Capítulo 12 (editado)

108K 7.3K 6.9K
                                    

Entramos en la segunda cabaña y nos encontramos con distintos tipo de cosas en el lugar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Entramos en la segunda cabaña y nos encontramos con distintos tipo de cosas en el lugar.

Había una mesa con cartas, cinco cestos metálicos y cinco pelotas, grilletes sobre una mesa, chicas vestidas iguales con shorts negros y musculosas blancas al cuerpo.

¿Eh?

Algo de aquí no me gusta.

—Bien, chiquillos, llegamos al final de los juegos y la cosa se pone buena —dijo Chad emocionado y elevando la voz para todos los presentes.

—¿Qué es todo esto? —cuestionó Rossy.

—Y aquí las reglas del juego, princesa. —Todos lo miramos expectantes— Primero a los participantes se les pondran esposas y tendrán que jugar una partida de póker, el que pierda se retira. Luego van rápido hasta donde están las pelotas y deben encestar de solo un tiro (ya que no esta tan lejos), si fallan: pierden.

—¿Y las esposas? —habló Frank, entre divertido y curioso.

—Aquí viene la mejor parte: nuestras bellas chicas aquí —las señalo y ellas saludaron a todos con la mano levantada—, tienen la llave escondida en algún lugar de su cuerpo, deben encontrarla sin utilizar las manos y el que se quita los grilletes primero, gana.

—¿Sin manos? ¿Y que hago? ¿La pateo hasta que las llaves se le caigan? —comentó Rossy.

Chad soltó una gran carcajada.

—Usar su boca seria una buena opción.

Increíble el alboroto que hicieron todos por ello.

Por mi parte absolutamente no.

Demonios.

—Como sea, pero sin utilizar sus manos. Y hablando de eso, para ti Rossy, utilizamos a Thom como ayudante así es justo.

—No me molesta que sean mujeres —habló sin interés—. Solo que me caen como la mierd... —El moreno la interrumpió hablando fuerte:

—¡Eres genial por haber llegado tan lejos con semejantes contrincantes! —El resto le aplaudió y ella hizo una cómica reverencia.

¿Buscar por el cuerpo de quién qué?

No quiero que Kilian lo haga.

No.

No quiero para nada que toque con su boca a nadie.

—Hunter ¿Estás bien? —preguntó Aaron, mirándome.

«Claro que sí, uff, perfecto... Estamos fenomenal, fe-fe-fe-nomelan»

—Claro, sí, es decir, solo tengo algo de calor.

—¿Con el frío que hace? —divagó y llevó una mano a mi frente.

Kilian me miró y se acercó, pasando por detrás de mí.

KILIAN || Libro 2 (+18↔GAY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora