CAPÍTULO 11

502 15 5
                                    

Me fundí en un fuerte abrazo con Luke y nos empezamos a besar con más pasión que nunca antes.

"Declaro a Luke Hemmings culpable. Pero no tendrá que entrar en un centro de menores. Deberá seguir sus estudios de danza en la academia. Por lo que seguirá como hasta ahora. Se cierra la sesión".

En ese momento las lágrimas pararon y salí corriendo hacia Luke, para encontrarnos como estábamos ahora.

- Joder, Luke. Cuando dijo que te declaraban culpable casi se me para el corazón. Qué susto me han dado los cabrones - lo abracé aún más fuerte.

- ¿Desde cuando dice palabrotas, señorita? - me preguntó Luke burlón.

- Se ve que eres una mala influencia...

- Calla, mujer, no te vaya a escuchar alguien - dijo riendo.

Lo volví a abrazar. Ya había pasado todo. No más problemas, no más líos. Ahora tocaba disfrutar del resto del curso tranquilamente junto a Luke y todos mis amigos. Al final, va a ser verdad lo que dicen. "Tras la tormenta, viene el arcoiris".

- ¿Qué hacemos para festejar que te quedas? - preguntó Nash cuando salimos.

- Pues tengo algo pensado, pero lo siento, tío - dijo Luke -. El plan no te incluye.

- ¿Por qué no? - hizo una murca de tristeza a lo que yo reí.

- Tengo que pasar tiempo con la tonta esta. Ya sabes, cosas de tener novia.

Nos despedimos de Nash y fuimos a un parque bastante conocido de Sydney. Nos pedimos un par de hamburguesas y comimos en un banco. No era la típica cita glamurosa, pero ya sabéis que yo soy de ideas simples.

- Me dijiste que no querías hacer nada porque a lo mejor no nos íbamos a ver. Ahora que sabes que voy a estar molestándote un tiempo... ¿qué me dices?

- Luke, no soy una chica de esas que estan deseando encontrar a alguien para tener sexo, ni de las que están todo el día haciéndolo con su novio - confesé -. No creo estar preparada, simplemente. No eres tú, soy yo. Aunque suene un poco repetido, es verdad y...

- April, basta - me cortó -. Te dije que no te iba a presionar. Cuando tú quieras será el momento, no antes. Sólo estaba preguntando. No tienes que darme más explicaciones, ¿entendido?

- Gracias.

- Vales más que una noche de placer. Por ti puedo esperar lo que sea - dijo y me besó la frente.

- Me has manchado la frente de ketchup, asqueroso - reí.

- ¿Me dejas mancharte los labios también?

- Eres tan... empalagoso. Te estás volviendo un cursi.

- Aprilia, no seas borde.

- ¡No me llames Aprilia!

- ¿Por qué no, Aprilia?

- Porque no, Lucas.

Nos tiramos toda la tarde así. Bromeando y riendo. Luego hubo momentos más serios, en los que hablamos de las clases y demás. Pero sobre todo reinaron las bromas y risas. Me encantaba estar con él, era increíble. Me hacía sentir especial. Era una cursilería, pero de verdad que me hacía sentir así.

- Tengo una idea - anunció Luke -. ¿Qué tal ir a bailar a la cala? No suele haber mucha gente y está preciosa por las tardes.

- Me parece una idea genial. Vamos a cambiarnos y ya vamos.

- No hace falta, así vas preciosa.

- Luke, estas sandalias valen más que yo entera, no pienso meterlas en la playa - dije -. Ahora mueve el culo y vamos a la residencia a cambiarnos.

Pasamos todo el camino cogidos de la mano y hablando. Era impresionante cómo nunca se acababan los temas de conversación con él. Podían pasar horas y horas que no me aburría de escucharlo hablar y siempre tenía ganas de seguir con la conversación. De vez en cuándo me daba algún beso fugaz y la gente miraba enternecida.

- Ahora nos vemos - dije cuando me dejó en mi habitación.

No estaba Emma, por lo que supuse que estaba en clases, aunque no le quedaría mucho para terminar. A Luke, a Nash y a mí nos habían dado el día libre por el tema del juicio. Abrí mi armario indecisa. Al final me decidí por un vestido de playa largo blanco. Además, debajo me había puesto un biquini de una de las mejores marcas que había. Era negro y de encaje. Además, la parte de arriba estaba separada por un enganche dorado. Me puse mis chanclas havaianas y me hice una trenza, para tener el pelo recogido a la hora de bailar.

- Podrías haberme dicho que te ibas a poner así. Yo voy hecho un pordiosero a tu lado - dijo Luke en cuanto me vio.

- Pero eso es siempre así - me burlé -. Anda, vamos.

En realidad iba genial. Un bañador de diferentes colores, una camiseta de tirantes negra y unas chanclas del mismo color. Iba como siempre, simple pero guapísimo. Alquilamos un par de bicicletas para ir a la cala. Llegamos pasados unos 15 minutos.

- Hay más gente de la creía - dije incómoda -. No vamos a tener espacio casi para bailar.

- Al final de la playa, pegando a la roca, hay un hueco. Es suficiente.

Dejamos las bicicletas en el aparcamiento y nos colocamos en el lado de la playa que habíamos escogido anteriormente. La cala era un sitio precioso, parecía de película. La arena era blanca y el agua siempre calmada, a diferencia de la mayoría de playas de Australia, que eran todo olas. Luke se quitó la camiseta y las chanclas y se quedó con sólo el bañador. Yo hice lo mismo. Cuando me quité el vestido Luke se quedó mirándome con una sonrisa torcida.

- ¿Qué pasa? - pregunté.

- Eres preciosa. No me había imaginado que tuvieras tan buen cuerpo.

- No tengo nada que no hayas visto antes.

- Puede que no. Pero a ti te quiero más que a todas las que he visto.

- Habría sido bonito si no hubieras dicho 'todas'. ¿Con cuántas te has acostado, Hemmings?

- No me gustaría entrar en detalle - lo miré molesta -. Estamos aquí para pasárnoslo bien, no para recordar mi pasado, ¿está bien?

- Sí, perdona... Me he puesto un poco celosa. No me hagas caso - dije avergonzada por mi comportamiento. Había sido una reacción totalmente infantil.

- No importa, tranquila - me sonrió -. De todas formas, he de decir que me gusta cuando te pones celosa. Estás adorable.

Los dos reímos y nos fuimos a la orilla corriendo, haciendo una carrera - la cual perdí, cómo no -. Nos metimos en el agua y empezamos a nadar mientras reíamos. Cuando miré para atrás estábamos lejísimos de la playa.

- Nos hemos ido muy lejos - dije nerviosa.

- Tienes razón, vamos a volver ya.

- No lo entiendes, Luke. Le tengo pánico a las profundidades - dije al borde del llanto -. Tengo mucho miedo, me estoy mareando.

- April, tranquila. Ven, acércate a mí. Iré a tu lado en todo momento, no te pongas nerviosa.

- Lo intento, en serio. Pero no puedo. Me estoy mareando, Luke, ayúdame.

Se acercó a mí y me agarró la cintura de manera cariñosa con una mano. Con la otra cogió la mía. Comenzó a nadar, hablándome de cualquier tema que se le ocurría. En un momento estábamos en la orilla. Había pasado unos minutos bastante angustiosos.

- ¿Estás bien? - me preguntó Luke.

- Sí, creo que sí.

- Pues a bailar se ha dicho, vamos.

- ¿Bailamos algo de contemporáneo y ballet? No tengo ganas de break dance ahora, la verdad.

- Claro.

Empezamos a bailar con las olas acariciándonos los pies. Se podría decir que estaba toda la playa mirándonos, pero me daba igual. En ese momento sólo me concentraba en los ojos azules de Luke y sus movimientos cada vez más perfectos.

She wolf, ya está en mi perfil. Aquí tenéis el link también http://w.tt/1DIVn1y•

BallerinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora