Me despierto antes de que Tony siquiera lo intente porque siempre que viene de visita hace la misma cosa y obvio que ya me lo veo venir.–Te odiaría menos si no lo molestases tanto –le digo antes de irme al baño.
–No me odia de verdad –susurra–, no seas estúpido.
Yo no soy quien para refutarle eso de ninguna manera. Tengo suficiente con mis problemas de familia como para ocuparme de los de Cass, así que le dejo creer lo que quiera.
Cuando estoy cepillándome los dientes escucho como Cass le pega tremendo golpe mientras Colton tiene un ataque de risa. No tengo tiempo a preguntarme que es lo que le ha hecho al pobre esta vez porque Cassie aparece de pronto por la puerta del baño realmente furioso y con el cabello negro llenísimo de azúcar impalpable.–Déjame ducharme o déjame romperle la cara de un puñetazo –dice, y me termino de cepillar los dientes en la cocina.
Secretamente, adoro que Tony venga a casa. Claro que no me hace ninguna gracia ver a Cass mordiéndose las uñas cada vez que está cerca, pero cuando nos visita nos parecemos más a una familia en vez de dos. Papá lo adora, él adora a papá también y Aisha siempre compra velitas y flores para poner en la mesa y hace pasteles de manzana apenas le llega la noticia de que él tiene unos días libres. Ni siquiera me gusta el pastel de manzana, pero cuando Colton viene todos comemos como diez porciones y Aisha se alegra de la gran familia feliz que tenemos.
Estamos viendo Mad Max en familia, porque Aisha dijo que le daba igual lo que pusiéramos en la tele, y aunque todos estamos muertos de sueño porque ha sido un día largo comprando lo que usaremos mañana nadie se atreve realmente a levantarse para irse a la cama.
Pero mi papá, que ignora lo que sucede o lo sabe y es un tarado, habla y la caga.
–Deberíamos ir a la cama –dice como si no importase nada–. Mañana empezaremos a entrenar temprano.
– ¿Qué? –Digo, se me escapa– ¿Por la mañana?
Pero lo que realmente quiero decir es:
– ¿Un sábado? ¿El día de la graduación de Colton?
Pero eso lo dice Cass y mi padre frunce el ceño hacia él, no hacia mí.
–Falta muy poco para el campeonato nacional, Cassidy. Y te falta entrenamiento.
Cass gesticula para comenzar a decirle que se joda, pero antes de que pueda hacerlo Aisha dice «Cassidy» como una advertencia y ahora yo quiero decirle que se joda, pero luego mira a papá con ojitos lastimeros y le dice lentamente.
–Cariño… mañana habrá muchas cosas que tener listas.
Para cuando papá hace eso con las cejas y me mira como pidiendo apoyo yo ya he corrido la mirada, así que sigue haciéndolo con todos, incluido el pobre Tony que tiene cara de no entender mucho pues no lo conoce lo suficiente, pero nadie está dispuesto a dar el brazo a torcer porque aunque es cierto que las nacionales están a la vuelta de la esquina, entrenar mañana por la mañana es de verdad una locura. Se toma la cara con una mano y ya está a la mitad de la escalera cuando dice:
–Pueden hacer lo que quieran.
Se ha ido, y de seguro no entrenaremos mañana pero como ya la ha cagado Aisha apaga la televisión y nos desea buenas noches.
Por la noche Cass tiene el móvil encendido hasta muy tarde y aunque la luz en la cara me está dificultando dormir casi lo logro dándome la vuelta. Pero entonces comienza a hablar y pienso seriamente en echarlo de una patada de su propia habitación.
–Sí, Vic –escucha y luego dice–. ¿Y entonces para que me has invitado? Ah… Bueno, dos. Sí, adiós.
Corta la llamada y me alumbra con el teléfono directo a la cara, porque al parecer le quedaba alguna duda de que a estas alturas no estaba durmiendo.
–Perdón, era importante.
Y pienso que si hablaba con Vic debe ser una estupidez, pero igual pregunto que era porque ya me ha picado la curiosidad.
–Tiene una pelea mañana por la noche y me había invitado a ir, pero como Colton vino no pude ir a comprar las entradas y ya quedaban pocas, así que tuve que pedirle que me consiga una y luego le daría el dinero.
– ¿Mañana por la noche?
–No, o sea. Es luego de la graduación, en la comida.
Y dice «en la comida» cuando en realidad es en «La Comida», esa a la que papá muere porque vayamos y asegurará parte de nuestro futuro para toda la vida. La de los profesores y los cazatalentos. Decidió que mejor irá a una pelea. No digo nada, pero debí haber fruncido el ceño o algo, porque Cass se ríe un poquito mientras se mete en la cama y luego dice:
–Ni siquiera quiero entrar en el equipo de la universidad, si no iba a la pelea entonces iba a volver a casa –con los ojos cerrados, agrega– No iré por ahí lustrándole los zapatos a nadie ni fingiendo que esos tipos son John Fox, porque no lo son. Son profesores y entrenadores de secundaria como tu padre.
Creo que se ha dormido cuando digo:
–En este momento para mí son un poco como Fox.
– ¿Quiénes, los profesores de Colton o tu padre? –pregunta.
Y entonces simplemente finjo que ya me dormí, porque posiblemente debería realmente hacerlo antes de que suene la maldita alarma a las seis y media de la mañana y porque de ninguna manera diré en voz alta que mi padre es más parecido a Brian Hoyer.
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Cassidy y Dakota
Teen Fiction-Solo quiero ayudarte, Cass. -Sí, pero no puedes. Estás demasiado asustado. Primero tienes que salvarte a ti mismo.