvía aquel vínculo aún más fuerte.

Galantear | Stony Donde viven las historias. Descúbrelo ahora