La heredera se tiene que casar (NejiHina)

Genio en problemas

Los personajes de Naruto NO son míos.

Genio en problemas

Mi suerte iba de mal en peor, traté de ir a mi antigua habitación pero resultaba que ya estaba ocupada por un miembro joven del consejo, decidí irme de la mansión por aquella noche, podía dormir en un árbol si quería, era un ninja después de todo.

La imagen de la cara de Hinata-sama llorando no se borraba de mi cabeza, quería huir de ella, de esa imagen, pero ahí estaba y sólo hacía que me doliera más.

Era de noche cuando me adentré en el bosque y me tiré a los pies de un árbol, decidí que por aquel día ese sería el lugar en el que dormiría y si era necesario durante varios días también. Me sentía un poco cobarde por no poder regresar y temer hacerlo, pero era demasiado para mí por aquel día, temía también volver a hacer una estupidez.

Hacía frio y no había tenido el tiempo de pensar en ello antes de salir. Cuando estuve más relajado suspiré, aún tenía aquella imagen en la cabeza y me seguí juzgando... pero entonces me di cuenta de algo, yo había besado a Hinata-sama, había sido la primera mujer a la que besaba. Toqué mis labios de nuevo y recordé el momento, aun los sentía, sus pequeños y dulces labios, porque así eran, eran suaves y tiernos. Recordé también como la tenía sujetada, cada detalle; que su cintura era estrecha, su cabello suave y con un aroma muy agradable, sus manitas estaban posadas en mi pecho y no puedo recordar ningún contacto tan agradable como el de ellas. Hinata era una mujer, ella estaba por cumplir sus dieciocho años...

Ahora que me daba cuenta, mi mundo estaba girando alrededor de ella, y quizás siempre lo había hecho, siempre me preocupaba por ella, por lo que sintiera o pensara ¿Qué quería yo? ¿Podía aceptar casarme con ella? ¿Podía ser un esposo bueno? ¿Podía hacerla feliz? ¿Podía enamorarla? ¿Quería hacerlo? Tantas preguntas de las que aún no tenía una respuesta y quería obtenerla... Empecé a dormitar, estaba cansado, pero no nada más agotado, estaba cansado de la familia Hyuga, del Souke y el Bouke, del consejo y de todos...

Finalmente caí dormido. El sueño que tuve aquel día, jamás lo olvidaré; estaba entrenando con Tenten y Lee como solía hacerlo, ella me lanzaba sus mejores ataques con las armas y Lee con su taijutsu, siempre había sido difícil enfrentarme a ambos pero de todas maneras lograba tomar cierta ventaja, no me ganaban tan fácilmente. Caímos exhaustos, descansamos, me despedí de ellos y corrí hacía la mansión con una especie de emoción y alegría, estaba ansioso por llegar... cundo lo hice Hinata-sama me recibió en la puerta y la besé, era mi esposa, cuan hermosa se veía con su kimono azul cielo y su cabello suelto cayendo sobre uno de sus hombro. Yo estaba feliz porque tenía una hermosa esposa que esperaba mi llegada y me recibía con tan radiante semblante.

Desperté cuando sentí la presencia de alguien, estaba tan cansado y extenuado, además de sumido en aquel sueño, que no me percaté antes de ella hasta que estuvo a mi lado, era Hinata colocando una manta sobre mí, yo no tenía tanto frio como quizás ella pensaba, era un ninja, había cosas que no debían de molestarme, tenía que ser resistente.

Por inercia tomé su muñeca y la asuste un poco, ella no se había dado cuenta de que estaba despierto, por lo oscuro que estaba, dio un leve brinco y se tensó esperando a que yo dijera algo, la puse muy nerviosa, sentí que estaba temblando quizás porque yo seguía sujetando su muñeca.

–¿Por qué es tan amable? Debería de odiarme.

–¿Por qué debería odiarte? –Su voz era insegura le temblaba un poco pero no estaba tartamudeando.

–Por lo que he hecho... por mi actitud... o al menos debería de estar muy enojada conmigo...

–No puedo... yo... no te puedo odiar... tampoco enojarme... onisan, yo te quiero, yo se que tu... solo estas confundido y yo también lo estoy... estas enojado y lo entiendo...