Aléjense De Mí, Idiotas. Hailee Grier. Magcon.

Capítulo 21

—Ay no, eso es pasarse —me río al escuchar la loca idea de mi amigo.

—Oh vamos Hailee, será divertidísimo —intenta convencerme el mexicano.

La verdad es que la oferta es tentador. Pero es demasiado vergonzoso. Aunque bueno, ¿desde cuándo me ha importado a mí hacer el ridículo?

—Mira esa sonrisilla —me codeo sonriente —lo estás deseando —se ríe.

Os explico.

Juanpa quiere que hagamos como que estamos teniendo sexo para ver la reacción de los chicos. La verdad es que me muero por ver las caras de mis hermanos especialmente. El de Hayes más que nada. Aunque Nash sea el hermano mayor, sin contar Will, no es celoso o sobreprotector. Solo es un poquito, cuando se siente amenazado. Las palabras que usó él, no yo. En cambio, no puedo decir lo mismo de mi mellizo. Es tan sobreprotector, exagerado, celoso... que me dan ganas de meterle la cabeza en un cubo. Tengo mucha paciencia.

Bueno, tampoco de sobra. Pero es que él, aún sabiendolo, me agota toda la paciencia.

—¿También ponemos una peli porno de fondo o cómo? —alzo una ceja acompañada de una sonrisa malvada.

Juanpa sonríe feliz.

—Esto va ser la hostia —asegura frotándose las manos, emocionado. Es un niño. Aun así, lo amo.

—Anda, pon la cámara —le ordeno y camino hasta mi armario. De ella saco dos metralletas de agua, no me tomen por una psicópata, y también dos potes de pintura. Cuando me volteo, encuentro a mi amigo grabándome.

—Y estos son los tipos de cosas que se pueden encontrar en el armario de Hailee Grier —dice divertido y sonrío —Maruja, deberías hacer un vídeo de qué hay en mi armario. Saldrían cosas que nadie se imagina —ambos reímos.

—No hay problema chicos. Dadle like al vídeo y comenten si quieren que haga —hago el gesto del Okey y guiño el ojo. Juanpa comienza a reír de nuevo y no tardo en unirme.

—Estás loca.

—Lo sé Juanpablito, lo sé. En fin, explícales de qué se tratará el vídeo de hoy —muevo las cejas insinuante y mientras mi amigo comienza a relatar lo que haremos, aprovecho el tiempo para ir llenando las metralletas de pintura.

—Haremos sonidos extraños —se aclara la garganta —vamos, orgasmos. Pero no reales eh —se apresura a decir y me río —lo que quiero decir es que fingiremos que estamos teniendo relaciones sexuales, pero muy alto. Tanto que escucharan los chicos, entonces, cuando vengan, porque sabemos que vendrán —nos reímos imaginando la situación —, pues nosotros estaremos escondidos a los lados de la puerta y los atacaremos —termina diciendo con una cara malévola.

—Si bueno, eso es la teoría, a ver la práctica. Esperemos que salgo de maravilla.

—O mejor dicho, de miedo —sonríe Juanpa.

—Como sea, ¿listo?

Mi amigo asiente repetidas veces. Coge una metralleta y tras esconder bien la cámara, se posiciona a mi lado y tras sonreírnos mutuamente, empieza la acción.

—¡Ooooh!

—¡Si, Juanpa, si! ¡Sigue! —me cubro la boca para no soltar una carcajada.

Esto es demasiado vergonzoso. Nadie se lo va a creer, es absurdo. Nos queremos como si fueramos hermanos y es demasiado incómodo. Aunque también es muy divertido.

—Hailee, si... si... ¡eso es! —él también imita mi acto para impedir que una gran carcajada salgo desde el fondo de su garganta.

Justo en ese momento la puerta se abre de golpe. Todos los chicos entran en mi habitación con el ceño fruncido y en cuanto comienzan a gritar todos histéricos, Juanpa y yo nos colocamos delante de ellos y no dudamos ni un segundo en apretar el gatillo. Los chicos se encuentran quietos en sus lugares, en shook. Llenamos de pintura a los chicos hasta que se nos acaba del todo. Nos chocamos la mano orgullosos de nuestro trabajo. Empezamos a reírnos de nuevo al ver las caras de los chicos. Aún permanecen en shook. Esto es demasiado divertido, por lo que no dudo en coger mi móvil y hacerles una foto.