Capítulo 2

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Cumpliendo con las órdenes de mamá, Ann, vino a despertarme a las 06:30 de la mañana y con mucha desgana me había levantado de la cama.

Ayer por la noche volví a quedarme hasta tarde pero esta vez no por los libros de la tía abuela Maddy sino por el libro que me había regalado esa señora al cual me gustaba llamar, El libro de los pensamientos.

Como esta vez, por primera vez en lo que llevábamos de curso, me había levantado a la hora correcta me vería con Emily antes de entrar a clase para explicarle lo del libro.

Me puse la chaquetas de invierno del uniforme, terriblemente fea como el resto, y salí fuera para llegar a tiempo y por contarle todo lo posible antes de que sonara el timbre.

Me subí al mismo bus que cada mañana el 105 y mientras tanto busqué Llave de los pensamientos en mi smarphon.

No sirvió de mucho solo salían cosas raras de libros de lectura, fotos de tatuajes y una tienda donde hacían copias de llaves.

Lo de la busqueda era cosa de Emily desde siempre así que decidí bloquear la pantalla y dejarlo hasta estar con ella.

El bus paró una calle más arriba y yo empecé a caminar hacia la cafetería de al lado y poder tomar el café de las mañanas con Emily.

-Buenos días Gweny-estaba fuera de pie esperando y su pelo largo rizado se le movía con el viento.

-Buenos días Emily.-las dos entramos en la cafetería y nos sentamos después de pedir los cafés.

-Saca-lo ya que me tienes con la intriga, chica.-saqué el libro de dentro de la mochila-Waw se nota que tiene sus años.

Emily empezó a inspeccionar el libro tal y como yo lo había hecho al principios pero más detenidamente.

-¿Esa es la llave que estaba en la tapa?

-Si, estaba en la trasera justo en el interior.-me quité la llave del cuello y se la tendí.

Despué de volver a dar un repasón óptico y asentir con la cabeza y repetir un par

de veces el ruido Aja dejó las cosas encima de la mesa.

-Bueno y ¿Qué?

-No tengo ni idea del significado ni del libro ni de la llave, tendré que investigar.

Cogí la llave, me la volví a colgar y escondí el libro en la mochila otra vez.

-Tenemos que irnos o llegaremos tarde y es tu costumbre, no quiero que pase a ser la mía.

Ese día Emily y yo solo teníamos tres clases juntas así que no podríamos hablar mucho del tema hasta la hora del almuerzo y el de la comida.

Entré en la clase de Mr. Histon, filosofía, y me senté en mi sitio de siempre al lado de Ernest Gordon.

Gordon era un engreído embustero sabelotodo que creía que con su cara bonita podría conseguir lo que quisiera.

-Mi querida Gweny, que gusto volver a verte des del principio de la clase y no entrando a mitad, algo nuevo para ti ¿no?

-Callate Gordon.

-Huele a periodo.

-Si no te callas vas a oler tu propia sangre.

Mr. Histon entró así que me quedé con la última palabra.

Las horas se me habían hecho muy largas, más largas que de costumbre, peró al fin podría hablar con Emily otra vez.

Cogí mi bandeja con el almuerzo y nos sentamos en una de las mesas más apartadas.

-¿Has encontrado algo?

-¿Te parece que he buscado algo? He estado en clse igual que tu.

Es verdad tenia razón, una pregunta tonta por mi parte.

-Esta tarde al salir del colé tenemos que quedar y averiguar algo, Gweny, ese libro parece esconder alguna cosa al igual que lo que debe abrir esa llave.

-¿Y si no encontramos nada?

-Algo vamos a encontrar.

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