Steve despertó a media noche sudando frío. Vio la luz de la luna entrar por el ventanal y observó agitado el techo.Cerró los ojos tratando de regresar a dormir pero le era imposible, de cierta forma se sentía observado. Como si alguien más estuviera en aquella habitación con él.
Se sentó en la cama para después removerse el cabello y comenzar a observar la habitación. Fue allí que en una esquina de la habitación, donde la luz de la luna casi no daba, que vio aquellos ojos rojos.
Se sintió como si su alma dejara su cuerpo por unos instantes, como si este quedara como roca ante la intensa mirada del lobo que se escondía en las sobras. Lentamente toda la habitación parecía ser alumbraba por la luz roja que se adentraba por el ventanal. Seguramente la luna imitando a los ojos del lobo.
Steve sintió pavor al ver como aquel enorme animal a lentos pasos comenzaba a salir de entre las sombras. El aliento que le quedaba pareció irse cuando aquel lobo salió de la oscuridad por completo, dejando todo pelaje y patas atrás, mostrando no más que a él mismo siendo alumbrado por la rojiza luz.
Verse a sí mismo con unos ojos rojos era extraño, pero todo era muy raro en ese momento. ¿Cómo era posible que hubiera dos Steves?
Como si aquella persona pudiera leer sus pensamientos comenzó a acercarse a él con lentitud. Steve por más que quisiera alejarse su cuerpo no respondía.
Mientras más se acercaba aquel ser, más rojiza la habitación se volvía. Fue hasta que aquella persona se encontraba al pie de la cama que Steve comenzó a sentir dolor, era como si ante cada paso que esté diera cerca suyo una navaja fuera clavada en su abdomen.
Los ojos rojos de aquel ser era penetrantes, eran intensos como ningún otro y parecían ver a través de él de una forma única. Sintiendo un dolor indescriptible, Steve sintió la mano de aquella persona tomar su rostro. Ver de cercas a aquella persona era extraño, puesto que era él mismo con la única diferencia de aquellos ojos carmesí.
Steve cerró los ojos no soportando el dolor cuando aquel ser que se parecía a él parecía acercarse más, al sostener su rostro entre sus manos. El dolor se detuvo de pronto, aún cuando Steve sentía aquella mano en su rostro. Al abrir los ojos nuevamente Steve observó a no más que Tony frente a él. Era Tony, no había duda de eso. Pero aquellos ojos carmesí le indicaban que no era el Tony qué el conocía.
Viendo como aquel ser fruncía el ceño, con aquella cara familiar, y gruñía de una forma bestial le hizo casi tragarse su aliento. Cerrando los ojos nuevamente para volver a abrirlos consecutivamente, Steve deseo no haberlos abierto.
Ya no se trataba de él mismo, o Tony, ahora aquel lobo se encontraba cara a cara frente a él.
Era como aquel cuento, al final. Solo se escucharía al lobo aullar.
Vio aquellos dientes filosos abrirse y acercarse a él. Pero como si el mundo quisiera salvarlo, fue momento de despertar.
Steve abrió los ojos y talló su frente. Ser privado del sueño por pesadillas sin sentido era molesto. Pero ahora así parecía ser su vida, tendría que comenzar a acostumbrarse.
Sabiendo que no tenía sentido tratar de dormir, decidió iniciar su día temprano. Saliendo a correr en la madrugada para tomar una ducha alrededor de las siete de la mañana y comenzar a preparar el desayuno para todos a las ocho. Mientras preparaba la mesa Steve olió algo familiar. No era una esencia pero era algo conocido
Era un instinto extraño, algo que le decía que debía de seguir aquel olor que de cierta forma necesitaba ir.
Steve camino por los pasillos hasta que llegó al gimnasio de las instalaciones. Fue allí que vio a un familiar castaño golpeando un saco de boxeo con todas sus fuerzas.
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Galantear | Stony
FanfictionSteve Rogers ha vivido toda su vida siendo un Alfa, aún antes del suero él había sido un Alfa. Por su pequeña complexión siempre fue el hazme reír de su propia gente, pero eso jamás le detuvo de ser el Alfa hecho y derecho que hasta ahora mostraba s...