Capítulo 13 (editado)

119K 6.9K 8.6K
                                    

Desperté y junto a mí estaba Kilian profundamente dormido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Desperté y junto a mí estaba Kilian profundamente dormido.

Podría acostumbrarme a esto.

Sonreí y recorrí su pecho con mi dedo índice.

Se estiró sobre la cama y me abrazó con fuerza, aún con los ojos cerrados.

—¿Qué sucedió anoche? —pregunté ya que no recordaba mucho y el dolor de cabeza hacía palpitar detrás de mis ojos.

—Deberías pensar seriamente en inscribirte a alcohólicos anónimos —ironizó con falsa seriedad.

—Mejor ni te pregunto, seguro mentirás como la vez pasada —afirmé, estrechando los ojos.

—Te embriagaste, cuando dije que te detuvieras dijiste que yo era tu novio y no tu padre, luego quisiste besarme en la barra, me alejé y te enojaste. Te fui a buscar a la pista y decías que querias bailar conmigo muy cerca de mi cuello antes de volver a intentar besarme.

Mi rostro se volvió pálido unos instantes y sentí un sudor frío recorrer mi cuerpo.

—No puede ser... Mientes —murmuré cubriendo mi boca.

—No.

La sangre abandonó mi rostro en un cuarto de segundo.

—Todos saben que...

—No. No te preocupes, había poca luz y la música sonaba fuerte por lo que nadie notó tu escena amorosa —dijo levantando el pulgar.

¿De verdad hice esas cosas?

Aunque nadie me haya visto es muy vergonzoso y arriesgado.

—Luego te besé frente a todos y bailamos hasta la madrugada.

—¿¡Qué!? —Gracias a mi grito sentí una punzada en la cabeza.

Odio las resacas.

—Dejame soñar —bromeó y lo miré mal, cosa por la que sonrió de lado, mostrando su camino derecho y por alguna razón se me hizo endemoniadamente atractivo— Por las mañanas eres la reina del drama ¿Lo sabías?

Rio y le di un pequeño golpe.

—No es gracioso, Kilian. —Llené mis mejillas de aire y lo solté en un suspiro largo— ¿Estabas bromeando, verdad? No nos besamos ¿Cierto?

Suspiró y acarició mi espalda.

—No lo hicimos, por lo menos no frente a otros... Lo hicimos en la habitación —su voz comenzó a bajar de decibeles y mi piel se erizó cuando su mano se plantó en mi cuello, deslizando sus dedos desde mi barbilla hasta mi pecho— Un exquisito recorrido de besos. 

Mi rostro recuperó su color, demasiado color, a decir verdad.

—¿Entonces nosotros...?

«¿Lo hicimos? No me duele la cadera, ni me siento exhausto y relajado como después de haberlo hecho con él»

KILIAN || Libro 2 (+18↔GAY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora