La luz en la oscuridad

XVIII: Mi sufrimiento

Aclaraciones:
Este capitulo será únicamente de la experiencia de Naruto. Suerte para ustedes mis preciados lectores, terminó siendo más del doble de largo de lo que estoy acostumbrada a escribirlos (total de 4827 palabras sin contar este mensaje) ya que no podía dividirlo en dos capítulos, considerémoslo como un capítulo especial. La experiencia completa de Sasuke se verá en otro capítulo, solo no quería que se preguntaran donde deje a nuestro Uchiha (que parece ser odiado por todos ustedes).

17 años atras

Un alegre chico de 19 años caminaba por las calles de la ciudad de Konoha con una sonrisa que deslumbraba a cualquiera que lo viera pasar, ya sea mujeres, varones e incluso donceles. Por que si, su físico no era delicado como el de donceles en general. Tenia el porte de un varón, pero su piel se veía perfecta, sin ninguna imperfección mientras lucia sus anchas caderas en un pantalón ajustado azul marino. Su torso, musculoso pero con una notable cintura marcada, más por la playera pegada que tenia color naranja con franjas negras.

Su alegría era contagiosa, más si su rostro tenia esos hermosos orbes celestes que te podrían haber hipnotizado sin siquiera haberlo planeado. Pero ahora el rubio veía su celular al mismo tiempo que movía su pierna como prueba de su desesperación. 

-Lo siento Naruto, llego tarde.

-¡¡Me prometiste llegar temprano Sora!! - le replicó el joven.

Sora, un varón moreno de ojos marrones, cabello gris azulado que le llegaba a la barbilla que vestía una camisa suelta blanca y pantalones negros con bordes azules. El mejor amigo de Naruto. Ese día era especial para el Uzumaki, y al no poder pedirle ayuda a su hermano, se la había pedido a su amigo.

-Me retrasé solo un poco - trataba de disculparse.

-Aun así, quiero tener todo listo antes de que Sasuke llegue a casa. Tiene que ser perfecto, ¿sabes? Llevamos un año casados, tiene que ser especial dattebayo.

Lo que Naruto no notó al estar imaginando lo que prepararía para su noche especial con Sasuke, fue la pequeña mueca que su amigo realizaba cuando escuchaba el nombre del azabache o cuando mencionaba todo lo que quería hacer.

La sonrisa de Sora regresaba cada ves que el menor lo veía al rostro, ocultando los sentimientos que tenia guardados desde el día que se dio cuenta que amaba a su mejor amigo. Y aunque las cosas no eran como él quería, al menos podría decir que estaba a solas con su amor imposible. Casi sentía el que estaban en una cita, aunque la realidad era que le ayudaba para su velada con su esposo.

-Creo que ya compré todo - comentó el rubio viendo todo lo que estaba puesto en las bolsas que tenían entre los dos. - Si, ahora iré a mi casa.

-¿Quieres que te ayude a acomodar?

-¿¡Lo harías!? ¡Gracias Sora, eres el mejor amigo 'ttebayo!

Los dos chicos caminaron juntos hasta llegar a la casa que el ojiazul compartía con el Uchiha. Era una casa sencilla, ideal para dos personas pero amplia de colores claros a petición de Sasuke. Los logos de la familia Uchiha y Uzumaki se dejaban ver a cada lado de la puerta principal, esto debido a que Naruto adoraba su apellido y quería mantenerlo, cosa que Sasuke seguía tratando de cambiar.

Naruto se dirigió a la cocina para empezar a preparar los platillos favoritos de su esposo. Sora por otro lado se dedicó a quitar el poco polvo que quedaba en toda la casa ya que no quería ayudarle al bastardo Uchiha a tener algo hecho por el doncel.

-La comida ya quedó - se dijo el rubio luego de poner una charola de metal dentro del horno. - Solo me faltan poner las velas.

-¿Donde las pondrás?