Thinking

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Era un día extremadamente normal yo corría de la parada del bus al colé ya que, como normal que era, llegaba tarde.

Si ayer por la noche no me hubiera quedado leyendo hasta tan tarde alomejor me habría despertado cuando sonó la alarma. Todo era culpa de mi tía abuela Maddy por regalarme libros. Aun que eso era lo que me gustaba de ella.

Entré corriendo y me paré delante de mi taquilla.

1052 introduje el código y se abrió.

Cogí los libros y los metí en la mochila con prisa.

Mr. Bernard me iba a matar, era la tercera vez en menos de un mes que llegaba tarde a su clase, seguro que pediría hablar con mi madre.

Me puse en marcha otra vez hasta llegar a la clase. Abrí la puerta y entré.

- Señorita Bridge ¿Otra vez tarde?

-Lo siento-bajé la cabeza y me dirigí a mi sitio colocándome la falda del uniforme que a causa de lo que había corrido estaba demasiado subida.

-Despué de la clase me gustaría mucho hablar con usted.

-Si Mr. Bernard.-me senté en mi pupitre al lado de Emily, mi mejor amiga.

-¿El nuevo libro de tu tía abuela?

-Es muy bueno y no podía parar de leer.

-¿Cual es?

-Silber de Kristen Gier. Cuando me lo termine te lo presto.

Me tuve que quedar callada porque Mr. Bernard ya me miraba de reojo mientras escribía en la pizarra.

Después de las clases y coger los libros necesarios para poder hacer los trabajos mandados me tocaba explicarle a mi madre porqué había vuelto a llegar tarde.

Y allí estaba, esperando con su gran coche delante del colé.

Caminé a paso decidido hasta el coche mientras pensaba que excusa poner y no culpar a la tía abuela Maddy a la vez.

Antes de que se me ocurriera algo ya estaba dentro del coche con el cinturón puesto.

-Gweny ¿Otra vez tarde?-se introdujo al tráfico mientras seguía hablando- ¿Esta vez también a sido un gato abandonado?

Esa había sido la última excusa: Mama me había encontrado un gatito chiquitín y no podía dejarlo allí así que lo he llevado a la tienda esa de animales.

Por supuesto no lo creyó.

-No, simplemente no me ha sonado el despertador. Tenemos que comprar uno nuevo.

-A partir de ahora le diré a Ann que te despierte cuando se levante y así seguro que no te vuelves a quedar dormida.

Ann era mi hermana pequeña, tenia 9 años, y era la niña más dulce del mundo.

Eramos muy diferentes.

Llegamos a casa y la tía abuela Maddy, Ann y nuestro gatito Toffe estaban sentados en el sofá, supongo que la tía Maddy estaba leyéndole algo a Ann.

Los tres se girarón cuando entre en el salón.

-Hola Gweny-Ann corrió hacia mi y me abrazó.

-Hola pequeña.-la abracé y las dos fuimos otra vez a sentarnos al lado de la tia abuela.

A los 20 minutos de escuchar como leía uno de sus historias preferidas a Ann, yo la había escuchado miles de veces, decidí en salir a comprar un par de dulces de nuestra tienda preferida.

Cogí el paraguas, como era evidente en Londres llovía, y me puse a caminar.

Al girar la esquina vi a una señora mayor a la cual se le habían caído un par de libros.

Me agaché y la ayudé a cogerlos.

-Muchas gracias mona, has sido muy amable.-tenia una sonrisa preciosa y unos ojos azules muy característicos.-¿Ves el último libro?-era un libro azul oscuro-Cógelo, te lo regalo por ayudarme con esto.

-Pero si no ha sido nada.

-Cógelo, enserio, me gustaría mucho que lo aceptaras.

No quería ofenderla así que cogí el libro.

-Muchísimas gracias.

-Gracias a ti. Ahora me tengo que ir.

Empezó a caminar y giró la esquina en diercción contraria a la mia.

Al perderla de vista yo también seguí mi camino.

Portada hecha por: txpayne

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