Capítulo 17

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Eran las 07:50pm y estaba en el gimnásio con Lesly entrenando, como cada Jueves.

Des de el día que hablé con Sahale, un mes atrás, venia aquí cuatro veces por semana. El me obligó a apuntarme para prepararme por lo que ni el sabía. Entrenaba los Lunes,Martes, Miércoles y Jueves de 5:30pm a 8:00pm, en mi casa les dije que iba a clases de pilates y por eso perdonaban mi ausencia en las cenas.

Emily no sabía nada de todo lo de los portadores, no quería ponerla en peligro, así que ella solo pensaba que me quería poner en forma y para ella todo eso eran bobadas.

-Has mejorado mucho des de que empezamos, ahora resistes más tiempo en las máquinas.-Lesly dijo dejando la pesa en el suelo.

-Gracias, antes no hacía mucho deporte, la verdad.

Las dos bebimos de nuestras botellas y entramos al vestuario de chicas para darnos una ducha.

-Te juro que las piernas me duelen a rabiar, no puedo más, estoy agotada. Entre las clases, los entrenamientos, las reuniones... Creo que voy a morir.–me queje a la vez que tiraba la ropa al suelo y entraba a las duchas.

–Lo se, yo también creo lo mismo, peró no tenemos otra opción. Sahale está empeñado en tenerte bien entrenada y hay que obedecer.

Las dos nos metimos debajo del agua caliente y dejamos que nos mojara todas para luego limpiarnos el pelo y quitarnos ese terrible olor a sudor.

–Suerte que mañana no hay reunión y tenemos el día libre.–Lesly se enrolló con la toalla.

Era verdad, Sahale había cancelado la reunión con ellos, peró a mi me tocaba ir porque no se que tenia que hablar conmigo. Si todo iba bien habíamos quedado que me vendría a buscar después de las clases.

Lesly y yo nos subimos al coche y, como cada  día que teníamos entrenamiento, me acompañó a casa. Al despedirme de ella y entrar al saló encontré a Ann en el sofá dormida y mí madre al lado con un libro en las manos.

–Te ha estado esperando, peró se ha quedado dormida.–mí madre acarició la cabeza de Ann.

–Siento llegar tan tarde, peró solo hay este horario–me acerqué a mi madre y besé su mejilla– la llevaré yo a dormir.

–¡Peró si pesa un montón!

–La voy a despertar antes, no la voy a cargar.–dije mientras empezaba a acariciar el brazo de mi hermanita–Ann despierta, ya he llegado. Es hora de irse a la cama.

Se movió un poco y se pasó las manos por los ojos un par de veces antes de abrirlos y mirarme. Sinrió ampliamente al verme y al instante se me tiró encima.

–¡Al fin llegas a casa! estoy cansada de cenar sin tí.

–Ya lo se peque. Mañana te prometo que hacemos algo juntas. ¿Qué te parece si vamos a cenar de japones?

Al pronunciar esas palabras otras se posicionaron en mi mente "Recuerda la reunión Gwen, tenemos que hablar". Y efectivamente ese era Sahale. 

Estaba harta de esto, así que lo ignoré.

–¿Enserio?–yo asentí a la pequeña–¿Podremos comer sushi?

–¡Claro que si! Ahí esta la gracia de la comida japonesa.–dije al mismo tiempo que la bajaba del sofá– Ahora las dos nos vamos a dormir que mañana nos tenemos que despertar pronto otra vez.

Ann me cogió de la mano y las dos subimos las escaleras despúes de dar las buenas noches a mi madre. Mientras mi hermana se lavaba los dientes y se ponía el pijama me empezaron a llegar mensajes de texto.

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