"Kilian libro 2" es una continuación directa de "Kilian, libro 1".
Editando. Los capítulos que dicen "editado" son los que deben leer, los demás son daño a la retina irreversible por sus errores sin editar, prohibida la entrada ( ¶ 3 ¶ )
Estoy oblig...
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—¿Qué? —cuestioné porque parecía querer que me quedara y fuera al mismo tiempo.
—Aah, te detesto —revolvió su propio cabello y suspiró— Quédate.
La miré exteriorizando mi desconcierto.
—No seré la culpable de que Hunter se decepcione al abrir los ojos y no verte. Así que mueve tu jodido culo ultrajador de menores adentro y duerme donde quieras —dijo bruscamente, pero de alguna forma intentaba ser amable.
Solté una risa seca.
—¿Sobre él?
Después de años junto a personas potencialmente peligrosas, me es fácil percibir cuando el instituto homicida se activa y podría jurar que lo vi en sus ojos.
—No me intimidas, Killer —advirtió con un tono tranquilo.
—Lo sé, he oído que la viuda no tiembla —contesté sin expresión alguna.
No podría físicamente conmigo, pero jamás subestimaría su inteligencia, quien baje la guardia podría caer fácilmente en sus redes.
—¿Sabes por qué tengo ese apodo? —preguntó, segura de mi ignorancia en ese asunto.
—Por supuesto. —Mi expresión soberbia se clavó en ella— "la gente habla cuándo te quiere ligar o después del sexo" —cité sus palabras y elevó ambas cejas.
Repentinamente soltó una risa.
Se dió cuenta de que hablaba en serio.
—Interesante... —dijo volviendo a su seria expresión y llevando el cigarrillo a su boca.
—¿Te parece?
—Claro. Nuestros historiales no son nada prometedores.
"Nuestros". Es obvio que sabe del prospecto retorcido que me tocó por familia.
—¿Realmente mataste a tu prometido? —inquirí porque de algún modo me sentí puesto a prueba por su osadía, pujando a ver cuál de los dos desistía primero.
No pensé que fuese cierto, siquiera creí que haya tenido un prometido en primer lugar, pensé que eran rumores exagerados, porque la historia era demasiado dramática para lo que la gente común esta acostumbrada a vivir.
Ella ni se dignó a verme. Parecía hasta aburrida, como si hubiese oído esa pregunta millones de veces hasta que perdió su significado.
—Lo hice —contestó del modo más seco y carente de vida que puede existir.
Sus ojos no miraban nada en concreto en el vasto cielo... Definitivamente sí tuvo un prometido y fue una cachetada de realidad darme cuenta que su vida no había sido sencilla como la del resto de su familia.
Me mostré imperturbable, pero pensar que era la hermana de mi chico de la que estábamos hablando, hizo que mis cejas se fruncieran levemente.
—Eres un niño —contestó y me sonrió con un vacío enorme en su mirada—. A veces lo olvido por lo duro que eres, me generas más respeto que muchos adultos imbéciles e inmaduros... pero cuando haces ese tipo de miradas, me recuerdas a mi hermanito, curioso y reflexivo.
