CAPÍTULO 4

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Nos tiramos toda la tarde bailando. Él me enseñó pasos de break dance y yo a él de ballet. Quedamos en armar una coreografía para cada estilo y así reforzar la técnica.

- No sabía que el ballet fuera tan complicado - me dijo.

- Y porque yo no te chillo porque se te va el pie, la profesora de la academia lo hace. Se hace más complicado. Incluso creo que estoy más sorda por su culpa - reí.

- Qué horror... - sonrió.

- Demasiado - dije -. El break dance tampoco es tan fácil como creía. Para mí era algo así como mover los brazos y las piernas como un rapero gordo.

- Venga ya, April - se rió muy fuerte.

- No te rías de mí - me reí también y le pegué un puñetazo sin fuerza en el brazo.

Nos quedamos sentados y mirándonos, sonriendo. Luke era un chico muy atractivo. Era rubio, alto y con ojos azules, además tenía un piercing en el labio inferior que le quedaba demasiado bien. Todo lo que una chica desearía. Pero a parte de su físico, era un chico muy majo. A primera vista, parece un chico con pocos sentimientos, que sólo le importa incumplir las reglas. Pero cuando lo conoces mejor te das cuenta que es cariñoso y atento. Oh, April, ¿qué haces? No te podías enamorar de Luke. Ni siquiera de podías sentir atraída por él. Él era un delincuente. Y yo quería llegar a ser una bailarina de ballet profesional.

- ¿En qué piensas? - me preguntó mirándome directamente a los ojos.

- En que esto del break dance me gusta - mentí.

- Me alegro de que te guste - dijo levantándose y tendiéndome una mano para que yo hiciera lo mismo -. Creo que deberíamos irnos ya a la residiencia. Hay que ducharse, cenar y todo eso.

- Sí, así es - sonreí y me levanté con ayuda de la mano que me había tendido.

Recogimos nuestras cosas y salimos del estudio, sin decir ni una palabra. No sabía qué decir. Por primera vez en mi vida, no sabía qué decir. Vaya. Yo, April Pinnock sin saber qué decir. Era grave. Finalmente, me armé de valor y le hablé.

- ¿Vas a comer en el comedor común?

- Sí, supongo - me contestó.

- Podríamos pedir una pizza y comerla en mi habitación, así nos vamos conociendo y demás - sugerí. Realmente quería un "genial", "vale", "me parece estupendo", "eso haremos", de respuesta.

- Muy buena idea - me sonrió y se mordió el labio inferior, mordiendo también su piercing.

- Pues a las 10 te pasas por mi habitación, ¿vale?

- Vale.

- La 414 es.

- Allí estaré - dijo -. Nos vemos.

Me dedicó una sonrisa y se fue andando deprisa. Yo me dirigí con tranquilidad a mi habitación. Iba mirando a la nada y sonriendo como una idiota. Tras unos minutos, llegué a mi habitación me encontré a Emma practicando algunos pasos de ballet.

- April, dime que no lo has hecho - paró y me miró fijamente, muy seria.

- ¿Qué no he hecho el qué? - reí nerviosa.

- Dime que no has cortado con Keaton - dijo preocupada.

- Ah, eso... Sí, he cortado con él - sonreí alegre.

- April Janet Pinnock, ¿cómo se te ocurre? - gritó histérica.

- ¿Qué pasa?

- Ese chico era un amor. No entiendo cómo has podido cortar con él. Y encima por culpa del chico nuevo.

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