El corazón quiere lo que el cerebro y el cuerpo aún no saben.
La práctica transcurrió normal, muchos gritos e insultos por parte de Sue, muchas chicas aterrorizadas, por lo general eran las de primer año.
-Bien perdedoras estamos en la mitad del año y la competencia se acerca, quiero que todas práctiquen mucho más y no quiero sus patéticas excusas. Vayan a las Duchas.- Gritó Sue.
Estamos prácticamente en la mitad del año y la competencia es casi al final, lo que significa que va a explotarnos hasta que no podamos más.
Bueno, no esperaba otra cosa, después de todo Sue es así.
Luego de ducharnos y cambiarnos de ropa entramos al instituto a esperar el momento en el que sonara la campana que indica el inicio de clases.
Fui a mi casillero y saqué los libros de álgebra ya que esta era mi primera asignatura del día.
Mierda, como odio los miércoles.
Al cerrar el casillero me dí cuenta que Quinn estaba a unos pasos y hablaba con una rubia que estaba de espaldas a mí.
Sonreía escuchando a la rubia hablar, no tenía ni idea de quién era y por qué hacía reir tanto a Quinn.
No era una cheerio ya que no traía puesto el uniforme, era bastante alta y delgada.
Ví que Quinn me señalaba y me sentí bastante torpe. La rubia regresó su mirada hacia donde estaba parada y sacudió la cabeza negando algo que Quinn le decía.
Le sonrió de nuevo y comenzó a caminar hacia el otro lado del pasillo.
-¿Qué diablos fue eso?- le dije a Quinn una vez que se me acercó.
- Oh, es una estudiante nueva, acaba de mudarse a Ohio, Estaba perdida. Es muy agradable. La invité a comer con nosotras en el receso y aceptó encantada, iba a presentarte pero cuando le señalé dónde estabas dijo que tenía que hablar con el director Figgins y siguió caminando.-
-Eso es Raro. Bien y la nueva tiene nombre o qué?- pregunté interesada.
-Brittany.-
- Ah pero que original, como si no hubiera ya suficientes Brittanys en el mundo.- Dije algo molesta.
El problema era que me molestaba que haya preferido irse a hablar con Figgins en vez de conocerme.
-Ya San cálmate y no la molestes en su primer día.-
Acepté de mala gana y entré a la clase de álgebra. Me senté al final de la clase ya que nuestra maestra es extremadamente aburrida y creo que sufre de algún problema con su memoria ya que varias veces repite la misma lección.
Me concentré en mi cuaderno y ví que al final de la página había escrito un nombre sin darme cuenta.
Lo borré inmediatamente y saqué mi celular. Empecé a tomar fotos de cualquier cosa para distraerme y no quedarme dormida.
En media clase entró Emma Pillsbury y pidió que saliera la maestra un momento. Luego de unos minutos volvió a entrar acompañada de la estudiante nueva.
-Jóvenes, presten atención. Esta es su nueva compañera Brittany Pierce. Espero la hagan sentir bienvenida.-
Brittany sonrió de una manera casi infantil. Sus ojos se iluminaron.
-Bien Brittany escoge cualquier asiento vacío y siéntate. Si tienes alguna duda o inconveniente no dudes en hacérmelo saber.-
Ella asintió otra vez sonriéndo y comenzó a caminar hacia la parte del final del salón donde había dos asientos vacíos.
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