Juntos
No supe cuanto tiempo estuve en la calle, vagaba sin saber por donde estaba caminando y sin prestarle atención a las personas que me saludaban o trataban de hablar conmigo.
De repente ya era de noche, pero eso tampoco me importó, yo estaba concentrado y tratando de ordenar mis pensamientos y mis emociones, seguía caminando sin rumbo fijo y a veces me detenía solo para ver qué camino seguir sin saber a donde me llevaba. Y así estuve mucho tiempo, ya no había gente en las calles, solo algunas personas que llegaban de alguna reunión o fiesta, estaba solo y me decidí a internarme en el bosque de nuevo sin esperanzas de encontrarme con Hinata.
Me senté al pie de un árbol, eché la cabeza hacia atrás y suspire pesadamente. El dolor en mi pecho no se iba, pero la rabia ya se había disipado. El rostro de Hinata aún estaba en mi cabeza, aquellos ojos al borde del llanto y esos preciosos labios fruncidos no habían dejado de molestarme durante todo el día. Quería creerle.
Los eventos del día volvieron, de hecho, comencé a recordar todo lo que había pasado desde que desperté del coma, las cosas habían cambiado drásticamente en el momento en el que me fijé en ella de otra manera fuera del cariño que le tenía como prima.
Si yo hubiera muerto ¿Qué seria de Hinata? ¿Hubiera sido forzada a casarse con alguien más del clan? ¿Hubiera podido estar con Naruto? Quizá yo simplemente cambie esa parte de la historia... ¿Ella sería más feliz? Aún así no podía arrepentirme de haber vivido, amaba la vida, yo no era un cobarde, en mi vida estaba Hinata y solo con su existencia mi vida era la mejor.
Volví a suspirar, cansado de tener que enfrentar siempre esas situaciones, cansado de que mi pecho doliera y mi cabeza diera vueltas... cansado de no poder tener a Hinata.
Esta vez también era mi culpa, ella estaba ahí para mi y yo la había alejado, por miedo, porque aún no puedo creerle... ¿Cómo quiero yo probarlo? ¿Hay alguna manera de hacerlo? ¿Cuál seria la mejor prueba? ¿Por qué tenía que ponerla a prueba? Era de lo peor, pero había sido tan herido que estaba siendo muy cuidadoso con todo y a la vez estaba haciendo lo que no quería hacer; herirla.
Tenía tantas dudas desde el principio y una parte de mi me decía que debía olvidarlas, que simplemente actuara, que hiciera lo que quisiera. Naruto había hecho eso, él simplemente se guiaba siguiendo lo que su corazón le estaba diciendo, pero yo no era él y no podía ser como él, siempre fui demasiado meticuloso, demasiado calculador, no podía hacer las cosas por que si, tenia que analizarlas e ir a lo seguro... No estaba del todo bien.
Tenía que hablar de nuevo con Hinata, escucharla de nuevo, verla, mirarla a los ojos y tratar de entender como se sentía realmente. Estaba decidido.
Me puse de pie de inmediato, solo necesitaba encontrarme con ella de nuevo y creía que entonces sabría si íbamos por un buen camino o no. De inmediato emprendí marcha hacia la mansión con la decisión en mi pecho y la cabeza despejada. Ahí fue cuando me di cuenta de cuan lejos estaba del clan, tardaría una hora si iba caminando así que corrí tan rápido como pude para poder llegar en menos de veinte minutos.
Su nombre estaba en mis labios, quería verla otra vez y tenerla en mis brazos, sentía que de esa manera podría saberlo todo.
Cuando llegué a la mansión no me detuve por nada del mundo, fui de inmediato a su habitación, no pensé en llamarla desde afuera, de inmediato abrí la puerta y ella no estaba ahí. Corrí entonces al dojo y tampoco la encontré, ahí fue donde empezó mi recorrido por todos los lugares en los que creía podía estar dentro de la mansión.
Pasé por la cocina, donde preocupada, una chica del clan que se quedó a limpiar me dijo que no la habían visto en todo el día, extrañada puesto que siempre iba a ayudarlas a cocinar o a hacer algo para mi o Hanabi.
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La heredera se tiene que casar (NejiHina)
RomanceLa cuarta guerra ninja termina, Neji despierta de un coma de meses y tiene que enfrentarse a los cambios, hacer lo mejor para el clan Hyuga y proteger a Hinata, eso implica un matrimonio que ninguno de los dos desea.