"Kilian libro 2" es una continuación directa de "Kilian, libro 1".
Editando. Los capítulos que dicen "editado" son los que deben leer, los demás son daño a la retina irreversible por sus errores sin editar, prohibida la entrada ( ¶ 3 ¶ )
Estoy oblig...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Después de pasar por la casa de Kilian y buscar sus cosas, nos dirigimos caminando a la de Frank.
Mis pasos y los suyos iban sincronizados, en mi mente brilló la esporádica posibilidad de que fuésemos iguales, hasta que pateé una piedrita y él la ignoró por completo, como si no entendiera el sentido de darme un pase con ella como niños jugando.
Por su carácter y personalidad puedo arriesgarme a adivinar que nunca fue un niño, por lo menos no uno como yo... No jugó a estas cosas, siendo hijo único no tuvo con quién hacerlo, tal vez los demás lo ignoraban en su primaria como hacen ahora en secundaria.
¿Cómo habrá sido su infancia realmente? ¿Cómo se sentía en esa época? ¿Fue feliz? Cuando menciono a su padre o familia, él no se ve alegre ni un milisegundo, por eso dejé de insistir tanto.
Le daré su tiempo, estoy seguro que me dirá su historia poco a poco, solo debo ser paciente y respetar que no es fácil para todos hablar de sí mismos... de por sí es una persona sumamente dura y cerrada en sí mismo con los demás.
—¿Por qué no vamos directamente? —preguntó de repente y pestañeé varias veces hasta que reaccioné.
—Oh, sí. Es que Matthew buscará a Frank y nos llevará también con ellos. Aaron tiene auto propio e irá con Sanna y unas amigas suyas de otro salón que irán también.
Rodó los ojos sin entusiasmo alguno y casi sonreí por lo antipático que es a veces.
—Socializar no es lo tuyo eh.
Sonrió de un modo que me erizó la piel e inclinándose se acercó a mi oído, susurrando palabras cargadas de una posesividad que me erizó la piel de buena manera:
—Yo solo sé que tú eres mío.
Enrojecí hasta las orejas por su descaro y fruncí mis cejas en desacuerdo con su estúpida sonrisa, una hermosa y engreída.
—¿A-Algún día vas a aprender que eso de molestar al chico que te gusta no es una forma correcta de ligar?
—Que funcione contigo es más que suficiente —Me miró sobre su hombro con obviedad, riéndose internamente por el rojo en toda mi jodida cara—. No necesito coquetear con nadie que no seas tú.
Todas mis defensas cedieron ante sus palabras y aparté la mirada, frunciendo mis labios.
—No hagas eso —soltó de repente y divisé a una calle la casa de Frank, casi llegábamos.
—¿Qué cosa?
Mis ojos se fijaron en la puerta de mi amigo, todavía a varios pasos dado que seguíamos en la vereda, pero regresé a la mirada de Kilian cuando la oscuridad en sus pulilas las absorbieron.
—Tentarme en público, no te conviene, es... peligroso para ti —habló con una voz suave, pero no una suavidad de calma, sino de acecho, conteniendo el aire en mis pulmones.
