A veces estamos tan concentrados en nuestra propia soledad que olvidamos que ahí afuera hay otros sintiéndose igual de solos que nosotros..
Me encontraba alistándome para ir al instituto, mi cabello nunca cooperaba, me demoraba bastante tiempo en arreglarlo.
Gracias a Sue Sylvester y sus normas, tenía que llevar mi cabello en una cola alta. Me gustaba así y era mucho más llevadero.
Me maquillé levemente, no acostumbro a usar demasiado maquillaje.
Mi madre estaba gritándo desde abajo que me apresure si no quería llegar tarde.
No puedo llegar tarde, Antes de clases tengo entrenamiento con las cheerios, y primero muerta antes de sufrir los castigos de Sue por llegar tarde.
Bajé a toda prisa saltándome el desayuno, ya comería cuando tenga tiempo.
Mi madre me dijo 'Adiós' antes de salir por la puerta en dirección a mi auto. Mi padre me lo había regalado en mi cumpleaños número 16 hace tres meses.
Dejé mi mochila en los asientos de atrás y me apuré a ingresar al asiento del conductor, en 15 minutos me encontraba en la puerta de Rachel.
Me estaba esperando en su puerta como siempre. Subió rapidamente mientras me saludaba.
-San, otra vez estamos con el tiempo justo.-
-Ya perdón, me quedé dormida Berry. No es para tanto.-
Mi amistad con ella era muy rara, no eramos muy sentimentales ni nada pero ella me había apoyado en mis peores momentos y yo le estaría siempre agradecida por eso.
Rachel y yo casi no hablamos en el instituto ya que muy rara vez nuestros horarios coinciden pero sus padres tienen una pequeña cafetería y nosotras les ayudamos siempre que podemos.
-Tenemos 15 minutos para llegar.- me apuró.
Rach estaba en varios y distintos clubs y grupos de estudio, no sé cómo se arreglaba con todas esas materias y deberes pero siempre lo hacía y terminaba cada año siendo la mejor estudiante de su clase.
-Por Dios Rachel ya estamos en la esquina, deja de estresarte por nada-
Llegamos y se bajó rapidamente del auto despidiéndose y corrió dentro del instituto.
Suspiré con frustración, Me gusta estar aquí y me gusta ser parte de las cheerios pero francamente a veces solo quiero no hacer nada y que nadie me presione.
Me bajé de mi auto a quién por cierto considero mi bebé y arreglando mi uniforme me dirigí al lugar de nuestras prácticas diarias.
Algunas de las chicas me saludaban, otras simplemente evitaban tener contacto conmigo. Guardé mi mochila en el casillero y salí a esperar a la entrenadora Sue.
Sentada en una de las bancas miraba distraída mi celular. Tenía muy pocas fotos y ninguna mía. Ví mi lista de contactos y tampoco eran muchos, a parte de mis padres, mi hermano mayor y algunos primos, tenía muy pocos números de la gente en el instituto.
Sentí una mano en mi hombro y vi a la capitana del equipo, quién también resultaba ser mi mejor amiga.
Quinn.
Nuestra amistad era así como de amor-odio. En bastantes ocasiones no nos soportamos la una a la otra pero nos defendemos con garras y colmillos si tenemos que hacerlo.
-¿Por qué la cara de ogro?- me preguntó.
-Pero que amable, no pasa nada, solo no pude dormir bien.- dije.
Quinn me estudió un momento y luego siguió hablando.
-¿Mucha acción noctura te quitó el sueño?-
-Ja!, ya quisiera yo.- respondí secamente.
-Olvidé comentarte acerca del nuevo rumor que escuché ayer.- dijo Quinn.
-¿Otra embarazada? o ese que dice que entré en una casa a robar.- dije.
- ¿Ya lo escuchaste?¿Cómo permites que digan esas cosas de tí?- me dijo claramente disgustada.
-Bueno me importa muy poco lo que piensen de mí. Tú que me conoces sabes muy bien que la mitad de las cosas que dicen no son ciertas, además, ya saldé cuentas con la pobre que se atrevió a tomar mi nombre para hablar basura.-
-¿Quién fue?-
-Missy.. Marie.. Mirtha .. yo que sé, no recuerdo su nombre pero te aseguro que no volverá a abrir la boca donde no le llaman.-
-Bien, no me gustan tus métodos medieváles pero se lo merecía. ¿Y qué hay con tu novio?-
-Anoche terminé con Mark, ya se estaba poniendo muy intenso y sentimental.-
-Y se puede saber ¿qué se necesita para ganarse el corazón de la princesa del hielo?- me preguntó mientras retiraba una mechón de mi frente.
-Ahh Quinn si lo supiera no sabes lo feliz que estaría.- Le dije suspirando dramaticamente.
Quinn rió y apretó mi hombro en un gesto amistoso justo antes de que Sue llegara y la práctica comenzara.
