Los personajes de Naruto NO son míos
La heredera
Mi vida diaria estaba ahora dividida en el clan, entrenamientos, misiones que tardaban en llegar y... Hinata. Después de todo lo que había pasado con el fallido intento de Hikaru para casarse con Hinata, yo no quería separarme de ella puesto que temía que aquel hombre intentara hacerle algo; cualquier cosa, cualquier trampa o siquiera molestarla. No quería que estuviera cerca de ella por ningún motivo y yo sabía que mi presencia de cierta forma lo ahuyentaba, no importaba que tuviera papeles importantes que revisar, si podía hacerlo mientras Hinata entrenaba o meditaba, estaba bien. Claro, no pasaba todo el tiempo con ella pero si el suficiente para que Hikaru no se acercara y para que ella no se sintiera incomoda.
Hinata y Hikaru pelearían a mediados de enero, esto porque venían las festividades y el cumpleaños de la heredera, querían que todo el ajetreo de las fiestas se pasara para poder ponerse serios y para darles tiempo de entrenar, lo cual Hikaru necesitaría mucho.
Estábamos a una semana de Navidad y del cumpleaños de Hinata, todo mundo se movía por los preparativos para ambos eventos. Nosotros, los lideres, solo gozábamos de cierta liberación puesto que para estos momentos estaban parando los deberes y podíamos concentrarnos en descansar y/o ayudar.
Yo ayudaba más de lo que me hubiera gustado, esto porque Hinata adoraba preparar todo para estas fechas y la mitad de las veces me pedía ayuda, las demás yo lo hacía por voluntad propia cuando sabía que Hikaru estaría cerca, me sentía como un hermano celoso y no me agradó mucho eso, pero podía pasarlo por alto.
Miraba como ella estaba entusiasmada con todo, creía que si no fuera por la enorme posibilidad de librarse del matrimonio forzado, no estaría tan feliz, después de todo, nuestro compromiso iba a ser anunciado en su cumpleaños. Estaba feliz por ella.
–Neji, ¿Me podrías acompañar a la aldea? Quiero ir a comprar unas cosas.
Me dijo dos días antes de Navidad, era medio día cuando me pidió esto y yo estaba leyendo un libro en la tranquilidad de nuestra habitación, porque decidí quedarme ahí y a ella no le molestó en lo más mínimo.
–Sí, está bien.
No sé que se traía en manos Hinata, pero se comportaba muy sospechosa, no me dejaba entrar a las tiendas con ella y hacía que la esperara en tal o cual parte, no creía que fuera nada malo por lo que no me importo preguntarle, estaba bien de cualquier forma. Ella traía bolsas que parecían no estar tan pesadas pero iban en aumento y pensé que se trataba tal vez de los regalos que repartiría y quizás algunos tuvieran que ver conmigo, ella siempre me daba algo. Ahora que lo pensaba, yo nunca le había dado algo y pensé que sería buena idea intentarlo esta vez, se lo debía se cierta forma, pero no estaba seguro qué podría darle. Mientras iba pensando en eso no me percaté de que Hinata se había detenido, cuando le presté atención me di cuenta de que estaba nerviosa. Naruto venía hacía nosotros.
–¡Hey! ¡Neji! ¡Hinata! ¡Woaaa! Neji! ¡Yo estuve fuera en una misión con Gaara y acabo de llegar, me dijeron que despertaste y apenas iba a verte al clan! ¡Estoy tan feliz! –Dijo poniéndose una mano en la nuca y sonriendo como solo él lo hacía, transmitiéndome sus sentimientos a través de eso.
–Necesitaban más que solo el Juubi para deshacerse de mí, Hinata me contó lo que pasó después, eres el salvador después de todo, aunque no lo parezcas.
Él rió. En todo ese tiempo ninguno de los dos le había puesto atención a Hinata, ella estaba con la cabeza ligeramente agachada y la mirada desviada, de vez en cuando miraba de reojo a Naruto y sus mejillas estaban completamente encendidas, traté de ayudarla con su nerviosismo poniéndole una mano en el hombro.
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La heredera se tiene que casar (NejiHina)
RomanceLa cuarta guerra ninja termina, Neji despierta de un coma de meses y tiene que enfrentarse a los cambios, hacer lo mejor para el clan Hyuga y proteger a Hinata, eso implica un matrimonio que ninguno de los dos desea.