Capítulo 16

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—No te creo —refunfuña la pequeña por el otro lado de la línea.

—¿Me estás llamando mentirosa, pequeña diablilla? —finjo estar ofendida, aunque si realmente piensa lo que me dice, me duele. Realmente me sentiría muy mal si mi hermana pensara eso de mí.

—Yo no he dicho eso, pero no creo que me extrañes... —la frase termina en casi un susurro.

Mis labios se fruncen al oírla y siento que un tremendo peso de culpabilidad cae sobre mis hombros.

—No digas tonterías Sky, por supuesto que te extraño. Mucho —le digo firme y un poco dolida.

—Hace mucho tiempo que no nos vemos... —hace una pequeña pausa —desde las navidades Hailee. Casi un año.

—Lo sé, lo sé... —me llevo la mano a la cara suspirando. Cada vez que habla me siento más culpable —pero he estado en Argetina hasta hace poco.

—Pero ya no lo estás. Podías venir a visitarme antes de irte con los dos abortos y sus amigos...

Me chasqueo la lengua. Si ella supiera que si pudiese lo habría hecho... pero no lo sabe. Ni sabrá. Pero joder, cree que no la extraño y que estoy aquí por gusto. Cuando no es así.

—Tengo muchísimas ganas de verte —le digo con total sinceridad.

—¿Entonces por qué no vienes? —cierro los ojos. El tono que ha utilizado es como si me estuviera rogando.

—No es tan fácil...

Ninguna de las dos pronuncia ninguna palabra alrededor de un minuto.

—De verdad que te echo mucho de menos. Aunque no me creas.

—Ya.

—No me odios por favor... —soy yo quien ruega ahora. Lo único que me falta es que mi hermana pequeña me odie.

—Ahora sí que tienes que volver echando pipa a casa —dice en un tono autoritario que me hace extrañar —ese sitio te está volviendo loca. ¿Cómo te voy a odiar? —pregunta un poco molesta.

Suelto una risita al escucharla.

—Te prometo que en cuanto pueda voy a visitarte.

—Vale. Pero con una condición.

—Dime.

—Por favor, no traigas a los dos abortos. Esos ya no tienen remedio, llevan demasiado tiempo en Los Ángeles, así que ni te molestes.

Suelto una carcajada, aunque después me pongo seria y tomo el papel de hermana mayor responsable.

—¡Skylynn! No le llames así a tus hermanos —le riño intentando aguantar la risa.

—Pero si tú le llamas cosas peores... además, ya deja de aguantar la risa.

Ambas comenzamos a reír. Esta pequeña diablilla me conoce demasiado bien.

Pasamos un buen rato charlando dejando de lado el tema anterior. Menos mal. La rubia me cuenta que casi ama más a su caballo que a sus hermanos. Obviamente me ha dicho que yo estoy en top uno, aunque eso ya sabía de antes.

Si eres un desastre de hermana. Bueno, eres un desastre en general.

Cierra el pico.

—Bueno, me tengo que colgar —me dice apenada.

—Está bien, hablamos otro día —le digo animadamente para que no se sienta mal.

—Vale, pero prométeme que pronto vendrás a visitarme y haremos una pijamada mientras hablamos mal de los chicos.

Aléjense De Mí, Idiotas. Hailee Grier. Magcon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora