El pasado se puede ignorar, no olvidar.
-Siempre..-
-¿Porqué no bajas?- dijo Brittany, su voz suavemente endulzaba mi oído.
-¿Te das cuenta de la hora?- le pregunté mientras la miraba a través de la ventana.
Estaba parada cerca de la puerta de mi casa mirando hacia mi ventana.
Tenía puestos unos jeans desgastados y una blusa que practicamente mostraba su hermoso abdomen.
Debe estarse congelando..
-Si, casi las 03:30 de la madrugada.. ¿Porqué no bajas?-Respondió y pude darme cuenta de que estaba sonriéndo.
-Bajo enseguida..- dije antes de colgar.
Cogí mi celular y dos chaquetas calientes, bajé las gradas apresuradamente pero sin hacer ruido.
Mis padres tienen el sueño bastante pesado y no se despertarían ni con un terremoto.
Salí y cerré la puerta despacio, giré y me puse a su lado entregándole la chaqueta más grande.
-No tenías que molestarte pero gracias- Dijo poniéndosela
-Claro que sí, estoy segura que te estabas congelando aquí afuera.- le respondí.
Tomé una de sus manos entre las mías y supe que tenía razón, Se estaba congelando.
Comencé frotando suavemente hasta que estuvo de una temperatura normal, luego procedí de la misma manera con la otra mano.
En todo este tiempo no dijo nada, solo me miró.
-¿Porqué me miras así?- le pregunté sintiéndo que el calor me llenaba el cuerpo.
- Eres hermosa, ¿por qué no lo haría?- dijo casi en un susurro.
No pude detener la sonrisa que amenazaba con salirse, así que me giré un poco para que no pueda verme.
Desde atrás cogió mi mano y comenzó a caminar.
La seguí apretándome más a ella, culpé al frío, pero muy dentro de mí sabía que el frío no tenía nada que ver con la manera en que mi corazón saltaba cada cierto tiempo.
Llegamos a una casa abandonada y me llevó al patio trasero de esa casa, el lugar estaba lleno de plantas que seguramente nadie había podado en mucho tiempo.
Seguimos caminando y ví un árbol bastante grande, ella me soltó y comenzó a subirlo.
No me detuve a pensar y la seguí.
Enseguida me encontré sentada en una casa del árbol que supongo pertenecía a los antiguos dueños.
Era pequeña, pero muy agradable.
-Estaba muy sucia y llena de insectos cuando la encontré, ahora es completamente habitable.- dijo arrimándose a una de las paredes.
-¿Cómo la encontraste?- le pregunté.
-Solo caminé por aquí y la ví, luego la limpié. Estoy pensando en traer cobijas, almohadas, ya sabes toda clase de cosas para hacerla agradable.- respondió.
-¿Acaso piensas vivir aquí?- bromeé.
-No sería una mala idea- me dijo y no supe si fue una broma o la verdad.
Me senté más cerca de ella y tomé su mano una vez más, entrelazó sus dedos con los míos y dejó caer su cabeza en mi hombro suspirando.
-¿Qué pasa?- le dije muy despacio jugando con sus dedos.
-No pensé que alguien se daría cuenta.. pero tú lo hiciste.-
-¿Me daría cuenta de qué?-
-De que no estuve.. de que miento.. de que no duermo bien.. de que tengo miedo..- lo último lo dijo tan bajo que sólo pude escucharla por lo cerca que me encontraba.
- ¿Y porqué es tan malo que alguien se de cuenta.. que yo me de cuenta?-
-Por que no quiero que sepan lo que pasa realmente, Sabes hay una frase en una canción que me encanta: "If you still care don't ever let me know (si aún te importa no me dejes notarlo)"-
-¿Qué sería lo peor que puede pasar si la gente te conoce realmente?- pregunté aún sin soltar su mano.
-Conocerían mis debilidades y podrían hacerme daño..-
- o ayudarte..- dije
- No mucha gente ayuda sin esperar nada a cambio..-apretó más el agarre en nuestras manos.
-Eso es cierto, pero lo único que quiero de ti es que me dejes conocerte y ayudarte..- Rocé suavemente su muñeca.
- Normalmente no te dejaría ¿sabes?, pero quiero lo mismo..- se acomodó más a mi lado y giró su rostro besando suavemente mi cuello. -Gracias..-dijo y me besó otra vez.
Una sensación de calor invadió mi cuerpo instalándose en mi pecho y con el segundo beso bajó hasta mi estómago y seguía bajando..
Su rostro subió y me besó suavemente detrás de la oreja enviándo un dulce dolor entre mis piernas.
Gemí sin poder evitarlo y se separó lentamente de mi.
-Vamos- dijo arrastrándose hasta la salida de la casa y bajó.
Bajé después de ella un poco avergonzada por lo que acababa de ocurrir.
Tomó mi mano y volvímos por donde vinímos.
Al llegar a mi casa la invité a pasar y quedarse conmigo pero dijo que tenía que volver antes de que sus padres notaran su ausencia.
Se despidió y dió unos pasos hacia la salida pero volvió y se puso frente a mi.
-Casi me olvido de devolver tu chaqueta-dijo empezando a bajar el cierre lentamente.
-No!, no, quédatela esta noche, no quiero que te congeles hasta llegar a tu casa, puedes dármela luego..-dije y entré a mi casa.
Subí a mi cuarto y pude ver su figura caminando lentamente..
Mierda ya casi amanece..
No voy a dormir casi nada...
Valió la pena.. :)